Infinity |Larry Stylinson| [1]

Capítulo 15.

Harry ríe intentando apartarse del cuerpo de Louis, el castaño lo toma de la cintura antes de que pueda volver a escapar.

Deja un pequeño beso en su nuca y el rizado se estremece ante eso, mira por sobre su hombro y le regala una adorable sonrisa al ojiazul.

Louis voltea a Harry hacia a él y ambos quedan viéndose frente a frente, el castaño pierde el aliento ante la belleza del rizado, observa las pequeñas pecas casi indetectables, sus ojos verdes lo dejan totalmente cautivado.

Harry lame sus labios y se acerca hacia el rostro de Louis, toma sus labios en un suave y lento beso, ambos cierran sus ojos y se dejan llevar, ladean sus cabezas a los lados contrarios.

El ojiverde lleva sus manos detrás del cuello de Louis y para molestar pellizca con suavidad la zona.

Louis suelta un quejido y rompe el beso, Harry ríe ante eso.

—Te amo infinitamente.

—¿Por qué estás diciendo eso?— las mejillas de Harry toman un color rosáceo y Louis puede jurar que un brillo parecido al de las estrellas se posa sobre sus preciosos ojos.

— Porque de verdad te amo infinitamente, no lo olvides nunca ¿está bien? Pase lo que pase, no lo olvides— apoya su frente contra la de su chico y Harry asiente, no lo olvidaría, nunca.

—Si algún día nuestros caminos se separan, te prometo que en mi otra vida te buscaré hasta encontrarte— Louis toma atención ante las palabras de Harry— también te amo infinitamente.

Cualquier persona que los viera notaría que la alegría y el amor que los rodeaba era el más puro y sincero, sin maldad ni mala intenciones.

Amor en toda su palabra.

Ambos apartan sus ojos de ellos mismos cuando un anuncio interrumpe su maratón músical.

Harry abre sus ojos y pone su vista sobre su televisor al no reconocer la canción que estaba escuchando.

Ese recuerdo lo atesoraba con la vida.

El chico presta atención a los últimos versos de la canción.

“But if you loved me, why'd you leave me?”

Miérda, el mundo amaba verlo sufrir.

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Louis cuenta su dinero y sonríe ampliamente cuando se da cuenta que lo que tenía recaudado le serviría para pagar un departamento decente hasta que pudiera conseguir un trabajo estable y pagar su Universidad.

Podría irse junto a Harry.

Vuelve a guardar la cajita en su lugar y con una sonrisa en sus labios sale al patio delantero de su hogar para seguir trabajando.

Sentía que al fin la suerte estaba poniéndose de su lado, estaba viendo de a poco la luz al final del túnel.

Tararea una canción mientras se pone a pintar la madera, no había forma de arrancarle esa felicidad del cuerpo, dos meses más y toda la miérda acabaría.

Dos meses más.

Sesenta días ¿podía aguantar eso? Claro que podía, había soportado esta mierda durante 18 años, ¿qué daño le harían dos meses más? Nada.

Louis puede ver como su padre seguía trabajando a un par de metros de él, se le veía cansado, eso significaba que habían dos opciones.

1.- Comenzaría a beber.
2.- Iría directamente a la cama.

Esperaba que fuera la segunda opción.

Vuelve a poner sus ojos sobre lo que estaba haciendo y de la nada sus pensamientos se desvían hacia su ángelito.

Una boba sonrisa se forma en sus labios y luego es reemplazada por una mueca.

Lo extrañaba muchísimo.

Quizás podía enviarle... No, no había manera, no podía, siempre era descuidado y Mike terminaba descubriéndolo, no podía tirar todo por la borda.

Quizás... Podía ir a verlo un pequeño momento ¿cierto? Necesitaba hacerlo.

Mira otra vez lo que estaba haciendo y muerde su labio inferior impresionado, había terminado.

Una estúpida y loca idea se cruza por su mente.

—Papá, esta noche quedé con Meredith ¿puedo ir?— Mike alza sus ojos hacia Louis y una sonrisa aparece en sus labios.

—¿Te quedarás allá?

—Probablemente.

—Bien, anda y lleva esto— de los bolsillos de los costados de su overol saca un par de condones y se lo lanza, cuando Louis los atrapa y los mira mientras hace una mueca, qué puto asco que su padre pensara así, pero de todas formas los guarda.

—Me iré a duchar y a preparar mi mochila, gracias por dejarme ir— cuando pasa por su lado, Mike palmea su espalda como si estuviera orgulloso de él.

Y una puta miérda.

Rueda sus ojos una vez dentro de su casa y va directamente a su cuarto para ducharse, le enviaría un mensaje a Meredith para que lo cubriera en caso de cualquier cosa e iría directamente a los brazos de Harry.

Necesitaba abrazarlo y verificar que estaba bien, aclararle las cosas y dejarlo confiado, necesitaba que se sintiera seguro.

Lo hubiera hecho antes, pero todo era muy reciente y su padre aún no confiaba en él, lo mantenía vigilado.

Era en esos momentos en dónde Louis odiaba vivir en un pueblo en donde casi todos se conocían, era una miérda porque la mayoría se cubría ¿cómo no habían notado que Mike Tomlinson es un alcohólico que golpea a su hijo como si fuera un saco de boxeo?

Era una miérda.

Sacude su cabeza despejandola de todos esos pensamientos y toma una toalla para luego caminar hacia el baño y cierra la puerta detrás de él.