Carta 30

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Querida hoja:
¡Vaya dia!
Hoy fue el primer día que tome esas pastillas...son solo calmantes fuertes que evitan que sienta se podría decir que cualquier cosa.
¡SON UN ASCO!
Saben feas para empezar y te queda el sabor durante horas y no estoy segura pero creo que así se siente cuando bebés mucho alcohol o te drogas.
Lo peor de todo son los síntomas que causan, me mareo todo el tiempo y siento como si estuviera en un sueño... y para colmo cuando probé la comida me dió tanto asco que corri al baño para sacar todo.
Cuando termine solo sentí los brazos de Pogo a mi alrededor y su voz susurrándole que debíamos encontrar otra solución...no hay otra solución.
Lo controlaba tanto como me era posible y no era casi nada, siempre me había ocupado de sentir lo menos posible pero había sido una idiota que se enamoró para que todo se descontrolara.
Yo me había buscado esto y tendría que soportarlo hasta encontrar otra solución.
La parte buena es que Sir Reginald temiendo que tuviera algo contagioso me dejó quedarme en mi cuarto...toda la semana, supongo que podría ser peor, supongo que podría ser una celda menos cómoda mi cárcel y tengo a Pogo.
Incluso Ben vino a verme en su rato libre antes de dormir, me contó que Klaus ahora estaba enojado con el porque decía que lo cambiaba por mí y el le dijo tú me cambiaste primero así que es mi decisión y claro está que a como es Klaus va a estar enojado hasta que Ben vaya y le suplique de rodillas pero Ben tiene el corazón roto, el chico que le gusta quiere a otra persona y en esos casos lo único que quieres hacer con la persona es gritarle lo idiota que es...yo quería hacer eso aún que no lo había visto casi después de la plática que tuvimos.
Pensé que con eso lo olvidaria, pensé que con eso el dolor pasaria y sobre todo pensé que sin él yo volvería a ser la Vanya de antes...era un error.
Pero me alegro poder consolar a Ben con su corazón roto...mínimo a pesar de que tiene un mounstros en el pecho puede sentir...yo ya no puedo o mejor dicho ya no debo.
Atte.Una Vanya con efectos secundarios

Cartas para un Cinco que no me ve.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora