¡Hola! ¿Cómo se encuentran? Me tarde en actualizar por qué estos últimos días estuve muy atareada, y cuando estaba libre solo pensaba en querer cerrar mis ojos.
En fin, perdonen mi demora, mis faltas ortográficas. Estaré actualizando nuevamente en esta semana. Espero con ansias leer sus comentarios. Me gustan mucho lo que dicen, y no olviden dejar su estrellita si les gustó. Pueden lincharme si no les ha gustado el capitulo.
Nos veremos pronto.
PD: ¡Cuídense! ¡No olviden usar tapabocas y mucho desinfectante!
—¿Es esta su nueva especialidad? ¿Lo de secuestrar a este hombre?—él la había depositado encima de la cama y ahora quitaba las ultimas prendas que le quedaban con prisa—. ¿Para seducirlo?
Elle miro con recelo a su marido. Pues él era astuto, no es que haya puesto en duda su inteligencia. Le sorprendía que le haya tomado tan poco tiempo para descubrirla.
—Eso depende de cuan dispuesto este a ser secuestrado, milord—dijo coqueta.
—Hay situaciones en donde opondría resistencia pero...—se subió a la cama y tiro de la pierna de su mujer.—...en este caso vendría por cuenta propia si mi secuestrador tuviera sus curvas y su lujuria, querida.
La mirada de Jaden era picara y ardiente, haciendo suspirar a la mujer. Comenzó una senda de besos por la pierna de Gabrielle hasta llegar a su boca, donde volvió a reclamar sus labios con calma y saboreando la cavidad.
No había prisa, tenia toda la noche para hacerla suya y que gritara su nombre. Allí estaban ellos dos, no había mas. No sabia que les esperaba al regresar, tenia asuntos inconclusos por resolver pero en ese momento, esa noche iba a disfrutar. No existía nada mas que la pequeña mujer desnuda que estaba entre sus brazos. Cada vez que la miraba un mar de emociones comenzaban a salir, lo incitaba a pecar y a la vez protegerla de todos, incluso de él.
Volvieron a entregarse el uno al otro, entre tiernos besos y suaves caricias. Su unión fue dulce y lenta, antes del aturdidor clímax. Después se había aferrado a ella, con la cabeza sobre su pecho mientras se dormía. Ella lo había estado observando largamente mientras dormía hasta que el sueño la venció.
A la mañana siguiente las caricias en su brazo hicieron que despertara de su sueño, la cercanía y el calor del cuerpo del su esposo le invadieron. Era un alivio el que esta vez él si estuviera a su lado, eso le daba un mínimo de esperanza.
—¿Es normal que una dama ronque como marinero?—su tono era risueño.
En lugar de enfadarse se carcajeo y le pegó en modo juguetón. Él tomo su mano y repartió besos por la zona.
—Es mi turno—sonrió pícaramente. Mientras que la joven mujer le miraba confundida pero lo entendió todo cuando su mano se estampó contra una de sus nalgas, arrancándole un gritito—. Mmm,...—dijo pensativo—...me gusta escucharte gritar pero mas si gritas mi nombre cuando te estoy dando placer. Le pondré remedio a ello enseguida, duquesa.
Tal confesión hizo sonrojar a Elle.
—¿Como, su excelencia?—ella hizo la pregunta con falsa inocencia.
Con agilidad su marido la coloco sobre él. Su erección rozo su entrepierna, dejando escapar un jadeo.
En su mente resonó "Dejarle llevar la voz cantante, si es preciso pero solo en instantes. Quien controla el juego tiene el poder"
En ese momento, ella controlaba el juego aunque èl llevara la voz cantante. Lo comprobó rozando suavemente sus partes intimas, recibiendo un gemido como respuesta. Se sentía sexy y poderosa.
—¿Si soy quien desea escuchar mi nombre de sus labios mientras le doy placer?—acarició con ternura su pecho.
—Me tiene a su merced, señora mía, soy un pobre diablo que se postra ante sus pies—susurró con voz ronca.
A diferencia de su día anterior este prometía un prometedor día de primavera en pleno invierno. Nada mas típico de Inglaterra que su inusual clima, pensó el joven hombre a lo que miraba por la ventana.
El cuerpo sobre la tullida cama, comenzó a moverse. Las sabanas que lo envolvían se deslizaron en perfecta sincronía regalándole una hermosa visión de su esposa soñolienta y sus atractivas curvas. Podría besar cada centímetro de aquella mujer y nunca seria suficiente para saciar su hambre de ella. También podría retenerla en esa cama toda su estadía haciéndole llegar al cielo y explorar todos sus recovecos de mil formas distintas e ideas no le faltaban.
—¿Es hora de irnos?
Sujetó la tela para cubrir su desnudez. Mientras su vista viajaba por todo el hogar y a Jaden que estaba mirándole ferozmente.
—¿Irnos? ¿Ya te has cansado de mí? Que deseas irte tan rápido.
Ella se incorporó y balanceó las piernas por el borde de la cama.
—No es eso. El carruaje ya pronto vendrá por nosotros.
—Lo sé—le soltó con certeza. Jaden se acercó a ella, con un dedo por debajo de su cabeza, alzó la cabeza de Gabrielle hasta que sus miradas se encontraron—. Ahora seré quien te secuestre a tì, duquesa.
El carruaje llego por ellos a media mañana. Cuando su esposa aun dormía plácidamente luego de volver hacer el amor. Había meditado que tomarse otro día mas de un descanso, no lo llevaría a la ruina. Tomó la nueva cesta de comida que le fue enviada y volvió a despedir al mozo de cuadra con el carruaje pero no sin indicarle cuando debía volver.
El desconcierto bailo por la cara femenina, a la vez que su corazón revoloteaba emocionado.
—Quiero quedarme, Jaden—apenas esas palabras salieron de sus labios en un susurro ahogado.
Él rozó sus labios.
—En ese caso tendrás que salir de esa cama.—señaló el mueble—.O no me contendré y ya no podrás dejarla hasta lo que dure nuestra estancia aquí-comentó con un deje de amenaza sin sentido
Se separó de la dama sonriendo. Le divertía hacerle ese tipo de comentario. Cuando su esposa reaccionaba tan inocentemente, ruborizándose.
—Aunque por otro lado...—se giro nuevamente a ella—...si me lo pides, no dudaré de complacerte.
Movió sus cejas de arriba a abajo en modo insidioso. Pero se le secó la boca cuando la duquesa pasó junto a él sin nada que la cubriera, rozando su cuerpo con el suyo y esparciendo su perfume a su alrededor.
No sabía que un atuendo era tan peligroso hasta que la vio cubrirse con su camisa. Salió de la diminuta cabaña, huyendo de su propio coqueteo. Su mujer no tardó en salir completamente vestida en sus propias ropas. Con un vestido sencillo que realzaba sus curvas. Se preguntó donde había dejado sus pantalones y camisas, aquellas prendas también le sentaban bien.
Su día paso entre besos, caricias y sonrisas.
Sin faltar el filtro. Ninguno quería perder en ese juego y ella le llevaba la ventaja aunque no se le notará. Cada risa, gesto y comentario astuto e ingenioso proveniente de ella, sé clavaba en el interior de su pecho.
Sabia con certeza que no había mujer que le igualará.
Era hecha a la medida para él. Su mitad.Tuvieron un picnic junto al rio, que solo se encontraba a unos metros lejos de la casa.
Un baño y hacer el amor en la hierba fresca.
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Tan Solo Un Instante
Historical FictionGabrielle, ya tenia planeado toda su vida como futura solterona. Pero un hombre desesperado arruinara sus planes posicionándola en un escandalo en el cual será lanzada a los brazos de su salvador. El nuevo Duque de Warrington, ha vuelto a Londres...