septem

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"Dragones"

Lyanna habia ido de allí para aca, asegurando que la comida llegará cada aldea y pueblo

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Lyanna habia ido de allí para aca, asegurando que la comida llegará cada aldea y pueblo. Que las personas heridas fueran bien tratadas, aún todos tuvieron algo de comida en la mesa, los niños mas pequeños se entretenían viendo a los lobos que no tenían problema alguno. Lyanna quería que los niños se distrajeron jugando y no estuvieran en un terrible ambiente de muerte. Desde que ella estaba en Polis,  los lobos tampoco habían dejado la ciudad, se habían quedado con ella, así que merodeaban de vez en cuando, otros se quedaban por los bosques cercanos.

Octavia estaba a su lado, custodiando su espalda, cómo siempre con una mano en su espada, mientras Lyanna ayudaba a los enfermos, le sonreía a los niños, y caminaba de un lado hasta el otro, hablando con los distintos clanes y sus embajadores, preguntando por los pueblos y asegurándose que todos tuvieran sus necesidades cubiertas, sin embargo cuando fue a hablar con un anciano, él sonrió maravillado.

—Elaena—él sonrió viéndola con los ojos brillando.

Lyanna se le quedo viendo con curiosidad antes de decidir sentarse frente a él con una sonrisa.

—¿Usted la conoció...bueno...me conoció?— ella preguntó con interés.

—¿Conocerla?—el hombre sonrió, era un hombre muy tierno, le recordó a su abuela, era muy anciano, con la cara llena de arrugas, debía tener unos noventa años—. La amé, todos la amamos, yo la ame como a una hija, ella era el amor de la vida de mi hijo. Que en paz ambos descansen.

—¿Su hijo?—el corazón le dio un brinco

—El comandante Ryder—él sonrio con tristeza, Lyanna abrió la boca completamente sorprendida, sin embargo vio al hombre con dulzura y le tomo la arrugada mano, una sombra e dolor paso por la cara del hombre. Lyanna podía entender eso dolorosa que sería que un hijo muriera antes que el padre. Sin embargo aun asi siguió sonriendo—. Recuerdo una niña de cabellos rubios como los tuyos, mi niña, con ojos violetas como las lilas, corriendo por las praderas con los Lobos, y contar cuentos de feroces y hemosas bestias llamadas...

—Dragones—siguio Lyanna, haciendo al hombre asentir.

—Si, Dragones, ella nos decía las mas maravillosas historias para dormir, nos juntaba a todo el pueblo y hablaba por una hora sobre maravillosos dragones, reyes y princesas.

—¿Tuvo un favorito?

—El que mas recuerdo es el del malvado joven leon, un rey despiadado y malcriado, un niño rey, siempre se las contaba a los niños de la aldea, para que sepan las consecuencias de ser egoísta y vanidoso.

—Claro que si—ella sonrió, le soltó la mano, aun tenia mucho trabajo por hacer sin embargo fue bastante agradable conversar con el anciano—. Cualquier cosa que necesite no dude en ir a pedirlo.

—Soy de Trikru—el se encogió de hombros—. Y ya soy muy viejo.

Lyanna frunció los labios.

NOMONDAVRA | the 100 #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora