Capítulo 7

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Vivimos en un mundo lleno de máscaras. Nadie, nunca, te mostrará su verdadero ser... Excepto ella y cuando ese ángel aparezca en tu vida, haz todo lo posible para mantenerla a tu lado porque no todos los días un ángel baja del cielo para entregarte su corazón. — SIN TÍTULO. Nathaniel Proulx.

Todavía sigo temblando.

Sostengo las manos sobre mi regazo para dejar de temblar. Mi respiración ahora es regular, pero todavía puedo sentir mis músculos tensos. Nicholas me trae algo para tomar mientras Isaac habla por teléfono. Él es el único que tiene la mente como para hablar con los contactos de Pierre en la policía. Supuestamente hay un equipo que se está encargando hace bastante tiempo de investigar a los daga roja, ahora también tienen un ojo puesto en Vincent que es considerado criminal peligroso e incluso un comando especial está tratando de seguir sus pasos... Pero es como si Vincent hubiera borrado su rastro.

Bryanna, Delta y América tienen una terrible cara de preocupación. América no deja de temblar y ya se comió casi todas las uñas de una mano. Los Cardinals ganaron y ni siquiera Logan, el jugador estrella del partido, está pensando en festejar. Mientras nos rodea un clima de festejo, amor y alegría, nuestras auras reflejan lo atormentados y asustados que estamos todos. El contraste sería una bella escena para retratar si alguien tuviera la capacidad mental y emocional como para tomar una cámara y empezar a sacar fotografías.

Miro el exprimido de naranja que me trajo Nicholas y la barra de cereal para que coma algo, probablemente las compró en el carrito que simula como kiosco improvisado y que se monta en cada partido.

Miro ambos productos. Si tan solo pudiera abrir la boca y masticar algo. Todavía me encuentro en shock y solo me puedo dedicar a imaginar cualquier escena macabra que estén planeando los daga roja. Estaba cien por ciento segura que era Vincent y que estaba de vuelta. Ahora no sé qué es peor: que unos mafiosos me sigan molestando o que un psicópata esté dando vueltas por algún lado y nadie sepa absolutamente nada de su paradero. De cualquier forma me siento como una presa indefensa que es acechada por unos depredadores peligrosos con sed de sangre, esperando el momento exacto para atacar o para volverme completamente loca. Miro de reojo al depredador que ha logrado destruirme y trago saliva.

Nicholas es más peligroso que todos ellos porque supo llegar a mi corazón y una vez ahí, lo deshizo sin piedad.

—Carlos y Pierre seguirán vigilando el edificio —anuncia.

Bryanna asiente, intenta parecer una chica fuerte, pero su labio amenaza con temblar. Está preocupada y siento que yo la arrastré a todo esto. La culpa comienza acrecentar en mi cuerpo porque ahora ella también corre peligro.

—Mientras tanto seguiré investigando sobre Vincent. —Cruzo miradas con él—. Puede que esté escondido, pero nada nos asegura que no atacará y esta vez quiero estar preparado —asegura tensando sus músculos.

Mis ojos vuelven al zumo de naranja.

¿Es posible estar preparados para el siguiente movimiento de cualquiera de ellos?

—Podemos hacer turnos para cuidar de Dylan y Bryanna —sugiere Delta.

Comienzo a negar con la cabeza. No me agrada la idea de que la gente deje de vivir su vida solo para mantenerme a salvo.

—No, ustedes tenían planeado una salida romántica y eso es lo que tendrán. —Me levanto y miro a mis amigas que me observan dubitativas—. No voy a dejar que arruinen San Valentín por mí. —Volteo a ver a Nicholas—. ¿Puedes pedirle a Arthur que reemplace a Carlos por esta noche?

—No, Dylan... —comienza a decir Carlos, pero lo freno.

—¿Puedes? —pregunto a Nicholas y éste asiente—. Necesito hablar contigo a solas.

Mi problema para siempre #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora