4. Escondidos en el bosque.

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Cuándo se bajaron del caballo Katherine empezó a sentir que todo le daba vueltas, la vista se le empezó a nublar y comenzó a tambalearse, Daniel la tenía sostenida por el brazo para evitar que cayera al suelo, la ayudó a llegar hasta la puerta de la pequeña casa y después de que él abriera la puerta ella se derrumbó en sus brazos.

A Daniel le había sorprendido que ella aguantara tanto, Daniel la tomó en brazos y la acostó en una pequeña cama que había en la en la casa, boca abajo para no lastimarla más de lo que ya estaba.

Cuando los guardias lo llevaron a empujones a ese frío calabozo, le había sorprendido mucho al ver aquella pequeña chica, acostada boca abajo por las heridas que tenía en su espalda, al verla en el estado en el que se encontraba él quiso ayudarla.

Ella era alguien realmente fuerte por haber aguantado todo el camino hasta su escondite sin desmayarse a medio camino, él jamás se habría imaginado que terminaría salvando a una chica mientras cumplía con su misión.

Al parecer alguien le había informado al rey que pensaba matarle porque cuando entro en la habitación del rey, un minutos más tarde los guardias lo habían rodeado por completo, al verse en aquella situación se dio por vencido y dejó que lo atrapará, ya que el escapar de un calabozo era más fácil que escapar de la guardia del rey por suerte los guardias no lo habían registrado a fondo y no encontraron lo que él había robado.

Él le había dicho a Katherine que le ayudaría a obtener el poder que necesitaba para vengarse de aquellos que habían destruido todo lo que ella amaba, pero aún no estaba muy seguro de cómo lo haría, ya que cuando regresará a su aldea la matriarca quien era la que gobernaba aquel lugar no estaría muy feliz de que la llevara con él, pero eso era algo en lo pensaría en otro momento.

Daniel al tocarla para ver cómo se encontraba se dio cuenta que estaba fría como el hielo, la tapó con varias mantas y encendió la chimenea que había ahí, para así mantenerla caliente.

La casa era pequeña solo contaba con una chimenea, una mesa y una cama, como no había mucho espacio no tardó en calentarse todo el lugar.

Daniel había encontrado aquella cabaña cuando buscaba un sitio seguro para esconderse después de que logrará su cometido y había encontrado aquella pequeña casa escondida en el bosque la cual debía de haber sido de algún leñador que la había abandonado por aquel crudo invierno.

Él había preparado unas cuantas cosas para estar escondido durante un tiempo hasta que las cosas se calmarán, tenía queso, pan, carne seca, patatas , cebollas, zanahorias y unas cuantas manzanas para estar un tiempo sin preocuparse por tener que salir a buscar comida.

Empezó a preparar una sopa con unas cuantas patatas, cebollas y zanahorias usando una pequeña olla y poniéndola en el fuego de la chimenea, revisó que Katherine no tuviera fiebre y por suerte parecía que su condición no había empeorado.

Ella era pequeña tenía el cabello castaño oscuro largo el cual estaba hecho una maraña debido al tiempo que había estado encerrada en el calabozo y su cara estaba sucia así que él tomó un trapo húmedo para limpiarla y al ver su rostro limpio se dio cuenta de que ella era muy hermosa a pesar de que se veía un poco demacrada, su cara dormida se veía hermosa como la de un hada, después de quedarse mirando cómo dormía durante un rato el cansancio empezó a pasarle factura, cuando la sopa estuvo lista la retiró del fuego comió un poco y luego se sentó en el suelo a la par de la cama donde dormía Katherine y se quedó dormido.

***

Katherine no sabía cuánto tiempo había estado dormida, pero el dolor en su espalda se había vuelto insoportable y la había despertado.

la princesa y la espadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora