capítulo veintidos; jugando el juego.

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Mi mente ha estado en una especie de neblina desde que me di cuenta de lo que significaba mi profecía. Draco me ha mantenido cuerda en su mayor parte, pero había una sensación de nerviosismo en mi estómago que no se marchaba, no importaba lo mucho que tratara de hacer para que desapareciera.

Había algo que me molestó aún más que el hecho de que el descubrimiento de la profecía básicamente me dejó en ruinas: Draco estaba un poco más distante a medida que se acercaba el fin de año.

Sí, estaba allí para mí siempre que lo necesitaba, pero aparte de eso, apenas lo via.

Faltaba a clase de vez en cuando y cuando estaba en clase, parecía distraído y solo prestaba atención a medias a lo que estaba pasando. Necesito confrontarlo por eso, pero no he tenido esa oportunidad, ya que cada vez es más difícil para nosotros encontrar algo de privacidad, ya que todos los lugares a los que parecíamos ir, nos seguían ojos curiosos. Por alguna estúpida razón, seguíamos siendo los principales chismes en Hogwarts. y realmente empezaba a molestarme.

Tenía que haber algún lugar al que pudiéramos ir sin que nadie nos siguiera o simplemente nos mirara desde la distancia.

Un ceño fruncido apareció en mi rostro mientras caminaba por los pasillos, pensando mucho en un lugar como ese al que podríamos ir.

Un brazo alrededor de mis hombros me sacó de mis pensamientos y salté un poco, mirando hacia arriba para ver a Draco sonriéndome desde un lado.
Instantáneamente le devolví esa sonrisa y dejé escapar un suspiro.

-Me asustaste. -Digo y él se encoge de hombros.

-Eres demasiado fácil de asustar. -bromea y yo sonrío.

-Eso es simplemente malo.- Le contesto y levanta las cejas. -¿Estás bien, Elena? -Draco pregunta preocupado y me muevo frente a él antes de tomar sus dos manos, haciéndolo mirarme confundido.

-¿Irias a algún lado conmigo? -Le pregunto con curiosidad y enarca una ceja.

-¿Por qué? -pregunta y yo sonrío.

-Necesito estar contigo en privado por un tiempo. - Digo en voz baja y los ojos de Draco brillan con sorpresa.

-Te pregunto, ¿ qué tienes en esa pequeña mente tuya? ž Pregunta, levantando mis manos para acercarme a su rostro.

Mis mejillas se sonrojaron al darme cuenta de lo mal que sonó eso, y miré, viendo a algunas personas mirándonos con los ojos muy abiertos.

-N-nada malo. Es solo que no quiero miradas indiscretas.- Murmuro y él se ríe, bajando mis manos y soltándolas.

-Llevame. -Dice y agarro una de sus manos con fuerza, comenzando a guiarlo por los pasillos a un ritmo rápido, con la esperanza de deshacerme de cualquiera que pueda seguirnos o tratar de averiguar a dónde vamos. -Alguien tiene prisa. -Murmura y yo solo asentí con la cabeza, continuando navegando por los pasillos mientras mi memoria me llevaba al lugar donde descubrí por primera vez lo que estaba pasando con Draco.

La Sala de los Menesteres.

Obviamente Draco se dio cuenta de hacia dónde me dirigía y básicamente pude saborear su renuencia a ir allí.

-Elena... -me advierte, pero lo ignoro, finalmente me detengo en la pared vacía, soltando la mano de Draco y volviéndome hacia él.

-Quiero entrar aquí. Nadie podrá molestarnos. -Digo con determinación y él me mira fijamente por un momento antes de finalmente dejar escapar un largo suspiro, asintiendo con la cabeza.

-Bien. Extiende tus manos y cierra tus ojos. -Dice derrotado y sonrío, cierro los ojos y extiendo las manos, sintiendo pronto las suyas rodeando las mías.

WHO ARE YOU? [draco malfoy].  ᵗᵉʳᵐⁱⁿᵃᵈᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora