«ERA COMO VER UNA DIOSA, UNA DIOSA TAN HERMOSA COMO AFRODITA, PERO TAN LETAL COMO LA MISMA ATENEA»
Salvar a su pueblo de ALIE suponía el fin de la guerra. Sin embargo esta recién estaba empezando. Con el tiempo en contra de ellos Lyanna, Bellamy y C...
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Lyanna quería haber ido hacia Luna. Convencerla de no participar en el cónclave, Lyanna era muy buena con la palabras y bastante persuasiva sin embargo Neon, como su mano derecha y que conocía mas a Luna, le había aconsejado que no era ninguna buena idea. Luna no creía que nadie merecía ser salvado, que todos eran iguales y mucho menos se tragaría la persuasión y argumentos de Lyanna cuando la joven reina había hecho cosas horribles. Mientras Neon había ido a ver a su pueblo, Trikru, había dejado a Lyanna bajo la protección del enorme lobo Cerbero. La chica con el enorme lobo a su lado se había acercado a Roan que estaba rodeado de algunos guerreros de Azgeda que conversaban seriamente con su rey, ella los vio.
—Lárguense, quiero hablar con el rey a solas—dijo fríamente, los guerreros se quedaron viendo por un segundo y Lyanna alzo una ceja al ver que no la obedecían de inmediato—. Ahora.
Cerbero gruñó a su lado, y todos se fueron, el lobo hacia parecer a Lyanna aun mas intimidante.
—Esto fue tu idea ese el principio ¿no?—Roan preguntó viendo a Lyanna con admiración, se veía hermosa y poderosa, su corona, su armadura de huesos, su vestido rojo carmín, sus ojos pintados con su propia sangre negra y su cabello cayendo en una cascada de rizos rubios platinados. Ella resopló
—No desde el principio, primero fue Clarke y luego tu solo me echaste a perder la supervivencia de todos los clanes—Lyanna suspiró, lo vio con pena—. Esta será la ultima vez que nos veamos.
Roan la vio con una ceja alzada.
—¿Tanta fe le tienes a Octavia?—él preguntó sorprendido—. Echo le atravesó una espada y la lanzo a un acantilado.
Ella sonrió, le tenía tanta fe en Octavia porque era en lo único en que podía tener fe, no podía confiar en dioses o en la suerte, lastimosamente nada de eso existía, lo había aprendido a la dura. Octavia era una guerrera de corazón pero no tenía la mente estratégica de Lyanna pero para eso se tenían la una a la otra. Últimamente se le había ocurrido otro plan en el caso de que...Lyanna ni siquiera quería pensarlo...Octavia no fuera campeona, pero solo era algo de ultimo recurso....ponerse la llama. Y cuando Octavia ganase, Roan estaría muerto...Lyanna tampoco le agradaba pensar en eso, Roan la había salvado incontables veces, nunca había hablado mal de ella y jamás había querido que ella perdiese su corona y su poder. Había sido un completo caballero con ella, a Valjean le habría agradado....si es que Roan no coqueteara con ella cada vez que se encontraran. Pero Lyanna jamás olvidaría al rey de Azgeda, le había tomado un incontable aprecio
—Y aun así aquí la vez—Lyanna respondió de inmediato, dio un pequeño salto y se lanzo a los brazos de Roan, abrazándolo con fuerza, Roan le devolvió el abrazo después de unos segundos, sosteniéndola en sus brazos—. Hubieras sido un esposo fantástico, pero tengo una pregunta, estas enamorado de mi belleza o de mi en realidad?
