Querida hoja:
¡Que desastre!
Se que últimamente me desahogo mucho contigo pero eres una hoja y no hablas así que sirve para mí.
Y es que encerio que me pasan desastres, nadie te advierte antes de nacer lo que vas a vivir y si lo hacen y no te importa todos somos unos idiotas, pero yo me llevo el premio con la vida que me tocó.
Se acabaron las pastillas, me tome las últimas dos que tenía en la comida y fui con Pogo, el me explico en el problema que estábamos y que le había dicho a Sir Reginald que en realidad yo estaba sufriendo de alucines y que todo indicaba que era una especie de esquizofrenia, el para su lastima ya me había adoptado así que no podía deshacerse de mi tan fácil asi que el compraba mi medicamento y por eso me dejaba estar tan en paz estos últimos días...por lo visto no importaba de dónde se viera yo estaba loca.
Pero eso era lo de menos...¡Yo tomo el doble de la dosis! tendría que estar muerta para este momento pero era la única forma de que yo no explotara y no podía pedir más sin el Sir Reginald sospechara...teníamos que comprarlas por otro lado.
Me dio una receta falsa y una identificación para que los comprara aún que sabía que a como era Pogo esto parecía real a ojos de cualquiera y en la noche cuando todos parecían dormir fui hasta la puerta de atrás donde estaba Pogo y me dejó salir.
Está vez no me distraje con nada y comencé a correr para encontrar una farmacia cercana, después de un rato encontré una pero para mí mala suerte estaba enfrente la cafetería donde Cinco me rompió el corazón.
Ya no dolía ver el lugar... estaba empezando a superar lo de Cinco, ya hasta hablábamos poco y le había contado a Ben que en realidad la chica con la que salía era muy aburrida y pensaba dejarla, claro que Ben me lo contó y me preguntó que iba a hacer pero yo no sabia que hacer, si Cinco dejaba a esa chica ¿Yo tendría oportunidad con el?
Entre por las pastillas y aún que se tardaron en darmelas un rato porque con la altura que tengo nadie pensaba que tenía más de 14 años y no era legal venderlas a menores de 18 el encargado se tuvo que poner a comprobar mil cosas pero al final me las dió.
Ya podía volver a casa por fin y eso iba a hacer cuando saliendo de la farmacia sentí un montón de ojos viendome...eran mis hermanos que estaban sentados en la cafetería, me habían visto y estaba en problemas.
Antes de que ellos reaccionarán me puse a correr y como sabía que Cinco se podía teletransportar me quite el sueter que traía y me mezcle con la gente.
Para no hacer esta carta larga pues me perdí y camine por la ciudad 4 horas, para cuando por fin llegue a casa Pogo me explico que mis hermanos estaban metidos en mi habitación y yo sentí como el mundo entero me daba vueltas.
Sin saber cómo Pogo me tomo y me llevo a la enfermeria, me dijo que si podía ponerme algo más pálida serviría y como parte de mis poderes es ponerme blanca como una hoja solo los saque poquito, sin tiempo de reaccionar tomo las pastillas me dijo que iba a esconder una parte en mi cuarto y dejó solo las necesarias para que parecía que tomaba la dosis correcta y llamo a Sir Reginald.
El al verme así pensó que mi locura empeoró más y me inyectó un calmante muy fuerte, le ordenó a Pogo que me dejara ahí encerrada hasta que reaccionara y después me llevará a mi cuarto y no dijiera nada del tema.
Para cuando desperté todo el mundo me daba vueltas y Pogo estaba a mi lado explicándome lo sucedido y tranquilisandome cuando dijo que mis hermanos tenían prohibido acercarse a mi hasta nuevo aviso y a mí se me tenía prohibido salir.
Y ahora estoy aquí... desahogandome contigo.
Atte. Una fugitiva prisionera
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Cartas para un Cinco que no me ve.
FantasiVanya se siente confundida, Vanya siente cosas que antes no había sentido, a lo mejor está enferma, pero solo siente esas cosas cuando ve a su hermano Cinco, sin saber expresarse correctamente decide comenzar a escribir canrtas pensando que con eso...