Ha pasado una semana desde el accidente de Nicholas y aunque ya le dieron el alta, el médico le dijo que se tome todo con calma.
Decirle a Nicholas Petrov que debe quedarse quieto es como hablar con una pared. Y aunque se quejó todos estos días que estuvo en cama e Isaac le aseguró que con América y Dustin están llevando adelante Energy Central, hoy decidió venir a terapia porque la idea de estar acostado en la cama más días lo vuelve más gruñón y bastante insoportable. Hasta Sophie, que es toda llena de amor con Nicholas y se instaló en el edificio para ayudarme con su hijo —estoy segura que es su hijo favorito, no hay pruebas pero tampoco dudas—, estuvo a punto de mandarlo a la mierda cuando no quiso comer el guisado que le preparó porque, según él, olía a calcetín de deportista.
Comentarios que solo un niño mimado como Nicholas haría.
La doctora Rivers termina de escribir algo que al parecer le llamó la atención y todavía me siento incómoda ante la idea de ser analizada por cada cosa que diga. Ella se acomoda los lentes y clava los ojos en mí, como si estuviera pensando la próxima pregunta y tengo miedo que la haga, puedo llegar a hacerme una idea hacia dónde quiere ir.
—Dylan... —Me retuerzo los dedos sobre el regazo—. ¿Por qué te afecta tanto que te digan que eres un problema?
Y ahí está...
La pregunta del millón.
La pregunta que sabía que iba a hacer en algún momento.
La pregunta que ni siquiera yo sé responder.
Inhalo una gran cantidad de aire.
—Porque es molesto que siempre te traten como un estorbo y te acusen de ser la culpable de todo lo malo que sucede alrededor.
Me mastico el lado interno de mi mejilla, incómoda. Con el paso de las sesiones, las charlas se están volviendo más complicadas porque la doctora Rivers quiere llegar a lugares profundos, lugares que a mí me dan miedo. Y todo comenzó con el pollito, luego siguió la charla sobre mi madre y ahora esto... No sé si estoy preparada para llegar tan lejos.
—Sí, lo es. —Me observa detenidamente—. Pero es algo más, ¿verdad? ¿No será que te afecta porque en el fondo tú también lo crees?
Frunzo el ceño.
La sesión pasada en la que hablamos de mi relación con mis padres también dijo al pasar algo así, aunque usó otras palabras, pero hoy es más directa y eso me choca.
—Yo... —es lo único que puedo decir.
He comenzado a creer que soy un problema pero, ¿será que hace bastante que lo creo y recién ahora me doy cuenta?
Una vez hablé con Aria sobre esto y ella también sacó esta misma conclusión. Era un día que fui a estudiar con Aria a su casa y mi madre me dejó en la puerta, pero antes habló con la señora Gilbert. Aquella vez me enojé porque mi madre le dijo que tuviera cuidado conmigo porque era una niña problemática —sí, me presentó como a un perro al que no le dieron la vacuna de la rabia— y me puse a llorar de la furia que sentía... Aunque también sentí cómo mi corazón se encogía.
Aria me tranquilizó diciéndome que a sus padres no les importaba lo que Pauline decía sobre mí porque para ellos ya era especial por el simple hecho de ser amiga suya. Luego de eso, Aria llamó a Delta y América, quienes me abrazaron en silencio por unos minutos y finalmente organizamos una pijamada espontánea en la casa de Aria. El padre de Aria nos cocinó pizza casera y la señora Gilbert nos compró helado. Ese día me pregunté por qué mis padres no podían ser igual de normales que los señores Gilbert y deseé ser una Gilbert, no una Hall.
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Mi problema para siempre #3
Romance[COMPLETA] Empezar desde cero no siempre es tan fácil y menos si llevas contigo una mochila repleta de recuerdos y un corazón hecho añicos. Dylan intentará empezar de nuevo, lejos del drama, los daga roja... y lejos de Nick, pero a veces el destino...