38. Kiribati

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Rita y Daniel suspiraron aliviados al saber que aquellas criaturas no podían acercarse más, ellos ya habían peleado con uno de ellos y la pelea no había sido fácil, pelear con un grupo de ellos era igual que el suicidio.

Mattew pregunto.

_ ¿Eso significa que estamos atrapados?

Solo Mattew había pensado en eso, ellos estaban completamente rodeados y aunque ellos no podían acercarse más, ellos tampoco podían salir.

_ Supongo que si, estamos atrapados con un montón de horribles criaturas que esperan ansiosos que salgamos para matarnos.

Contestó Faber sin darle mucha importancia a lo que estaba diciendo.

_ Así que tendremos que matar a esas criaturas si queremos salir de aquí.

Daniel se había mantenido en silencio los últimos minutos, observando.

Ellos habían ido a ese lugar dispuestos a pelear con esas criaturas, así que no tenían más opción que hacerlo, matar a todas esas criaturas para poder continuar con su misión. Daniel sacó una flecha del carcaj que llevaba en la espalda, apuntó a uno de los Kiribati que estaba mas proximos, infundio algo de magia en la flecha y apuntó directamente a la cabeza. Los Kiribati eran rapidos y dificiles de matar en la niebla, sin embargo en a la intemperie no tanto, como una veloz fecha con magia de velocidad infundida.

La flecha se clavó en la cabeza del Kiribati, derribandolo en el acto, durante unos minutos se mantuvo en el suelo y luego volvió a levantarse mientras se arrancaba la flecha de la cabeza. Daniel sonrió complacido, las flechas en la cabeza  los inmovilizaban momentáneamente y dijo con una gran sonrisa.

_ Creo que ya se como matarlos.

Daniel les explico el plan. Rita, Michael y Daniel iban a cortarles la cabeza mientras Faber y Mattew se encargaban de inmovilizarlos con flechas.

Rita desenvainó sus dos espadas gemelas y dijo.

_ A qué esperamos, no pienso dormir una noche más en el frío suelo.

Faber y Mattew comenzaron a disparar flechas a los Kiribati, algunos las esquivaban pero algotros eran más lentos y caían desplomados al suelo, Rita salió primero del círculo mágico y se lanzó  al Kiribati que estaba en el suelo arrancándole la cabeza con sus afiladas espadas, como si fuera mantequilla. La carne, el hueso y la sangre se derramaron en las piedras. Daniel y Michael la siguieron cubriendo las espaldas.

Los Kiribati daban zarpazos con sus garras, sin embargo sus espadas y flechas eran más rápidas y terminaban decapitados. Fue una feroz y sangrienta batalla en la que los guerreros Kiniry terminaron matando a todos los Kiribati. Cuando el sol brillaba en lo alto solo habian cuerpos destrozados borboteando sangre pestilente  en aquella planicie, los habían matado a todos.

Rita se limpió la sangre de la cara, apestaba tanto que sintió el estómago revuelto. Daniel y Michael estaban igual que ella, solo Faber y Mattew permanecían limpios ya que no habían salido del círculo mágico.  Eso la molestó un poco y mientras limpiaba su espada dijo.

_ La próxima vez yo lanzaré flechas.

Todos se rieron, Daniel dijo.

_ Tu eres mejor con la espada que con los hechizos, ¿ o acaso lo has olvidado?


_ Mattew y Faber son buenos en eso, a nosotros se nos considera la fuerza bruta y en tu caso es literal.

Rita apuntó su espada a Daniel y le dijo.

_ Vuelve a repetir eso y te enseñaré lo que es fuerza bruta.

Daniel sabía que Rita las amenazas de Rita no podían tomarse a la ligera, asi que decidio que lo mejor era cambiar de tema y dijo.

_ Continuemos, hay quiero volver a la aldea antes de que anochezca.

Ellos revisaron el bosque, en medio del bosque encontraron una pequeña cabaña, en la que habían muchos libros viejos y pergaminos, también había otro círculo mágico que la protegía, Faber dijo.

_ Me parece que los Kiribati estaban en este bosque para proteger este lugar.

Habían varios armas de los guerreros Kiniry, Mattew las reviso y dijo.

_ Estas armas son de los guerreros que enviaron antes, los que no regresaron.

_ ¿Crees que esten muertos?

_ Lo mas seguro es que si, de lo contrario sus armas no estarían en este lugar.

Las armas de los guerreros Kiniry eran pasadas de generacion a generacion debido a que eran de un material especial, sacado de la montaña, un material más fuerte que el acero y que no perdía su filo con el paso del tiempo, armas que tenían alma y corazón. Algo que ningún guerrero Kiniry abandonaría, ni siquiera al borde de la muerte ya que pasaban a ser parte de ellos. Por eso Daniel se había sorprendido tanto cuando había encontrado una espada Kiniry, cuando buscaba una espada para Katherine.

_ LLevemos todo de regreso a la aldea.

Dijo Daniel.

_ También los libros y todo lo que nos pueda ser de ayuda para saber qué era lo que estaban haciendo en este lugar.

Todos hicieron lo que Daniel dijo y regresaron de nuevo a la aldea, después de informar a la matriarca y entregar lo que habían encontrado se retiraron, Rita no paraba de hablar lo mucho que quería un baño mientras se despedían.

Daniel se dio un baño y se cambió de ropa antes de ir a su habitación ya que no quería que Katherine lo viera en ese estado, apestando y con las ropas manchadas de sangre. Cuando volvió a su habitación Katherine ya estaba dormida, él se metió en la cama y la rodeo con sus brazos, su pequeño cuerpo encajaba perfectamente con él suyo, ella se acomodo  en su pecho.

 Daniel  le dio un beso en la frente y susurro en aquel silencio.

_ He vuelto.

la princesa y la espadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora