¡Bum!
Menos mal que Michael reaccionó a tiempo, o si no Wolfgang Von Kleist o como todos lo conocían en la base, Luke Hemmings hubiera estado sonriendo satisfactoriamente, contento de que su plan haya funcionado.
Pero Michael era mucho más inteligente de lo que Luke creía, y más valiente de lo que ambos pensaban.
Sin importarle que hubiera una bala en su hombro y de que doliera como mil demonios, Michael se abalanzó contra el australiano impostor, haciéndolo caer en el suelo sobre su espalda.
Para la suerte del ojiverde, Luke no había amarrado el arma a su hombro, produciendo que al caer, esta cayera a los pies de ambos.
Michael estaba sobre Luke y no sabía como actuar. No sabía si pegarle en el rostro con su puño o de amarrarle las manos de alguna forma para poder salir del bosque y llevarlo a la base para que los dejaran con el otro alemán que Michael había visto en su primer día.
Luke aprovechó la demora de Michael para empujarlo, consiguiendo que el ojiazul estuviera sobre el ojiverde.
El soldado inglés se maldijo, soltando groserías cuando su espalda chocó contra el suelo.
Intentó levantarse y gatear hasta el arma para poder tomarla y disparar, pero los años que Luke ha tenido en la guerra le han dado una experiencia en matar a personas; experiencia que Michael claramente no tiene y que no iba a conseguir como por arte de magia en unos segundos.
Se colocó sobre él y le propinó un golpe en su quijada, mandando una sensación de dolor por todo su rostro.
Mientras Michael colocaba su mano sobre su rostro adolorido, Luke se levantó y caminó los pocos pasos que lo separaban de su apreciada arma.
Apuntándolo, disparó por segunda vez con el objetivo de dispararle en el lado izquierdo de su pecho, justo en su corazón.
Michael logró rodar, la bala rozando la tela del uniforme para luego quedar enterrada en la tierra.
El soldado alemán maldijo entre dientes, disparando nuevamente. Esta vez, la bala sí llegó al cuerpo de Michael, enterrándose en el mismo hombro que la primera bala.
Tratando de olvidarse el dolor que comenzaba a invadir su cuerpo con una potencia que nunca antes había sentido, Michael se levantó del suelo, apoyándose sobre su brazo bueno. No podía mover su hombro izquierdo sin sentir un dolor recorrer su brazo y su cuerpo completo.
—Tú no te das por vencido ¿verdad? —preguntó Luke con diversión, pero a la vez estaba asombrado de que resistiera y de que no se diera por vencido con dos balas en su cuerpo. Realmente Michael era más valiente que todas las personas que Luke ha matado en estos dos años que ha estado en la guerra.
—No voy a morir por culpa de un alemán como tú —Michael escupió saliva combinada con sangre, sorprendiéndose ante su comentario.
El sabor metálico de la sangre lo sentía por toda su boca, provocando ganas de lavarse la boca lo más rápido posible. Odiaba la sangre en su aspecto, su sabor; todo.
—Lástima que tus deseos no se hagan realidad —lo apuntó, pero esta vez hacia su cabeza.
Tomando el arma con su brazo bueno, la lanzó lejos del alcance y le propinó un golpe en la mejilla. Intentó golpearlo con todas sus fuerzas, como su padre le había enseñado cuando la Segunda Guerra estalló, como defensa personal.
Mientras lo golpeaba en su rostro una y otra vez mientras agarraba lo más fuerte que podía con su mano izquierda el cuello del uniforme para que así Luke no se escapara, Michael intentaba recordar las cosas que le dijo su padre aquella vez.
Pero el recuerdo estaba tan distante, que a penas recordaba la voz de su padre dándole instrucciones sobre dónde tenía que golpear.
Después de varios golpes sus nudillos dolían. Por la nariz de Luke emanaba sangre pero Michael no paraba. Era tan potente la rabia que sentía por el ojiazul y por si mismo, que lo estaba consumiendo, sin poder diferenciar un odio de otro.
Si alguien no lo detenía, Luke posiblemente iba a morir a golpes. O lo más probable por una hemorragia que se iba a formar en su cerebro. Un TEC cerrado como es conocido.
De una u otra forma, mientras era golpeado, Luke logró subir su rodilla y pegarle a Michael en la parte que más le duele a los hombres.
Sorprendido por el golpe, el soldado inglés cayó sobre su hombro izquierdo, haciendo que el dolor que sentía en sus bolas fuera olvidado por las balas en su cuerpo, impregnándose cada vez más.
Luke, a pesar de estar golpeado, de que su ojo derecho comenzara a hincharse y de que estaba mareado, se levantó con torpeza y cojeó hasta el arma. Teniéndola en sus manos por milésima vez, apuntó a Michael mientras se acercaba.
El soldado intentó levantarse, pero había apoyado todo su peso en el lado equivocado, haciéndolo perder el equilibro y caer sobre el mismo brazo. Una nueva sensación de dolor recorrió su cuerpo.
Michael observó a Luke, tratando de pedirle piedad con sus ojos. Trataba de regularizar su respiración y de poder decir algunas palabras, pero no se podía tranquilizar. ¿Quién iba a poder hacerlo cuando la muerte está a solo unos minutos?
El odio, la rabia se demostraba en sus ojos, en la claridad del azul. Luke se rió ante el descaro de pedir piedad cuando prácticamente le masacró el rostro.
Ahora su plan estaba destruido. Luke no podía presentarse en la base como estaba. Antes su plan era volver corriendo desesperadamente y hacerles creer que unos alemanes los emboscaron y mataron a Michael.
Aunque aún podía hacerlo. Los signos de pelea eran una buena prueba para que creyeran historia.
Michael intentó decir unas palabras justo cuando el dedo de Luke estaba sobre el gatillo. Pero para la suerte del inglés, una bala atravesó el cuerpo del rubio.
No, no fue una sola bala, si no que fueron cuatro.
Tal cual como había sucedido en la casa, Luke cayó primero sobre sus rodillas, sus ojos fijos sobre los de Michael. Finalmente, luego de unos segundos que parecieron eternos, se desplomó sobre el suelo.
Luke Hemmings, o nacido como Wolfgang Von Kleist, murió un 10 de abril de 1945 con sus ojos abiertos. Los ojos azules que antes poseían vida, ahora estaban vacíos, observando los árboles.
Sorprendido y asustado ante los repentinos disparos, Michael observó el lugar desesperado, intentando encontrar la fuente.
Cuando sus ojos verdes cayeron sobre dos personas; había esperado encontrarse con cualquiera, hasta con unos alemanes que se habían rendido y le habían salvado la vida solamente para pedirle un favor.
Michael empezó a reírse ante las coincidencias de la vida mientras Grady y Don caminaban hacia él, con sus armas colgando de sus hombros.
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tschüss lukey boo jsalkd oh dios ya he matado a dos de los 5sos no sé si sentirme mal o qué
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1945
Fanfictionmil novecientos cuarenta y cinco, también conocido como el último año de la segunda guerra mundial.