¡MI PRÍNCIPE DE NIEVE! - [HyunSaeng] ¡Editando!

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|YOUNG SAENG

Corría como loco por toda la calle y en medio de las personas para no perderme las primeras dos horas de clase. Lo que sucede, dije cinco minutos más a mi reloj despertador y me quedé profundamente dormido otra vez. No es mi culpa o bueno si es mi culpa, el odioso y creído de Kim Kyu Jong me dejó haciendo todo el trabajo, cómo es el típico chico playboy que le encanta que las chicas bonitas le hagan su tarea, me dejó con todo el trabajo encima.

Y cómo yo soy muy cumplido y aplicado, no me quedó de otra que quedarme hasta las cuatro de la mañana escribiendo y dibujando cien hojas para presentar mi proyecto prehistórico a la maestra de historia universal. A la mujer se le ocurrió la grandiosa idea de agruparnos con los chicos de cursos mayores y para mi mala suerte, me tocó como compañero a Kyu Jong. Ya que según la maestra para aprender de ellos, pero en mi caso creo que será al revés; ella nos entregó el tema de los dinosaurios y su extinción para hablar sobre ellos, y ese tema tan peculiar de los fósiles me agradó.

¡Pobres, no merecían extinguirse de esa manera! Y todo por un meteorito que se estrelló contra nuestro planeta hace millones de años atrás…Hasta siento penita de lo ocurrido.

Les daré santa sepultura después.

Por estar tan distraído y lamentando la muerte de esos lindos fósiles prehistóricos, no me di cuenta que crucé la pista con el semáforo en rojo y por poco, casi un auto me atropella; estuve a punto de hacerle compañía a todos mis ancestros. Por suerte, el conductor del vehículo frenó frente a mi, me lleve tremendo susto al tener la capota del vehículo casi en mi cara, tanto que todos los vellitos de mi cuerpo se pusieron de punta…¡Casi hoy cenan nutria estrellada!

¡Ajá así es! Así me dicen mis amigos. Soy una linda nutria que emana ternura por donde me mires, aunque no sé si sea verdad.

¡Lo dudo!

Y una vez que me di cuenta de que mis huesitos estaban a salvo, salí corriendo de allí y retomando de nuevo mi camino hasta llegar a la escuela.

—¡Llegue tarde! —Exclamé frente al gran portón de la escuela que ya se encontraba cerrado. —¿Ahora que haré? —Chille de puro coraje y frustración, había perdido dos valiosas horas de clase y seguramente recibiré una sanción. Porque jamás faltaba a clases, hasta enfermo asistía.

—¿Otra vez tarde Young Saeng?

Giré sobre los talones de mis zapatos en busca de esa voz desagradable para mis oídos, y fruncí el ceño con enojo en cuanto lo vi. Y solté un suspiro para ahuyentar mi enojo, lo cual no funcionó, estaba enojado con ese playboy irresponsable.