capítulo dos; regreso a hogwarts.

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El sueño vino de forma irregular anoche.

La cena realmente se me había metido en la piel porque me di cuenta de lo endeble que era mi fachada. Si los gemelos pueden ver a través de mí así, no voy a durar nada una vez que regrese a la escuela.

Se sabe que los de Ravenclaw deducen muy bien, es solo una cuestión de si la gente realmente me presta atención o no.

Así que al despertar esta mañana me decidí a hacer creer a todos que estaba bien. Fred y George querían que me rindiera, pero me temo que si me rindo, todo lo que sentiré es dolor y tristeza. Ya no quiero ser consumida por eso. Por eso pasé la mayor parte del verano escondiéndolo.

La tía Darcy se estaba preparando y me puse unos vaqueros y una camiseta. Quería estar cómoda en el camino de regreso a Hogwarts. Me pondré mi túnica antes de entrar al Gran Comedor.

Metí un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y agarré mi enorme baúl. Estaba cargado de ropa y libros. Sobre todo libros.

Mi búho, a quien había llamado Myra, se revolvía las plumas en su jaula. Era un pájaro hermoso con ojos brillantes y alas largas de color marrón rojizo. Fue un regalo de mi padre durante el primer año que fui a Hogwarts y los dos hemos sido cercanos desde entonces.

—Vamos a volver, Myra. —murmuro y ella suelta un grito y vuelve la cabeza hacia mí, haciéndome sonreír.

Ella es mi gran recordatorio de mi padre. Lo veo a él cada vez que la miro. Mi madre, sin embargo, me dio algo más para recordarla. Un collar de oro, es un Fénix, con hermosas joyas rojas como los ojos. Mi madre me había dicho que el Fénix simbolizaba mi fuerza. Pero ahora, realmente siento que la simboliza.

Sacando mi baúl por la puerta, miro hacia adentro y bajo la cabeza con un suspiro.
La tía Darcy todavía estaba empacando, tomándose su querido y dulce momento.

—Tía Darcy, voy a perder el tren. —digo y ella mira la hora y jadea.

—¡Dios mío! Elena, ¿por qué no me lo dijiste? ¡Tenemos que darnos prisa! —ella exclama y yo solo le doy una mirada en blanco. Ella realmente era un trabajo.

Finalmente la llevé abajo en los siguientes diez minutos y salimos apresuradamente por la puerta para poder alcanzar el Andén 9 3/4 antes de que fuera demasiado tarde. Agarré un carrito lo más rápido que pude y metí mi baúl y la jaula de Myra en él antes de que empezáramos a ir hacia la plataforma.

Prácticamente corrí hacia la pared, viendo que solo me quedaban dos minutos. Ambas corrimos directamente hacia la pared, atravesando la barrera invisible que escondía el tren más asombroso que he visto en mi vida: el Expreso de Hogwarts.

Subí al tren y solté un suspiro de alivio, dándome la vuelta para ver a mi tía con lágrimas en los ojos. Las dos estábamos un poco sin aliento de haber corrido, pero a pesar de su cansancio, ella todavía encontraba ganas de llorar.

—Oh, tía Darcy. No llores. —urmuro y la envuelvo en un abrazo, escuchándola sollozar.

—Estoy tan orgullosa de ti, Elena. Siempre recuerda eso. Lo estás haciendo mucho mejor de lo que imaginaba y estoy tan orgullosa de ti. Eres muy fuerte.—susurró y luché por contener mis propias lágrimas mientras me alejaba, dándole una gran sonrisa.

Realmente no lo soy. Estoy actuando muy bien, pero no estaba dispuesta a arruinarle su ilusión.

—Te amo. —le digo y ella asiente, sonriéndome.

—Yo también te amo, querida. Te veo pronto. —dice y yo asiento, apartándome de ella y subiendo al tren.

El silbato comenzó a sonar con fuerza y ​​supe que era mi señal para ir a buscar un asiento. Con un último saludo a la tía Darcy, subí al tren para encontrarme en un lugar donde sentarme.

WHO ARE YOU? [draco malfoy].  ᵗᵉʳᵐⁱⁿᵃᵈᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora