33. Prohibido tocar

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Después de desayunar Katherine se fue a la sala de entrenamiento Sam y Dana ya estaban ahí, se acercaron a ella y le preguntarón.

_ ¿Cómo te encuentras?

_ Estoy bien.

_  Ayer te veías hecha polvo, creíamos que hoy no podrías levantarte.

Dijo Dana.

_ Yo también lo creía, pero por suerte me encuentro bien.

Dana miró el enorme reloj que había colgado en la pared y dijo.

_ El maestro Garen no tardará en llegar, lo mejor será que comencemos a entrenar.

Katherine suspiró con tristeza al recordar que aún debía seguir corriendo. Dana le puso la mano en el hombro y le dijo.

_ No te desanimes, seguro que pronto te dan algo más que hacer.

_ Eso espero porque si el maestro Garen me hace correr a diario siento que moriré.

_ No te preocupes, en algún momento todos pasamos por lo mismo te aseguro que no morirás.

Le dijo Sam.

_ Como el maestro Garen aún no llega comienza trotando así no te cansarás tanto, cuando le veas cruzar la puerta correr rápido y intenta respirar solo por la nariz y no por la boca, así no te cansarás tanto.

_ Gracias por vuestros consejos los tomare en cuenta.

_ De nada y ánimo.

Le contestó Dana.

Katherine hizo caso a los consejos que Dana y Sam me habían dado, comenzó trotando y cuando vio entrar al maestro Garen comienzo a correr, ese día también corrió hasta desfallecer pero no se ganó ningún regañó por parte del maestro Garen.

Al final del día cuando el entrenamiento hubo terminado, Dana y Sam le ayudaron a llegar hasta su habitación, ya que apenas y podía mantenerse en pie. Cuando Daniel vio llegar la tomó en brazos y le agradeció a los chicos por haberla llevando.

Después la llevó a la cama y la cuido, el maestro Garen la hizo correr todos los días durante una semana, la resistencia física de Katherine mejoro considerablemente ya que aunque se sentía cansada podía volver a su habitación sin ayuda de nadie.

Daniel ya se había recuperado por completo así que había vuelto a sus actividades diarias, él entrenaba con Rita y salía a cabalgar con ella durante las tardes, Katherine se sintió celosa de no poder hacer lo mismo que ellos.

Ella fue a darse un baño ya que estaba sudada por haber corrido durante todo el día. Cuando Daniel volvió a la habitación se quitó la ropa y se fue al cuarto de baño, ahí encontró a Katherine dentro de la enorme bañera, él sonrió y dijo.

_ Parece que es nuestro destino encontrarnos desnudos en el baño.

Katherine se sorprendió al escuchar la voz de Daniel, él solo llevaba una pequeña toalla que cubría sus partes íntimas, ella lo miró fijamente por un momento admirando su escultural cuerpo y le dijo.

_ Me parece que la última vez entraste adrede al baño.

_ Eso no es cierto.

Dijo Daniel mientras se acercaba lentamente.

_ Yo no sabía que estabas en el baño.

_ Mentiroso.

Daniel entró en la bañera, se acercó a ella y la besó, un beso dulce y lento, se separó un poco y le besó las mejillas, y bajó a su cuello mientras le decía.

_ No miento, creía que aún no habías vuelto.

Mientras acariciaba gentilmente su cuerpo Daniel le preguntó.

_ ¿Cómo fue tu día?

_ ¿En serio quieres preguntarme eso en estos momentos?

Daniel le apretó ligeramente los pechos y le dijo.

_ Claro, no veo cuál es el problema.

Katherine lo rodeó por el cuello, buscó su boca hambrienta de más y le dijo.

_ Yo no quiero perder el tiempo hablando.

Daniel puso sus manos en su cintura y la apretó con fuerza, dejándole los dedos marcados en su blanca piel y le dijo.

_ Aún no podemos.

_ ¿Porque no?

_ Mi padre dice que el veneno aún no ha desaparecido por completo de mi cuerpo, no es buena idea hacerlo ahora.

Katherine le soltó y le preguntó.

_ ¿Te encuentras bien?

_ Si, lo estoy, mi herida ya sano por completo.

Ella se alejó un poco y le dijo.

_ Como no podemos llegar al final, no me toques.

_ ¿Qué?, ¿Pero porque?

Katherine sonrió y le dijo.

_ Confórmate solo con mirar, y hasta que no estés completamente recuperado no me manosees.

Daniel sonrió divertido y dijo.

_ Eres realmente mala, poniendo un banquete ante mis ojos sin poder probar ni un bocado.

_ Cuando estés completamente recuperado podrás disfrutar de todo ésto, Katherine salió de la bañera pasando por enfrente de él y le dijo.

_ Hasta entonces, mantén tus manos quietas.

Katherine se envolvió en una bata y le dijo.

_ Que disfrutes tu baño.

Ella salió del cuarto de baño y cerró la puerta detrás de ella, Daniel se rió a carcajadas, no podía creer que le prohibiera tocarla, él se hundió en al bañera, aguantó la respiración por un momento mientras se calmaba y al salir se dijo.

_ Es increíble que sea la misma chica inocente que rescate de aquellos calabozos, entre más la conozco más me sorprende.

la princesa y la espadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora