Cambiar el mundo para que sea un poquito mejor suena bien cuando eres niño y crees en cuentos de hadas. — SIN TÍTULO. Nathaniel Proulx.
—O hablas o juro que te mato.
No sé de dónde sale toda la furia, pero las palabras se disparan hacia él como si fueran las mismas dagas que sabe lanzar. Pensar en mi amiga y en el pollito hace que la sangre me hierva.
Volteo a ver a Nicholas para observar sus reacciones mientras leen lo que ellos me mandaron.
—Dylan espera —murmura él como si quisiera tranquilizar la situación.
Veo el rostro de Nicholas y muy en el fondo sé que él sabe muchas más cosas de las que me dice. Tengo miedo de que esos secretos causen más problemas.
La furia crece y me abrazo cuando siento que el frío me golpea el cuerpo, a pesar de ser un día agradable.
—¿¡Tú lo sabías!? —rujo como una leona y la verdad es que me sorprendo de escucharme así. Él hace una mueca—. ¡Por supuesto que lo sabías! Tú sabes todo lo que pasa alrededor de ti. ¿Qué otros secretos ocultas, Nicholas? ¡Dijimos que no más secretos y aquí estamos, otra vez como siempre!
—No, Dylan, espera... —me frena Isaac tomando mi mano.
Me aparto de él como si su tacto fuera veneno y lo miro con desprecio.
—No te lo dije porque no es un secreto mío —declara Nicholas con la mirada ensombrecida—. No puedo andar por la vida revelando secretos de la gente.
—¡Si es sobre los daga roja por supuesto que debes decírmelo! —suelto el rugido otra vez. Volteo a ver a Isaac—. Explícate antes de que te mate.
—Primero que nada, Nick no te lo dijo porque yo se lo pedí —anuncia soltando un suspiro—. Es una parte de mi vida que quiero olvidar... —Sonríe con amargura—. Pero al parecer me seguirá hasta el día que muera.
—Continúa —respondo cruzada de brazos, más por el frío que siento que para mostrarme fuerte.
A Isaac le cuesta continuar, pero sin embargo suelta una gran bocanada de aire y clava la vista en el suelo.
—Sí, maté a ese hombre —lo dice de tal manera y con una expresión que por un momento creo ver culpa, pero me obligo a no ser tan débil y caer como siempre caigo—. Me obligaron a hacerlo. —Frunzo el ceño. Escucho a Nicholas soltar el aire de sus pulmones—. Pertenecía a los daga roja —murmura cabizbajo, como si le diera asco admitirlo—. Nicholas me sacó de allí.
Nadie sale de los daga roja con vida, incluso mi padre sabía eso.
—¿Quién era la persona que mataste?
—Un deudor.
Como mi padre, pienso tragando saliva.
—Sí, Dylan, como tu padre —comenta viendo mi expresión de espanto—. Me dijeron que si no lo hacía... —Aprieta los labios con fuerza—. Ellos no son buenas personas, Dylan y a mí me agarraron desde chico.
—¿Tu tío y tu padre sabían?
Isaac ríe sin gracia.
—Ellos me metieron allí —comenta con rencor en su voz—. Empecé traficando droga, entregas pequeñas porque nadie sospecha de un niño —añade con el rostro ensombrecido—. Pero cuando vieron que me hacía grande, comenzaron a darme más trabajos, trabajos más riesgosos.
—¿Mataste a más personas?
Él niega con la cabeza.
—Nadie queda bien después de matar a una persona y tú sabes eso más que nadie —comenta haciendo una mueca.
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Mi problema para siempre #3
Romance[COMPLETA] Empezar desde cero no siempre es tan fácil y menos si llevas contigo una mochila repleta de recuerdos y un corazón hecho añicos. Dylan intentará empezar de nuevo, lejos del drama, los daga roja... y lejos de Nick, pero a veces el destino...