Capítulo 41

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—Estuve hablando con la mamá de Seungcheol— comentó su mamá llegando a su habitación.

Jihoon no dijo nada, sólo hizo a un lado el comic que estaba releyendo.

—Dijo que no tenía problema en dejarlo venir para que jueguen un rato— los ojos de su hijo se iluminaron y se apresuró a decir —pero...

—Claro, siempre hay un pero— murmuró.

—La condición es que los esté vigilando a cada momento y tengan la puerta de la habitación abierta.

—¿Es todo?

—Vendrá una vez a la semana cuando mucho, y estará dos horas.

—¿Dos horas?— expresó inconforme, pero al ver la ceja levantada de su mamá se retractó —dos horas es suficiente, pero... ¿y si viene en fin de semana?

—Oh si viene en fin de semana podrá estar aquí dos horas y media.

A Jihoon no le pareció divertido, pero era mejor que nada —¿puede venir ahora?

—Claro, puedes decirle que venga ahora.

Jihoon sonrió ampliamente, se levantó de su cama para acercarse a su mamá y besarla en la mejilla —te amo mamá— expresó con felicidad mientras iba por el teléfono fijo para hablar con Seungcheol.

—Claro, sólo así recibo un beso y un te amo— expresó sin ser escuchada.

Ya habían pasado tres semanas de su castigo, tres semanas en las que se la pasó entreteniéndose con sus tareas, releyendo los cómics de Marvel que tenía, y de vez en cuando viendo los aburridos programas que sus papás veían. Sin embargo, su mamá le había dado la oportunidad que hablara con Seungcheol por un rato a través del teléfono fijo de la casa, y aunque no hablaban todos los días, ni todo el día, de vez en cuando se llamaban para conversar.

Jihoon quería ser el primero en contarle a Seungcheol que podía ir a su casa y pasar la tarde, o al menos dos horas y media, como había dicho su mamá, pero Seungcheol tambíen fue informado del acuerdo que sus mamás hicieron y quería preguntar si podía ir justo en ese momento. El menor hizo un puchero que Seungcheol no pudo ver, pero igual no se negó a que lo visitara en ese instante.

El mayor llegó en poco tiempo y fue recibido por la mamá de Seungcheol, que a pesar de que aún estaba un poco molesta con la escapada que se dieron, lo recibió con una sonrisa y lo hizo pasar. Jihoon era el más entusiasmado de los dos y corrió a abrazarlo como en la escuela no podía, pues a los profesores les molestaba que los estudiantes tuviesen muestras de afecto, demasiado afectuosas.

—Jihoon— llamó su mamá regañándolo ligeramente.

—Lo siento— dijo pero sin soltar a Seungcheol, aunque más bien parecía que estaba abrazando a un oso de peluche gigante —iremos a mi habitación.

—Recuerda que deben dejar abierta la puerta.

—Sí mamá, lo que digas— contestó con una sonrisa y llevó a Seungcheol a su habitación.

Ambos querían besarse aunque fuese un poco, pero suponían que los besos no estaban permitidos. No desaprovecharon el tiempo y entraron a jugar Legend of Pledis, donde sus otros amigos estaban protegiendo bien sus territorios, haciendo pequeñas mejoras y de vez en cuando ganado más terrenos. La mayoría se sorprendió al verlos unirse a la partida, Joshua y Jeonghan les habían dicho sobre sus castigos, al igual que los de Seokmin y Soonyoung; y aunque no todos estaban en línea en ese momento, fue grato saludarlos.

Decidieron jugar sólo una hora con ellos, para que la siguiente hora y media fuese únicamente para ellos dos, ya fuese jugando en algún otro juego, o tal vez besándose a escondidas de los padres de Jihoon. Afortunadamente para ellos, ambos adultos fueron a su recámara, el papá de Jihoon le insistió su esposa de que ellos estarían bien y se comportarían, además de que quería ver una película a solas con ella, lo que significaba que terminarían dormidos luego de pocos minutos de que la película comenzara.

En cuanto Jihoon escuchó la puerta de la habitación de sus padres cerrarse, corrió a la puerta para asegurarse de que ambos adultos estaban ahí, y en cuanto lo confirmó corrió hacia Seungcheol, quien se encontraba sobre su cama y se sentó a horcajadas sobre sus piernas para unir sus labios como tanto lo habían querido.

Seungcheol no desaprovechó la oportunidad de pasear sus manos en los muslos de su novio, pero no se sentía muy seguro haciendo eso —¿y si tus padres nos ven?— preguntó cuando Jihoon soltó sus labios finalemente.

—Tranquilo, es todo lo que tendremos por hoy— dijo con una sonrisa, dándole un último beso y regresando a su lugar en la silla de su escritorio, pero Seungcheol se lo impidió.

—Espera, un poco más— dijo y volvió a unir sus labios en un intenso beso —ya, ahora sí— una enorme sonrisa se posó en sus labios, dejando regresar a Jihoon a su lugar.

Jihoon sonrió de igual manera y se alejó —¿jugamos Fortnite?

—Está bien.

Ambos se miraron con sonrisas en sus labios y se pusieron a jugar.

La mamá de Jihoon no estaba muy tranquila, no le creyó del todo a su hijo cuando le dijo que no habían ido a casa de Seungcheol para tener sexo, y aunque tal vez decía la verdad, nada quitaba que pudieron haber hecho cosas de adultos aunque no llegaran al sexo. La película ya había comenzado y ella simplemente no podía concentrarse del todo en lo que estaban viendo, pues intentaba escuchar algún tipo de ruido proveniente de la habitación de su hijo.

—Tranquila, seguro sólo están jugando con la consola— dijo el señor Lee al ver a su esposa un poco tensa.

—¿Y si están haciendo algo?

—¿Crees que lo harían teniéndonos en casa?

—¿Tú crees que no?

El señor Lee negó —sólo veamos la película, ¿sí?

La mujer terminó suspirando y asintiendo, acomodándose en los brazos de su esposo para mirar la película. Sin embargo, al poco tiempo su concentración se vio interrumpida por ciertos ruidos que escuchaba fuera de la habitación.

¡Cheol, vamos, ahí! Ah ah no... Cheol, ¡dónde estabas antes! ¡Sí! ¡Ahí!

Podía escuchar a su nada silencioso hijo decir, aunque era un poco confuso —¿lo estás escuchando?— preguntó un poco preocupada, pero al mirar a su marido, este ya estaba profundamente dormido.

Decidió no hacer más caso a las palabras de su esposo, y salió de la habitación para averiguar qué pasaba, caminó a paso lento y aunque los gritos de su hijo ya no es escuchaban, podía escuchar el rechinar de la cama al sacudirse con un poco de brusquedad. Cerró los ojos pensando en lo que se encontraría, negó deshaciéndose de sus pensamientos y al asomarse en la puerta vio a Jihoon brincando en la cama, como si estuviese desesperado y Seungcheol estaba demasiado concentrado en la pantalla de la computadora, moviendo sus dedos con rapidez sobre el control.

Jihoon se dio cuenta de que su mamá estaba mirándolos y preguntó —¿sucede algo?

—N-no, sólo me preguntaba si querían algún refrigerio o bebida?

—No, gracias, estamos bien— sonrió con inocencia —¿o tú quieres algo, Cheol?

Seungcheol estaba tan concentrado en el juego que no respondió.

—Estamos bien mamá, gracias.

—De acuerdo— dijo con una nerviosa sonrisa y regresó a su habitación.

Los chicos sólo estaba jugando una partida de Fortnite, Jihoon había perdido la vida en medio de la partida y trataba de ordenarle a Seungcheol hacia donde debía atacar o correr, pero como el mayor jugaba a su manera sin prestarle atención, Jihoon no encontró otra forma de aliviar su desesperación más que brincando sobre la cama y aventándose en ella cada vez que Seungcheol fallaba o casi lo mataban. Claro que Jihoon pensaba perfectamente en las palabras que gritaba, o en el alivio que encontró brincando sobre la cama, todo para desquiciar un poco a su madre por el castigo que le había puesto.

Gamers in Love [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora