capítulo catorce; dame tu mano.

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Draco me ha estado frunciendo el ceño durante la última semana, desde la pelea que tuvimos esa vez que nos salvó de los mortífagos. Cada vez que intentaba decirle algo al respecto, él me miraba con el ceño fruncido de nuevo y me hacía quedarme callada.

Quiero decir, supongo que realmente no puedo culparlo. Si no estuviera allí, podríamos habernos metido en un gran problema. Pero ya le he pedido disculpas en innumerables ocasiones; no sé qué se necesitará para que deje de fruncirme el ceño.

Hablando de eso, estaba caminando a su lado, dejando Defensa contra las artes oscuras. Lo miré con cautela, viendo sus ojos entrecerrados levemente.

—Draco... —murmuro, viendo sus ojos deslizarse lentamente hacia mí, haciéndome encogerme—Por favor, no te enojes conmigo. —Digo y deja escapar un largo suspiro.

—¿Cuántas veces tengo que decirte que no estoy enojado?—él se queja y yo frunzo el ceño.

—Si no estás enojado, ¿qué estás?—Pregunto y me frunce el ceño. —Esa no es una cara bonita. — Bromeo, recordando cómo ambos nos burlábamos el uno del otro acerca de fruncir el ceño hace meses, cada vez que nos conocimos.

Trató de ocultar la sonrisa que amenazaba con aparecer en su rostro y se volvió, sacudiendo la cabeza.

—No hagas eso. —Advierte y yo sonrío.

—¿Por qué no? ¿Es un crimen sonreír?—Bromeo, con la esperanza de poder hacer rodar esta bola y sacarnos de esta pequeña tontería en la que estamos ahora.

Me lanza una mirada mordaz y le sonrío.

—Bueno, esta es la primera vez. No me estás frunciendo el ceño. —Le digo y él sonríe, haciéndome lanzar mis manos en el aire victoriosamente. — ¡Finalmente! —Yo aplaudo y él se ríe, sacudiendo la cabeza.

—Vas a conseguir que te haga una tontería. —dice y me burlo.

—No lo creo. —Digo con indiferencia y me mira con los ojos entrecerrados.

—¿Eso es un desafío? — pregunta y yo sonrío.

—Incluso si lo fuera, yo ganaría. —le digo y levanta las cejas.

—Acepto. —Dice y antes de que pueda moverme, me levanta y me arroja sobre su hombro, haciéndome chillar de sorpresa.

—¡Draco! ¡Bájame! —Jadeo al escucharlo reír.

—Si te dejo, entonces eso significa que ganaría, ¿verdad? Ya que me preguntaste tan amablemente.— dice burlonamente y le doy una mirada que no puede ver.

—¡No, no ganas! ¡Esto no es justo! —Me quejo y él se ríe. Dejé escapar un gemido, dejándome caer sobre su hombro mientras caminábamos por los pasillos. La gente me miraba de forma extraña y me encogí un poco por ello, pero por dentro.

Yo era feliz. Al menos ahora Draco estaba de buen humor. Es algo que no he podido lograr durante una semana, por lo que este es un gran paso adelante para nosotros.

Bueno, no para nosotros ... en realidad no existe un "nosotros" ... solo para él.

Solo saber que pensaba en "nosotros" juntos hizo que mis mejillas se pusieran rojas y comencé a ser realmente consciente del brazo de Draco alrededor de mi cintura, ya que mi cuerpo era como una muñeca de trapo en su hombro.

—D-Draco ... ¿puedes bajarme?—Murmuro, escuchándolo burlarse.

—¿Por qué habría de hacer eso? —reflexiona y yo resoplido.

—Porque, es ... incómodo estar en tu hombro. —Digo, tratando de no revelar el hecho de que era por cómo me sostenía que me molestaba.

—¿Oh? ¿Qué tal esto entonces?—Pregunta, levantándome de nuevo y poniéndome en sus brazos, acunándome.

WHO ARE YOU? [draco malfoy].  ᵗᵉʳᵐⁱⁿᵃᵈᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora