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Al día siguiente:

Era esa rara mañana en la que el castaño abría los ojos primero. Con un suspiro, elevo su pecho desnudo, sintiendo un peso en este. La cabeza del azabache reposaba en el fornido pecho canelado del castaño.

Una sonrisa se planto en sus labios, al ver como la mejilla buena del azabache era aplastada, haciendo un puchero deforme en los labios del menor.

Admiraba cada cosa de él, recordó lo que su mente jamas borraría, su hermosa sonrisa que dejaba ver sus dientes de conejito mientras arrugaba su nariz, sus ojitos brillaban y se achicaban formando medias lunas. Amaba ver a su novio feliz, mas si era por que él hizo algo gracioso, sin duda, es un niño, un niño cuidando a otros niños.

Con su mano libre, dio caricias en el cabello Jungkook, enredando las hebras azabaches en sus dedos con suavidad y con las yemas brindaba masajes en su cuero cabelludo.

Se dedico a mirar el rostro del menor antes de despertarlo. Su cabello largo y ondulado tapaba gran parte de sus cejas y ojos. Con su meñique fue retirando de este, dejando ver sus largas pestañas, sus ojos echo lineas.

Sus dedos fueron a la mejilla herida, tocándola débilmente, vio como el ceño del su novio se fruncía. Paso su dedo por el contorno, sintiendo leves costras en este. El arrepentimiento y la tristeza lo invadió, culpándose mentalmente por no seguir al azabache y salvarlo de arruinar su tan hermoso rostro. Pero también se sintió bien por él, porque su novio había sido muy valiente al enfrentarse a ese maniático.

Sus manos bajaron a sus hombros descubiertos, la tristeza se fue cuando recordó la noche anterior, solo podía imaginar que ahora su novio estaba desnudo y durmiendo plácidamente. Sintió las clavículas sobresalientes del menor, recordando todas las veces que anoche las beso, mordió y dejo marcas en estos. Su manos se paseaba en sus brazos, sintiendolos helados, rápidamente subió las sabanas para cubrirlo y que el frío no se colara en su cuerpo.

Sin duda, se había enamorado de aquel hermoso chico.

- N-no... Ya no - los murmullos de Jungkook se escuchaban ligeramente.

- ¿Amor?

- S-sueltalos... Dejalos n-no - una pesadilla abrumaba la mente del menor.

- ¡Jungkook! - el castaño sacudió el cuerpo del menor cuando vio que este había empezado a desesperarse, sollozando y chillando.

- ¡Dejalos!

El azabache grito de golpe, despertando y sentándose de golpe, mareandose en el acto.

Levanto su vista y vio a Taehyung asustado, solo pudo empezar a frustrarse y solo ver manchas borrosas de lo que soñó recientemente. Se aferro al cuerpo del mayor, dejando caer lágrimas calientes es su piel, su novio pegó su nariz y labios a su cabeza, empezando a tranquilizar con suaves palabras.

- Solo fue una pesadilla, no te asustes, mi niño - dejo un beso en su frente, confortándolo.

- No lo recuerdo, pero fue horrible.

- Me pasa lo mismo, cariño. Aveces quiero recordar algo que soñé pero no puedo.

El azabache se separó de su novio para dejar un beso en sus labios.

- Buenos dias~ - Taehyung río ante lo cursi que estaba actuando el menor, juntando sus narices y apretando sus mejillas.

- Ayer no hablabas tan tiernamente.

- Oh por dios, olvide que la señora Suni estaba alado ¿Nos habrá escuchado?

- Que importa la señora Suni, ella lo entenderá ¡El problema son los niños! - Jungkook sabia que a Suni no le llamaría tanto la atencion, mas bien, lo apoyaría.

❝ padre joven [taekook] ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora