Capítulo 14

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América se sienta a mi lado mientras pelea con Bryanna. No hay día en el que no discutan y Delta ya las ignora porque de nada sirve que dejen de molestarse. Me acurruco en la manta cuando América me tiende la taza con chocolate caliente.

—Así que se acerca una fiesta importante...

—Sí, es para festejar a los Cardinals —recuerda América.

Veo a Bryanna hacer una mueca. Fue ella la que me lo dijo y es por eso que ahora quiero tener a las chicas siendo cómplices de esto.

—¿Irán todas?

—Sí, las porristas vamos todas, ¿por qué?

Bryanna rueda los ojos cuando me ve sonreír con malicia.

—Porque vamos a ayudar a Bryanna —declaro antes de beber un trago del chocolate.

—¿Y por qué necesitas ayuda? —pregunta América frunciendo el ceño.

Delta sonríe entendiendo lo que planeo.

—No necesito ayuda —masculla Bryanna.

—Por supuesto y es por eso que necesitas a las mejores para eso.

—Así que por fin decidiste pedir consejos de moda... —comenta América—. Me alegro que te dieras cuenta que la ropa de zorra barata pasó de moda.

—¡América!

—Bueno, al menos a mí las faldas de tubo no me quedan como si fuera un embutido —responde Bryanna mirando a Mery con una mueca de disgusto—. ¿Consideraste hacer dieta antes de la boda?

—¡Bryanna!

—Ay, ya van a empezar de nuevo —suelta Delta bebiendo de la copa de vino que tiene en mano.

Las únicas que no estamos bebiendo alcohol somos América y yo. Amy es el conductor designado esta noche, aunque todavía está quejándose que tiene que dejar que Bryanna se meta en su precioso auto rojo.

—Basta, cierran el pico las dos —las regaño—. Ahora a lo importante —Aclaro la garganta—. Bryanna tiene que estar en la fiesta con Logan porque sino agarraré a Logan de las pelotas y lo arrastraré por todo el campus.

—¡Dylan! —se queja América—. ¡El bebé puede escuchar!

Ruedo los ojos.

—Bueno, en la semana veremos qué podemos hacer —comenta Delta analizando a Bryanna—. Tengo un par de ideas que podrías hacer para llamar su atención.

—¡Te dije que ellas te iban a ayudar!

—Sigo creyendo que es una locura —comenta bebiendo su vodka con naranja.

—No es una locura. Logan no es que esté ciego tampoco —comento encogiéndome de hombros—. Solo necesita cambiarse los lentes y listo.

—Va a ser un trabajo difícil porque, Theodosia, hay mucho que arreglar en ti, pero creo que lo tuyo tiene arreglo —comenta América. Desde que sabe el segundo nombre de Bryanna no ha dejado de llamarla así.

Bryanna rueda los ojos cuando la escucha y para no contestarle una grosería, da un trago a su bebida antes de lanzarle un gruñido.

—Cambiando de tema... —comenta Amy—. Fui a la librería y compré esto. —Mete la mano en su bolso de Louis Vuitton azul y saca un libro con la foto de un bebé sonriente en la portada.

—Oh, ¿es el de los nombres? —pregunta Bryanna entusiasmada y se lo arrebata de las manos cuando Amy asiente.

—¿El de los nombres? —pregunto confundida.

Mi problema para siempre #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora