Yandere ¡Deidad! x Reader Parte 2:

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*(t/n) PO.V*

Mi mamá terminó de limpiar las estatuas junto conmigo por lo que recogimos nuestras cosas y cerramos el templo. En eso siento una mirada a mi alrededor.

--Mamá, creo que alguien nos vigila--. Digo volteando sin ver a nadie más que aquellos tipos que me cortejaban y yo rechazaba.

--Pero miren quién va ahí--.dice uno de los chicos de forma coqueta hacia mi. Yo sólo volteo hacia mi madre, ignorándolos.

--Ella sería mía, que no se haga la difícil--.

--Dios, que asco con ellos--. Me susurra mi madre al oído.

--Lo mismo digo. No me casaré con ninguno de ellos--. Llegamos a nuestra casa. Yo me deshago del agua sucia y voy a mi habitación. Encuentro una carta en mi cama.

La abro y dice así:

"Querida hija de la sacerdotisa Aisha.

"Me alegra el hecho de que ayudase a su madre con mis estatuas y que haya querido conocerme. Yo también espero poder conocerla más. Hoy no pude porque estaba teniendo un pequeño almuerzo en el olimpo con mis padres, Zeus y Hera"

"Atentamente, D.E.A"

No, no creo que sea el Dios de las enfermedades el qué me haya escrito esto o algún otro Dios olímpico. Dejo la carta a un lado y me voy a dormir después del agotador día de hoy.

Estoy en ese templo, es de noche y está oscuro, el aire está frío, y estoy al parecer sola y sentada en el suelo frente a un hombre que

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Estoy en ese templo, es de noche y está oscuro, el aire está frío, y estoy al parecer sola y sentada en el suelo frente a un hombre que... era cómo exactamente mi madre me lo describió, era el Dios de las enfermedades frente a mis ojos. Él me tiende una mano y yo la tomo para levantarme. Él la besa y no dejó de sostenerla.

--Un gusto conocer a la hija de mi sacerdotisa--. Su voz era suave pero sin quitarle lo varonil.

--Entonces usted es el Dios  de las enfermedades-- Digo haciendo una reverencia ante él. 

Empezamos a hablar. Me dijo que le he interesado desde que empecé a venir con más frecuencia a ayudar a mi mamá a limpiar el templo y por lo trabajadora y buena que era. Fue entretenido hablar con él. Pero todo fue un sueño, y uno muy raro de hecho.

 Pero todo fue un sueño, y uno muy raro de hecho

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*Narradora PO.V*

Lo que había pasado básicamente era que Eros quién conocía al dios de las enfermedades durante mucho tiempo, sabía que éste Dios de mirada fría nunca se habría enamorado y un día mientras practicaba mejores maneras del tiro con arco de sus flechas del amor, le dio a Axel por error y cómo sus flechas no se pueden detectar pero aún así son efectivas así que en cuánto Axel vio en su templo a (t/n) ayudando a su madre sacerdotisa, se enamoró completamente de ella.

Le enviaba cartas y algún que otro regalo a su casa y a pesar de que (t/n) no estaba interesada hacia el Dios de las enfermedades, los aceptaba por respeto a él de manera tímida. Uno de esos regalos fue la inmortalidad. Si él la invitaba a salir ella sólo aceptaba después de mucha insistencia.

 Si él la invitaba a salir ella sólo aceptaba después de mucha insistencia

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*Narra (T/N)*

Estaba saliendo de mi puesto de trabajo en Atenas. Era de noche y estaba fresca la temperatura. Había ganado lo suficiente para ir a comprar mi comida y la de mi mamá. Una vez termino de comprar los víveres me dirijo a mi hogar y en el camino uno de los chicos que me cortejan de manera acosadora. Yo lo ignoro pero él se empieza a enojar y a seguirme, yo corro dejando los víveres tirados.

--No te escaparás niña--. Dijo alargando la última palabra. Haber, si lo llevo a mi casa le hará daño a mi mamá, por lo que fui corriendo al templo del cuál mi mamá era sacerdotisa gritando auxilio. Al entrar el tipo me pone contra el suelo e intenta violarme.

--¡Auxilio! ¡alguien!--. Grito con lágrimas en los ojos sólo para recibir un golpe en mi cara de ese agresor quién arrancó mis bragas y me tenía sometida como un perro al suelo siendo él un tipo grande y cuando estaba a punto de penetrarme, escuché a mi salvador.

--Déjala en paz, maldito bastardo--. Miré hacia arriba y era Axel, quién vestía una túnica blanca amarrada a su hombro en el cual había un águila posicionada. Su mirada fría ahora si que daba miedo. Él tipo tras de mi se detuvo.

--En MI TEMPLO está prohibido agredir a otras personas, sobre todo mujeres--. Su voz era firme y aterradora pero más aterradora era para mi la situación de que casi me violan.

--Oh vamos, ella fue quién me provocó, ¡Ella nos embrujó a todos con su belleza!--. ¿Tuvo encima el maldito descaro de decir eso? Bajé mi mirada triste al suelo, rogando porque no le crea.

-Cierra la boca maldito insignificante, suéltala ahora y por tu repugnante intento de cometer esta fechoría con esta pobre mujer en MI CASA, serás castigado con un terrible dolor de cabeza y cuerpo que irá aumentando hasta que estés tan inmóvil hasta tu último respiro para que NUNCA vuelvas a tratar a alguien de esa manera--. Mi acosador me dejó en paz y me soltó, estando preso del miedo, desesperación o pánico

--No, no, no, señor, por favor, se lo ruego--. Decía con miedo, temblando y temblando mientras se ponía de rodillas.

--No me ruegues nada después de tu fechoría, ahora lárgate antes de que te mande a nadar al mar de los muertos del inframundo-- Creo que mi casi violador se acomoda su amigo allí abajo mientras lo escucho llorar de la desesperación, luego el tipo se fue corriendo del templo, yo continuaba ahí y en eso escucho que le dice a su águila algo así:

--Ve y pica sus ojos también, Dalia--. En eso su águila  emprende vuelo fuera del templo. Con que el águila obedece al nombre de Dalia. Que interesante.

Frases y Cosas de un Chico Yandere[EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora