Carta 9

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Querido Cinco:
¿ A qué hora duermes?
Debo admitir que estaba vigilando si había ruido para bajar con libertad a comer algo...no es que no me gustan las donas que me traes pero después de dos semanas ya no puedo más.
Cuando crei que ya no había nadie vigilando baje por un sándwich...los extrañaba.
Lo que no pensé fue que por lo visto tu tampoco duermes y me seguiste... lamento haberte lanzado los malvaviscos a la cara, en mi defensa tú apareciste de la nada y yo me defendí, pudo haber sido peor, te pude haber lanzado el tarro de mantequilla de maní.
Mi miraste indignado como si nadie jamás te hubiera lanzado algo lo cual dudo ya que tenemos a Diego de hermano, no pude evitarlo y me rei...lo que me sorprendió fue que te reíste conmigo.Fue lindo reír con alguien... casi nunca lo hago.
Debo admitir que me impresionó que fueras a la alacena por pan y me preparas tu un sándwich, después de todo si sabes mover las manos. Tenía miedo de hablar no quería arruinar el momento, no quería tener que volver a ser invisible para ti, pero me miraste y por fin me diste lo único que quería  escuchar "Lo siento" , podía ver arrepentimiento  y sinceridad en tus  ojos, podía escuchar que lo decias encerio, no quería tener que hablar de eso, no quería decirte en que iba a usar esos 20 dolares, así que te pregunte por tu día, parecías sorprendido como si nunca te hubieran hecho esa pregunta...a mi tampoco me la hacen, pero tampoco me hablan así que gracias, me encantó hablar contigo, me encantó ver tu emoción de viajar por el tiempo, me encantó ver la luz que tienes dentro y gracias por prometer llevarme algún día contigo, se que es poco probable pero me gustaría que pasara.
Atte. Una Vanya feliz.
P.d: ¿Podríamos ir a un Baile en el palacio de Versalles? Me gustaría bailar contigo.

Cartas para un Cinco que no me ve.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora