Capítulo 14

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¡Buenas noches! Sepan disculpar mis faltas ortográficas. Espero que disfruten de este capítulo, si le ha gustado no se olviden de votar, y si tiene algún comentario bienvenido sea.
Gracias a todos los que leen, votan y comentan está pequeña historia.

Por cierto: ¿Les gustaría una maratón, tal vez para la próxima semana? 😏
¿Sí o no?

¡Espero sus respuestas con ansias!

****

Ahí estaba nuevamente frente a él. Sus mejillas sonrojadas, una tímida sonrisa tirando de las comisuras de sus rosados labios, desprendiendo ese aire de inocencia que solo ella tenía, y qué a la vez le hacía tan seductora.

Solo les separaban unos escasos centímetros, aún vestía el horrible camisón pero gracias a la luz del sol que se filtraba por la ventana podía admirar su cuerpo, las suaves copas de sus senos sé podían apreciar desde allí, provocando qué su propio cuerpo reaccionara a aquella imágen que ofrecía.

Estiró su brazo, tomándo su cintura para pegarla a su cuerpo, presionando contra su cadera esa parte de su anatomía que se despertaba cada vez que la veía, a lo que la joven soltó un jadeo.

-Eso es lo que provocas en mí, dulce Elle-susurró roncamente, sus manos ardían por tocar una vez más su suave piel, su boca quería recorrer cada centímetro de su cuerpo.

La muchacha no emitía palabra alguna, pero sabía por su forma de reaccionar que lo deseaba. Sin perder más el tiempo, tomó su boca con ferocidad, necesitaba de ellos, ese era su momento, tenía que saciar sus ancias, y lo haría cómo él quizo hacerlo desde el instante que probo sus labios, no tardó ni un segundo, cuándo su lengua se entodujo en su boca, recorriendo todo a su paso, a la joven le costaba seguir el ritmo del beso.

Bajo su mano por el costado de su cuerpo pasando por su cadera, su muslo, y desde allí comenzó a subir el bendito camisón qué se estaba interponiendo en su camino. Cuando logró subir la prenda, colocó la pierna desnuda de la joven sobre su cadera, lo qie le permitía estar mas en contacto con su cuerpo, aunque esa acción no mengura el deseo que sentía, tocó a su gusto la piel expuesta, llevando su mano incluso hasta una de las bien proporcionadas nalgas de su esposa .

La piel bajo su tacto se erizaba, y era tan suave cómo la más fina seda que jamás allá tocado. Elle no sabía que hacer con su manos, y quería tocarle, no sé le ocurrió mejor manera que colocarlas en su suave cabello, aquel que tan cuidadosamente su esposo peinaba.

Gimió, bajo el tacto de la joven,  causando que eso solo le ecediera más. Dejó sus labios para besar su barbilla, dejando besos mojados, desesperadamente sentía que necesitaba más. Inesperadamente giró dejando a la muchacha bajo su cuerpo sin llegar a aplastarla, apoyando una de sus manos en la cama, mientras qué con la otra hacía lo posible para separar sus piernas, así poder tener una mejor posición.

Se comportaba cómo una bestia hambrienta, a cada bocado que probaba más quería, el cuello de la joven fue su siguiente blanco. Notaba en su pecho como las cima de los senos de Elle se alzaban, su mano libre se dirigió aquellos montículos que requerían atención, masajeándole suavemente.

–Jaden... –dijo la joven en forma de gemido, eso fue música para sus oídos, le gustaba escuchar su nombre de esa boca.–Jaden...–volvió a decir, eso solo provocó que él bajara hasta sus senos para darle atención con su boca sobre la fina tela de la prenda, logrando sacar un nuevo gemido en forma de lloriqueo a la muchacha.–Jaden...despierta...

Las manos de Gabrielle se posicionaron en sus hombros, haciendo presión. Lo que estaba sucediendo en ese momento se sentía deliciosamente excitante pero el problema era en que su esposo estaba dormido, y no parecia darse cuenta que en realidad estaba sucediendo.

Tan Solo Un InstanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora