Capítulo 62

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Ambos se congelaron en ese momento, finalmente Jihoon dejó escapar una lágrima, ya no quería abrir los ojos, pensaba en dejarse guiar por SeungCheol. Por otro lado, el mayor no podía evitar mirar hacia donde se había ido la sombra, necesitaba saber que no volvería a verla, o al menos esperaba no verla; luego de un corto tiempo, miró a su alrededor, al otro lado de la meseta había una puerta de madera, pero a diferencia de las otras, está tenía una ventana de cristal donde se apreciaba el exterior.

—Podemos salir por ahí, bebé.

El menor asintió sin decir nada, esperando ser guiado por su novio hasta la salida.

Seungcheol lo miró y trató de sonreír por lo adorable que era asustado, pero no pudo con el miedo que sentía recorriéndole el cuerpo, así que asintió y comenzó a guiarlo con cuidado por la cocina. Al llegar, giró la perilla dándose cuenta de que esta estaba cerrada con llave y jadeó con frustración

—Necesitamos una llave.

—¿Sabes abrir cerrojos con pasadores?

—¿Tienes pasadores?

Jihoon asintió y abrió los ojos, su sombrero estaba sujetado con varios de ellos, así que quitó dos y se lo dio a su novio.

—Pensé que no tendrías, y yo diría "ni modos, busquemos otra salida", pero no sé hacer eso— dijo rápidamente y un poco asustado.

—Tienes suerte— dijo y volvió a tomar los sujetadores para apartar a su novio de la puerta.

El menor dobló uno de sus pasadores por la mitad y el otro lo abrió por completo para tratar de hacer una ganzúa, también le pidió a su novio que lo alumbrara. En un par de ocasiones Jihoon se había quedado fuera de casa sin llaves y sin que sus padres estén, así que había aprendido ha abrir cerraduras con un par de pasadores para no quedarse fuera hasta que sus padres llegaran.

En casa era fácil hacerlo, lo había hecho tantas veces que ya sabía el movimiento que debía hacer para levantar los seguros del interior, pero esta era una puerta desconocida, vieja y estaba un poco oxidada, lo que dificultó un poco más el trabajo; además tenía tanto miedo que no podía dejar de temblar. Seungcheol veía como Jihoon movía los pasadores sin comprender lo que hacía, pero mirarlo era mucho mejor que ver hacia atrás y esperar que no les apareciera algo.

Los minutos pasaban y Seungcheol cada vez tenía más ansiedad, el pensar que había algo detrás de ellos lo comenzaba a desesperar; su pierna se agitaba con impaciencia, rogando que en cualquier segundo Jihoon lograra abrir el cerrojo y abrir la puerta. En medio del silencio, ambos escucharon claramente un "clic" y Jihoon abrió la puerta de la cocina, corroborando que el cerrojo se había abierto.

Su rostros se iluminaron en felicidad, y sin pensarlo dos veces salieron de aquella casa. Pudieron tomar una gran bocanada de aire, sintiendo un peso menos en sus hombros y librándose de esa tensión que dentro de la casa sentían. Los dos se abrazaron y se dieron un corto beso en los labios para terminar de aliviar la tensión.

Cuando se separaron, Seungcheol miró sobre los hombros de Jihoon y vio a un niño parado al fondo de la cocina, era como una sombra, pero podía ver su semblante triste, tenía el rostro pálido y una mirada que ni siquiera pudo ver. Cerró los ojos por un segundo y al abrirlos la imagen del niño había desaparecido, su cuerpo tembló y no pudo evitar quedarse congelado por lo que había visto, sintiendo su sangre helarse.

Jihoon se separó de su novio, pero sin soltarle la mano caminó hacia el frente del jardín para alejarse de esa casa de una buena vez. Sin embargo, al llegar al frente, había un muro de dos metros que no vieron anteriormente.

—¿Y ahora qué hacemos?— preguntó Jihoon.

—Escalemos— dijo el mayor mientras veía lo que estaba cerca de ellos.

Junto al muro estaba una ventana, la cual usaron como impulso para subir el muro. Seungcheol ayudó a Jihoon a subir, y antes de que el menor cruzara al otro lado, esperó a que Seungcheol hiciera lo mismo, no planeaba bajar hasta que supiera que el mayor saldría igual que él. Ambos se sonrieron con temor al estar sentados en el muro y luego brincaron hacia la parte delantera del jardín.

Corrieron lo más rápido que pudieron para llegar hasta la calle, no planeaban quedarse ni un segundo más. Sus cuerpos temblaban, el frío de la noche se había hecho abrumadora y los golpeaba mientras ellos corrían por la calle, alejándose de la casa. No se detuvieron hasta que salieron de aquella colonia y llegaron a la calle principal, donde los autos, aunque no eran muchos, pasaban.

Pudieron respirar aliviados y Seungcheol tomó de los hombros a Jihoon para abrazarlo, impidiéndole que se alejara; Jihoon rodeó a su novio por la cintura, aferrándose a él con fuerza.

—¿Ya tienen señal los teléfonos?— preguntó el mayor y se separaron ligeramente para ver sus teléfonos.

Ambos ya tenían señal, y al ver la hora, se dieron cuenta de que estuvieron al menos una hora en el interior de aquella casa; ¿cómo es que había pasado tanto tiempo y no se dieron cuenta? Ahora ya no importaba, sólo querían regresar a casa y meterse bajo las sábanas hasta poder conciliar el sueño.

Nuevamente pidieron servicio de taxis para regresar a casa, luego del susto que se llevaron no planeaban ir a la fiesta, aunque eso pudo haberlos distraído un rato, con la broma que les jugaron a los chicos y que a ellos les jugarían, no iba a ser muy reconfortante estar en el lugar. El auto llegó en poco tiempo y Jihoon pensó que había visto esas matrículas en algún lado, pero fue hasta subieron al auto que pudo recordarlo.

Se trataba del mismo conductor, el que los había llevado hasta ese lugar ahora pasaba a recogerlos, el corazón de Jihoon se aceleró un poco y trató de no verlo, luego del lugar al que los había llevado, ya no confiaba demasiado en ese sujeto. Revisó la dirección en el teléfono y miró las señales que la luz pública lograba iluminar para ver si el conductor los había llevado al lugar equivocado, o si realmente era la dirección. La dirección era correcta.

El camino a casa fue silencioso y tenso, Seungcheol también reconoció al conductor, pero no quiso mencionar nada, al menos no por ahora. Al menos llegaron sanos y salvos, después de todo el susto que vivieron, estaban en casa del menor. Bajaron del auto, y esperaron a ver a que el taxi se fuera, Seungcheol miró a Jihoon y habló.

—¿Me puedo quedar a dormir?

—Por favor— dijo Jihoon.

Gamers in Love [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora