Capítulo 60

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Mientras todos se divertían en la fiesta, o al menos antes de que los acontecimientos paranormales comenzaran a suceder, Jihoon y SeungCheol estaban tratando de llegar al lugar. Habían salido de casa un poco tarde porque el viejo auto del papá de SeungCheol se quedó varado a dos calles de la casa de Jihoon; al principio fue divertido, la gente los miraba por sus disfraces tan llamativos mientras ellos trataban de regresar el auto a la entrada en la casa del menor.

Jihoon estaba usando un sombrero negro alto, con un traje de pingüino en color negro, con el chaleco de color azul rey y la camisa blanca, usaba guantes, un antifaz de color azul parecido al tono de su traje, pantalones cortos, calcetas un tanto largas de rombos en azul y blanco y sus zapatos negros. Por otro lado, Seungcheol llevaba una camisa blanca larga, algo parecida al traje de pingüino que estaba usando Jihoon, pantalón, zapatos y guantes blancos, sus orejas de conejo, y la mamá del menor hizo una pequeña y esponjosa cola de conejo para que usara, también llevaba un antifaz en color blanco.

Seungcheol no pudo hacer mucho por el auto de su padre, a pesar de que lo había arreglado en más de una ocasión, esta vez no pudo hacerlo. Tuvieron que llamar a un servicio de transporte para que los llevara al lugar, pues los padres de Jihoon también se habían ido a una fiesta y no tenían quien los llevara.

Durante todo el rato Jihoon estuvo recibiendo mensajes de sus amigos preguntándoles dónde se encontraban, pero él sólo respondía que ya estaban en camino. El taxi llegó y subieron apresurados, incluso le pidieron al conductor que se diera un poco de prisa, ya eran pasadas las once de la noche y si tardaban más en llegar, se perderían la mitad de la fiesta. El conductor no parecía de buen humor, y en cuanto llegó al lugar, les cobró y los hizo apresurarse a bajar.

—Qué mal servicio— dijo Jihoon viendo al taxista dar la vuelta y regresar por el mismo lugar.

—¿Estás seguro que esta es la dirección?— preguntó Seungcheol al ver la casa que estaba frente a ellos.

Jihoon miró hacia atrás, la casa parecía un poco vieja, pero encajaba bien con la temática —sí, es la dirección que me dio Chanyeol.

—¿Y por qué no hay nadie?

El menor frunció su ceño y miró por todos lados —¿una broma?

—Sería una broma muy bien elaborada.

—Como sea, entremos.

Jihoon dio un paso hacia adelante y Seungcheol miró por todos lados antes de seguirlo. La calle lucía bastante desértica, había unas cuantas casa, pero todas estaban alejadas una de la otra; de todas ellas, esa casa era la única que lucía en un mal estado, el jardín estaba cubierto de plantas muertas, las ventanas y puerta lucían desgastadas y un tanto oxidadas. Nada del lugar tenía buena pinta, pero parecía ser un buen lugar para una fiesta en pleno halloween.

—¿Tienes señal en tu teléfono?— preguntó Jihoon al tratar de enviar un mensaje a sus amigos, avisándoles que ya habían llegado.

Seungcheol revisó su teléfono, tampoco tenía señal —no.

—No importa, ya los veremos al entrar.

Ambos subieron los escalones del pórtico, los cuales rechinaron y crujieron en cada paso. Jihoon estiró la mano para tocar la puerta, pero antes de que pudiese tocarla, esta se abrió lentamente hacia adentro. El menor miró a su novio y este se encogió de hombros; sin darle importancia, Jihoon se asomó por la puerta antes de entrar completamente.

Las luces estaban apagadas, pero las exteriores iluminaban lo suficiente hacia adentro para que pudiesen apreciar los detalles del lugar. Los muebles lucían viejos, llenos de polvo y algunos parecían estar rotos; habían telarañas por todos lados y si prestaban la suficiente atención, podían escuchar a los insectos arrastrarse por el lugar. La madera del suelo crujía con cada paso que daban y emitía un eco en toda la casa.

—Si que saben decorar estas personas— comentó Seungcheol en broma para aliviar la tensión que estaba sintiendo.

Seungcheol no era una persona tan valiente que se aventurara a lugares terroríficos por su cuenta, pero estaba con Jihoon, quien era igual o hasta más asustadizo que él cuando se trataba de entrar a un lugar abandonado o terrorífico, y sobre todo de noche, así que tenía que ser valiente por él.

—S-sí... muy buena decoración— comentó dando un paso más hacia adelante.

Claramente se escuchó el correr de algún roedor cerca de ellos, y eso hizo que Jihoon diera un paso hacia atrás y chocara con el pecho de Seungcheol, quien lo tomó de los hombros con fuerza.

—¿No prefieres que vayamos a casa y usemos el plug que compramos?— preguntó Seungcheol cerca de su oído.

Jihoon asintió sin decir palabra alguna, sentía su cuerpo temblar por el miedo que daba el lugar. Pensó en que probablemente le dieron la dirección equivocada por error, o tal vez él se la había dado mal al taxista, o tal vez estaba de tan mal humor el conductor que prefirió dejarlos ahí que llevarlos a su verdadero destino.

Con pasos lentos habían llegado hasta la sala, así que regresarían de la misma manera hasta salir de la casa, sin molestar a nadie. Jihoon esperaba que en cualquier momento alguien saliera y les brincara en la cara diciéndoles que era un broma, y que todo mundo comenzara a salir de sus escondites para burlarse de sus caras de asustados, cualquiera de esas opciones era mejor que el que un fantasma real los asustara.

Se tomaron de las manos y finalmente dieron vuelta para salir de la casa, pero unos pasos de una persona corriendo los asustó. Ambos miraron a la habitación de al lado, parecía ser el comedor por aquella gran y vieja mesa que estaba en medio de la habitación, aunque no había sillas a su alrededor. Los dos se quedaron congelados, esperando que haya sido alguno de los amigos de Jihoon quienes les estaban jugando una broma.

—¿H-hay alguien ahí?— preguntó Seungcheol.

Todo se quedó en silencio, inclusive parecía que los insectos y las ratas habían dejado de moverse; al no obtener respuesta, decidieron continuar su camino, pero ninguno de los dos logró apartar la mirada de aquel lugar de donde provino el ruido. Jihoon esperaba que alguien apareciera, fuera lo que fuera estaba esperándolo, y eso sólo hacía acelerar y asustar más a su corazón.

Seungcheol se había quedado congelado por un instante, por más que quisiese mirar a otro lado, no podía dejar de hacerlo. Finalmente llegaron a la puerta principal, ambos ignoraron el hecho de que la puerta estaba cerrada y que ninguno de los dos la había cerrado, tampoco fueron conscientes de cuándo se cerró, pero ahora que intentaban abrirla, se dieron cuenta de que estaban atrapados en el lugar.

Gamers in Love [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora