Entre Tu Y Yo

Decir adiós no siempre es tan fácil

Capítulo 16

Zoé

Con Luke me sentía a salvo, pero no como te sentías con tus padres cuando eras pequeño, era de una manera distinta, sabía que no me haría daño... Él conocía cada parte de mi vida desde que empezaron los problemas.

La primera vez que internaron a mi madre en un hospital, Luke estuvo conmigo y me abrazó cuando lo necesite, era tan solo una pequeña con grandes sueños y metas que estaba viendo como la persona que más amaba en el mundo y me impulsaba a luchar por mis sueños estaba conectada a una máquina que le permitía seguir en esta vida.

Todos hemos sufrido indudablemente, pero yo pensaba que yo era la persona que sufría más en todo el mundo, de pronto ya no bailaba con mi madre todas las tardes en nuestro salón de baile, sino que bailaba enfrente de su camilla en el cuarto de un hospital para que ella me viese y no se sintiera triste, pero desde que ella murió yo no volví entrar al salón de baile, porque mamá se había llevado el encanto que tenía, era todo muy distinto, hasta la casa perdió su brillo lentamente. Nunca fue lo mismo sin ella y nunca lo sería, pero no sabía si algún día yo podría vivir sin pensar tanto en ella, conforme paso el tiempo papá y yo nos las apañamos para sobrellevar la perdida.

Aún recuerdo el día en que mi madre nos dejó, era un 15 de julio, era un día soleado y papá me había llevado de viaje por mi cumpleaños número trece, estábamos al otro lado del país en nuestra casa de vacaciones y comíamos un helado como todos los domingos por la tarde, el teléfono de papá sonó y su expresión cambio totalmente, fue como si hubiera visto un fantasma, el celular se resbalo de su mano y cayó al piso...

- Pa... ¿Qué sucede?-Nada más que un suspiro salió de su boca y me agaché a recoger el celular.

Tenía miedo porque mi instinto me hizo pensar en mamá.

- Señor Fox ¿Me escucha?...- hubiera reconocido esa voz en cualquier lado, era la enfermera de mamá.

- Soy Zoé... el se quedo en shock...- dije con miedo. - ¿Esta todo bien?

- Me temo que no, lamento mucho lo que tengo que decirle señorita Zoé... Pero su madre ha fallecido hace unos minutos.

Al colgar no pude hablar, ni llorar, no pude moverme, ella era como mi mejor amiga y también había sido mi maestra de canto, ballet, pintura y todo lo relacionado al arte, ella me había enseñado que podía volar a través de la literatura y entonces ya no estaba, se fue y yo no estaba con ella y la culpa empezó a invadirme.

Corrí hasta mi habitación y al sentarme en el piso tras cerrar la puerta y poner el pestillo, abracé mis rodillas y no sentí nada, más que un vacío, como caer en un precipicio que no tiene fondo, yo solo caía y caía pero nunca me llegué a topar con el final, hasta que lo dije para mi misma.

- Ya no estará más Zoe...- me susurré a mi misma mientras apretaba contra mi pecho aún más las rodillas con ayuda de mis brazos.

Las lágrimas llegaron y me invadieron y fue como si me lavaran por dentro, porque entonces me quede vacía, sin nada para mi, ni el resto del mundo, y cuando lo logré comprender solo grité mientras las lágrimas salían en contra de mi voluntad, porque eso era... un vacío, el vacío que ella había dejado en mí con su partida.

Quizás tarde demasiado tiempo en superar su perdida, no me podía perdonar que no hubiese estado con ella para despedirme, porque antes de irme no lo hice como si fuese la última vez, confiaba en que cuando volviera ella estaría esperándome con esa sonrisa que siempre tenía a pesar de la situación.

La última vez que la vi y hablé con ella me dijo que seguiría en el mismo lugar cuando regresará...

- Zoé, mi amor... Prometo que aquí estaré cuando tu vuelvas, ve y disfruta tu cumpleaños.

- No quiero ir, no sin ti, sé que saldrás de esto como lo has hecho las otras veces... Y entonces iremos los tres juntos.

- Ve Zoé, no quiero que te quedes aquí por mi, estaré aquí cuando regreses.

- Iré y volveré con cochas de mar para ti.

- Eso es Zoé...

Pero ella ya no estaba.

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