Capítulo 19.

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Harry iba arreglándose la corbata mientras iba camino al cementerio, su camisa estaba un poco desliñada, pero era lo que menos importaba.

Cuando entra al gran lugar puede notar a lo lejos la cantidad de personas que estaban en la ceremonia.

Se acerca con pasos indecisos y se siente mucho mejor cuando nadie nota su presencia, de todos modos no querían que lo vieran tan desordenado.

Hace una mueca al ver como Louis era abrazado por Meredith, pero tampoco podía hacer una escena de celos en ese lugar, aparte él había llegado tarde.

¿Por qué había llegado tarde? Realmente ya no lo recuerda.

Da un paso hacia atrás y comienza a caminar entre las lápidas, acaricia una sintiendo el frío mármol bajo sus dedos y sigue caminando, el cementerio tenía una bonita vista hacia el mar.

Louis mira la tierra suelta frente a él y las lágrimas seguían bajando sin parar por sus mejillas, la ceremonía había concluído y la gente había comenzado a esparcise, Louis no quería moverse, la pérdida se sentía como un vacío en su corazón, se agacha frente a la fresca tierra y solloza con fuerza sin poder creerlo aún.

Meredith es alejada de él por su padre, a la chica le dolía ver lo mal que estaba Louis.

El castaño seca sus mejillas y se levanta del lugar, mira a su alrededor y ve una conocida cabellera rizada, Harry estaba sentado en unos escalones del cementerio, estaba dándole la espalda.

Louis respira entrecortado y sin dudarlo se acerca hasta a él, toca con suavidad su hombro y cuando Harry alza la mirada hacia a él se siente como en casa.

Harry se levanta de su lugar y ambos sin dudarlo se abrazan con fuerza, Harry sentía la pérdida de Louis.

Realmente lo sentía.

Louis se aferra al cuerpo de Harry y solloza sobre su hombro con fuerza, el rizado acariciaba su espalda con suavidad y ternura, intentando reconfortarlo.

—¿Louis?— el castaño se separa de Harry y ve a una confundida Meredith, Louis mira a Harry y se aleja de él, la chica parecía a punto de desmayarse.

Louis rápidamente la socorre y decide llevarla de nuevo con su padre, agradecía su preocupación por él, pero necesitaba estar solo.

—¿A quién estabas abrazando?— Louis frunce su ceño ante eso y se siente un poco aliviado cuando ve la salida del cementerio, el padre de Meredith estaba al final de este.

—Estaba abrazando a Harry— murmura Louis y la chica retiene un sollozo.

—No había nadie ahí Louis, no estabas abrazando a nadie— Louis muerde su labio inferior con fuerza y niega con su cabeza.

Harry estaba ahí, lo había visto y lo había abrazado.

Estaba ahí, sintió su toque cálido y su cabello contra su mejilla, estaba ahí, lo estaba.

—Louis... Acabamos de estar en su funeral, Harry ya no está— el recuerdo se clava como un cuchillo en su corazón y deja a la chica junto a su padre para luego comenzar a correr lejos del lugar, siente los gritos de Meredith a sus espaldas, pero no lo detienen.

Corrió lejos del cementerio, lejos del lugar en dónde estaba descansando el cuerpo de Harry, no podía creerlo, no quería creerlo.

No podía creer que su chico había sido arrebatado de sus brazos, de su vida.

Harry tenía toda una vida por delante y su peor pesadilla había ocurrido.

Louis seguía corriendo con fuerza y no sabía exactamente hasta dónde sus pies lo dirigían, pero no le importaba.

El viento golpeaba su rostro y sus lágrimas se enfriaban con cada paso que daba.

Tres días habían pasado desde que los policías habían llegado a su hogar, lo habían llevado a la comisaría y le habían explicado que tenían retenido a su padre por homicidio.

Medio pueblo lo había visto golpeando brutalmente a un chico, pero ya era muy tarde cuando habían intervenido, le había quitado la vida en una de las asquerosas calles del lugar, había tenido una hemorragia interna y no lo había logrado.

Su padre había asesinado a Harry, ese hijo de puta había... Dios.

Louis llega al final de la conocida quebrada y sus ojos se pierden en el horizonte, su vista estaba borrosa.

No podía creer como la vida había sido tan injusta con él, Harry era su ancla, su todo, era la razón por la cual seguía con vida y ya no estaba.

Si el no estaba ¿para qué seguir? ¿con qué fuerzas avanzaría? No le quedaban... Ya no encontraba una razón para quedarse.

Estaban a punto de irse, habían rozado con sus dedos la libertad y sus sueños habían sido pisoteados.

Su corazón se oprime con fuerza y el nudo en su garganta seguía presente, no podía creerlo... No podía.

Cierra sus puños y todos los recuerdos que tenía con el amor de su vida comienzan a pasar frente a sus ojos e incluso el futuro que tenía planeado con él se había proyectado frente a él.

Estaba roto.

Ya no le quedaba nada por hacer aquí, mira hacia atrás dándole un vistazo al lugar en dónde había crecido y vuelve a mirar hacia el frente.

El recuerdo de él y Harry corriendo a través del muelle le llega a su mente y entremedio de sus lágrimas ríe con suavidad.

Esta vez saltaría, pero saltaría solo.

—Dime como hago para quitarme este dolor desgarrador del pecho, estamos destinados y no hay forma de que pueda avanzar sin tí, no puedo —mira hacia el cielo y suelta un suspiro— Supongo que si no pudimos ser felices en esta vida, lo seremos en otra... Por siempre tuyo.

Y con el último aliento juró hacia el cielo que su amor sería infinito.

El ojiazul vuelve a poner su mirada al frente y sin dudarlo, salta.

Espero volver a verte un día pequeño ángel, sé que mi alma te reconocerá.

Infinity |Larry Stylinson| [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora