viginti novem

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AHHHHH por fin lo que han estado esperando.

"Tienes que irte"

Lyanna cuando había salido del bunker vio a su alrededor, el cielo estaba teñido de un naranjado oxidado, horrible, cerró los ojos sintiendo el peso de la miseria y amargura, de no querer vivir dentro de ella

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Lyanna cuando había salido del bunker vio a su alrededor, el cielo estaba teñido de un naranjado oxidado, horrible, cerró los ojos sintiendo el peso de la miseria y amargura, de no querer vivir dentro de ella. No se había sentido así desde que era una niña, desde que su cuerpo y su vida solo eran una mercancía. Polis parecía una ciudad fantasma, apenas se escuchaba algo o alguien, solo silencio, un silencio abrumador, se puso los dos dedos en su boca que temblaban y silbó lo mas fuerte que pudo, era una estupidez, probablemente la estupidez mas grande que alguna vez ella habría hecho, espero y espero, no supo cuanto espero, ya no podía distinguir muy bien los segundos de los minutos. Cuando Abby le había dicho que su hijo no iba a nacer, ese, fue, sin duda el segundo mas largo en la vida de Lyanna, comparado a cuando la habían violado por primera vez quitandole su virginidad, mas que cuando asesinó a  su madre, mas que cuando murió Finn, mas que cuando murió su padre, su ultima oportunidad e vivir; ser madre; un sueño que siempre había anhelado y la poca esperanza que le quedaba de que ella podía tener algo bueno en su vida se habían hecho trizas.

En la distancia poco a poco apareció la figura de un lobo, de un lobo gris con unas pocas manchas castañas, este estaba igual de grande y al parecer la radiación no parecía importarle, no se veía herido ni nada. Sin embargo se veía ansioso y algo inquieto, en cuanto vio a Lyanna la lleno de lamidas y rápidamente le olio el estomago. La chica también sonrió débilmente, por lo menos ahora se podía despedir de su fiel amigo, de su mascota, de su compañero mas leal.

—No, Cerbero—ella sollozó sintiendo sus piernas débiles—. No habrá niño, no habría príncipe. ¿Qué te parece un viaje? Un ultimo viaje, solo nosotros dos.

Cerbero le lamio la mano y gimió, viendo la angustia y tristeza de su dueña, sintiéndola, él se inclino, casi como si hiciera una reverencia, dejando que Lyanna se agarrara a el y en un par de segundos se montara rápidamente. Le dio una pequeña palmada a Cerbero y este comenzó a trotar suevamente antes de comenzar a correr en dirección hacia donde Lyanna se inclinaba para que fuera. Ella pensó que iba a durar mas de una hora cuando se encontró en el bosque, la nieve haciendo una capa blanca que hacia resaltar la poca luz de luna que quedaba, cuando se encontró con la camioneta; el rover, y cinco figuras con trajes espaciales.

—¡Clarke?!—Lyanna gritó, los cinco se dieron la vuelta para verla, ella se bajo del lobo, y lo vio con los ojos llorosos.

—Tienes que irte—ella le dijo.

El lobo ladro y se acerco hacia ella, acurrucándose a su lado, no queriendo dejarla y dando lastimeros sonidos.

—Cerbero, tienes que ir con los tuyos—ella sollozó mientras le acariciaba el pelaje, en solo unas horas había perdido todo lo que le importaba, ¿su madre se reiría de ella en donde quiera que estuviese?—. Mi valiente lobo, mi guardián del infierno—ella le susurró, su voz rasposa—. Que nos encontremos de nuevo, Cerbero, mi valiente cachorro.

NOMONDAVRA | the 100 #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora