Carta 17

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Querido Cinco:
Siempre que los veía llegar a casa me sentía alivida y feliz aún que no lo podía demostrar, sabía que tú y todos los demás son poderosos y pueden defenderse pero para mí son mis hermanos y tú eres el chico que me gusta así que estuve mortificada todo el tiempo que no supe que pasó con ustedes en esa misión.
Sabía que llegaban porque había un montón de chicos afuera de la casa desde temprano, sus fans venían a darles la bienvenida y a decirle lo mucho que los amaban, pero ahora que se que yo lo siento por ti me duele pensar que alguien te lo pueda decir con una libertad que yo no.
Pogo siempre salía a recibirlos y aún que otras veces me había ofrecido salir con el a recibirlos siempre me negaba.
Pero esta vez quería hacerlo porque una parte de mi deseaba ser como todas las chicas que gritan diciéndote cuánto te idolatran y te aman, apenas salí con Pogo note que te estabas tomando una foto con una chica hermosa, con una chica que me hacia dudar de que yo fuera una, era hermosa y te veías feliz de que alguien como ella sintiera atracción por ti, no te puedo juzgar, quería correr dentro de la casa, quería calmarme pues sabía de lo que era capaz si me sentía ofendida o dolida por lo que siempre escapaba de estas situaciones.
Cuando voltee a ver a otro lado me di cuenta de que una chica rubia se quedaba viendo sorprendida hacia donde estábamos Pogo y yo, supongo que nunca había visto algo como el y se impresionó fácil, eso me hizo cuestionar que tan ordinaria era mi vida a pesar de que yo para todos lo era.
Seguí mi recorrido con la mirada hasta que escuche la frase "¿ Sissy a dónde vas?" curiosa como soy realmente voltee a ver qué era lo que estaba pasando y me sorprendí de ver a la misma chica rubia me estaba ofreciendo un ramo de rosas, debo admitir que quitando el día del teatro yo nunca había atraído la mirada de nadie, pero por lo visto lo había hecho ya ella que no dejaba de verme sonrojada y provocó que yo también me sonrojara y bajará la mirada.
Nadie me habia ofrecido flores nunca aún que se supone que es algo muy normal de regalar a una mujer, pero en general nadie me ofrece nada, estire los manos y tome las flores, era un lindo ramo de hortensias de un azul tan lindo que resaltaba mucho con el blanco del papel, le susurré un ligero "gracias" por el obsequio aún que para ustedes estás muestras son cotidianas para mí es todo una novedad.
Me sorprendí cuando me dijo que era muy hermosa, siempre me considere poco agraciada por no decir horrible, ya que aún que solo éramos Alisson y yo de mujeres en la casa ella siempre se robaba las atenciones y las miradas, quería responder pero en eso sentí tu mano empujándome a casa seguido de todos mis hermanos entrando también y solo pude voltear a sonreírle una última vez a esa extraña.
Atte. Una Vanya con flores.
P.d: deja de ver feo a mis flores se me van a secar por tu culpa.

Cartas para un Cinco que no me ve.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora