El Heredero de Prince Manor (Severitus)

27.- Un poco de barro y agua

– Bueno, creo que Buscador es el peor nombre del que he oído hablar – comentó Draco. – Los búhos no juegan al Quidditch, ¿sabes? –

– ¿Y qué? Es mi mochuelo, puedo llamarlo así si quiero – argumentó Harry. Estaban en el estudio, escribiendo los posibles nombres de sus lechuzas en una hoja de pergamino. Había pasado una semana desde la sorpresa de Hedwig y desde entonces habían trasladado a la nueva familia al interior de la mansión, desde que había llegado la temporada de lluvias de verano. Su nido estaba en una gran percha que simulaba el roble, y Smidgen había interrogado a las lechuzas y le habían dicho que tenían dos machos y dos hembras, una de color blanco puro y dos moteadas de gris y blanco y la otra de un gris oscuro con manchas blancas.

Draco había elegido el macho gris y blanco y una hembra moteada, mientras que Harry había elegido el otro macho moteado y la hembra nevada. Pero a ambos niños les resultaba difícil encontrar nombres para las aves y habían decidido hacer una lluvia de ideas, pero eso tampoco estaba funcionando.

– Claro, puedes llamarlo así, si quieres que todos los búhos se burlen de él – resopló Draco.

– Bueno, Dimwit (tonto/estúpido) también fue terrible –

– Oye, es verdad. Algunas lechuzas son realmente estúpidas, y la tuya casi se había caído del nido por tercera vez. Así que... yo diría que Dimwit era apropiado –

– ¿Qué tal Blizzard?

– Eso es demasiado común. Todo el mundo con un búho blanco lo llama Blizzard o Snowy o Noel – Harry pensó por un momento.

– ¿Qué tal Heartsease? – Draco hizo una mueca.

– ¡Uf! Suena como una enfermedad –

– Es una hierba, imbécil –

– Todavía suena como una enfermedad –

– Oh, ¿como si pudieras pensar en algo mejor? –

– Puedo. ¿Qué pasa con Mystery? –

– Cedric Diggory de la lechuza de Hufflepuff se llama así – Objetó Harry.

– ¿Cómo lo sabes? –

– Recibió una carta durante la práctica con nosotros y así es como llamó a su búho. Mercury, ¿qué tal eso? –

– No me gusta. Skymaster, ¿qué hay de eso? – Harry negó con la cabeza.

– Eso es ridículo. Suena como un superhéroe o algo así. ¿Lightning Bolt? – (relámpago)

– Como si tu cicatriz no fuera lo suficientemente famosa, ¿tienes que ponerle tu nombre a tu búho? –

– Oye, no es mi culpa que la cicatriz esté ahí. Ahora cállate, ¿de acuerdo? – Harry ordenó, siempre había odiado la forma en que la gente lo miraba por eso.

– Sensible, ¿no es así, Snape? – Draco observó, sonriendo. – ¿Es tu época del mes otra vez? –

– No seas listillo, Draco. Eres alguien para hablar. Estás de mal humor todo el tiempo, como una mujer – Su hermano adoptivo lo fulminó con la mirada.

– Se necesita uno para conocer uno, ¿eh, Harriet? –

– Te arreglas frente al espejo del baño como una niña, Dracarina –

– Al menos no me confundirán con uno – Replicó Draco, porque el comentario en el espejo había llegado demasiado cerca para su comodidad.

Severus levantó la vista de su periódico de pociones y dijo con severidad: