La oscuridad me cegó durante algunos instantes, el brillante y repentino destello de un relámpago, y el estruendo de su impacto contra el suelo hicieron que mi corazón se saltara un par de latidos. No me importaba el caos que había a mi alrededor, s...
El amor es libre y voluntarioso, viene, va. Es, en sí mismo, la fuerza más poderosa del universo. Al menos, eso dicen.
Dicen que es eterno, autónomo y desinteresado. Yo digo que también es despiadado.
Se instala como huésped sin invitación porque nadie ni nada dicta su actuar. Eso se llama egoísmo.
También dicen que el amor te llevará sin escalas hasta la felicidad.
Parece demasiado fácil. Tal vez todo sea mentira.
Creo que vivirlo en el momento es la clave, porque tan caprichoso como es, un día sencillamente se va.
El hijo de perra se va y te deja vacío.
Tenerlo puede ser satisfactorio cuando es lo que estás buscando. Llega inesperadamente, tan nuevo, lleno de sorpresas e ilusiones.
Perderlo es la peor tortura para el alma de quienes fueron favorecidos con el honor de que habite en ellos.
Confieso que quisiera enamorarme perdidamente, pero temo que un día me encontraré tirada en el sofá, destrozada por el dolor y preguntándome ¿Por qué lo perdí?
Esto del amor es una aventura y a veces me pregunto: ¿Tendré la suficiente capacidad para no dejarme envolver por los demonios que siempre lo acompañan? Ya saben; celos, envidias, engaños, venganza, pasiones propias del corazón humano y que no necesariamente se llevan bien con el amor.
Cada día que paso buscando el amor, libro una lucha a muerte contra esos demonios. Aunque para ser sincera, ya no estoy segura de que el verdadero demonio, no sea el amor mismo y sus ángeles las pasiones que me impiden encontrarlo.
Estoy en una guerra sin tregua donde los demonios mortales y sus fantasmas se multiplican en lo más profundo de mi mente. Y ahí asechan esperando el momento de atacar mi conciencia y hacer estragos.
Por mi propio bien y el de todos, más me valdría ser honesta y definir si lo que realmente quiero es amar.
Y si es así ¿La fuerza del amor será suficiente? ¿Qué tan bueno será hallarlo?
Pero si mato a mis demonios estoy muy segura de que mis ángeles morirán con ellos, porque les gusta ir de la mano, son masoquistas. Ellos se complementan en un plano superior al de mi comprensión. Su simbiosis me equilibra y si uno de ellos muere, su contraparte muere con él.
¿Será que ellos son más fuertes? ¿Alguna vez llegará el final?
No, no... mejor aún ¿Valdrá la pena llegar al final?
Pero ¿Y si no es amor lo que realmente quiero en mi vida?
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