Capítulo 15

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Si tienes miedo a la oscuridad, solo busca una luz que te guíe. — SIN TÍTULO. Nathaniel Proulx.

—Alerta galán —anuncia Grace sentándose en su escritorio.

Frunzo el ceño sin entender qué le pasa. En lo único que he pensado toda la mañana es en las futuras sesiones con la doctora Rivers. Levanto vista cuando escucho que un hombre aclara la garganta delante de mi escritorio.

—¿Cómo está la creación más bella del planeta?

—¿Solo del planeta? —bromeo al cliente B15—. Y yo que creí que era del universo.

—Oh no, del universo soy yo —alardea en modo galán—. Pero podría ceder el lugar si a cambio me dejas de atormentar —comenta subiendo y bajando las cejas.

Aprieto los labios para no sonreír divertida, pero es inevitable.

—¿Atormentarte yo? —pregunto con ambas cejas elevadas.

—Eres cruel mujer —responde con pesadumbre—. ¿Acaso no te apiadas de un pobre hombre que solo quiere tomar algo contigo?

—Nunca es solo tomar un té.

—Buen punto. —Asiente sonriendo—. Pero si te dijera que quiero cenar contigo, besarte y tener sexo me verías como un psicópata —comenta encogiéndose de hombros—. A veces ser tan honesto puede espantar a la gente.

Entorno mis ojos y analizo su rostro. Sus ojos negros anuncian desastre y la comisura elevada de su labio muchos problemas, pero hay algo en él que hace que me importe una mierda las reglas de los Smith. Tal vez su actitud despreocupada o mis ganas de descubrir más de este misterioso insistente.

—De acuerdo.

Él frunce el ceño.

—¿Cómo? —Me observa intentando descubrir algo en mi rostro.

—Un té en la cafetería mañana luego de mi horario laboral.

Si es un psicópata, Carlos se encargará de él.

Nathaniel sonríe mostrándome su perfecta dentadura brillante. Toma mi mano y le da un beso al dorso. Lo miro confundida.

—No se lamentará de aceptar mi invitación, bella dama —anuncia ceremonioso—. ¡Hoy es un bello día en San Francisco, señoras y señores! —declara elevando la voz.

Niego con la cabeza intentando que nadie vea que me ruborizo ligeramente. Nathaniel me regala una última sonrisa y guiña el ojo.

—Mañana usted será cortejada por un verdadero hombre —me informa galán.

Me río mordiendo el labio inferior. Él camina hacia la puerta de Karen y golpea la puerta. Karen atiende enseguida y le sonríe. Al parecer Nathaniel tiene una manera de ver y sonreír a las mujeres que todas terminan devolviéndole la sonrisa.

Volteo y me encuentro con el ceño fruncido de Grace. Me observa como si no entendiera lo que acaba de suceder.

—Luego te cuento todo los detalles de mi salida con el adonis tallado por los dioses —le comento con una sonrisa porque sé que se muere por saber qué va a pasar.

Ella no dice nada, es más, por primera vez se queda en silencio. Volteo a verla con el ceño fruncido.

—¿Qué ocurre?

—¿Qué sucede con tu esposo?

Hago una mueca. Me rasco la frente sin saber qué responder a eso sin la necesidad de contarle toda la historia.

Mi problema para siempre #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora