El Heredero de Prince Manor (Severitus)

22.- Solución de Smidgen

Harry encontró a Smidgen acurrucado en el alféizar de la ventana que daba al jardín en la cocina. La ventana estaba sobre el fregadero, así que podías ver una vista interesante mientras fregabas los platos, pensó Harry con una sonrisa irónica. Irónicamente, la vista del jardín de hierbas y el huerto a veces lo hacía demorarse en esa tarea en particular, especialmente cuando había estado atrapado dentro todo el día haciendo las tareas del hogar.

El resplandor de ébano se extendía sobre el pequeño alféizar de la ventana, disfrutando serenamente del sol de la mañana. Los rayos del sol que golpeaban las alas de Smidgen hicieron que brillaran iridiscentes en hermosos patrones violetas y turquesas, de ahí el nombre de los de su especie. Incluso el pelaje de medianoche brillaba con pequeñas motas iridiscentes, y Harry la miró con admiración.

Más allá de ella, vio a Severus afuera, regando el jardín con un encantamiento de riego, agua cristalina vertida en un chorro constante desde la punta de su varita mientras humedecía cuidadosamente la tierra alrededor de todas las hierbas. Para esta tarea, el Maestro de Pociones estaba vestido de manera muy informal, con un par de pantalones descoloridos y una camisa de manga corta con zapatos viejos desgastados que casi le recordaban a Harry un par de zapatos de jardín. Luego entrecerró los ojos con fuerza, acercándose a la ventana, y vio que eran un par de zapatos de jardín, unos de goma negra diseñados para no dejar casi ninguna marca en la tierra fresca y capaces de mojarse y no dañarse.

Sólo tú, papá, estarías levantado a las seis y media durante el verano para regar tu jardín de hierbas, pensó su hijo, sacudiendo la cabeza. ¿No conoces el significado de la palabra vacaciones? Aparentemente no, desde que Harry había llegado a la mansión, nunca había conocido que el hombre durmiera hasta tarde, siempre estaba despierto antes que cualquiera de sus hijos, a pesar de irse a la cama más tarde. Por otra parte, supuso que la laboriosidad de Severus con respecto al jardín tenía sentido, ya que la mayoría de las hierbas que crecían en él se usaban en pociones, y esta hora de la mañana era fresca y no hirviendo como en la tarde.

Como si ella hubiera sentido su acercamiento, aunque él no hizo ningún sonido con sus pies descalzos, Smidgen levantó la cabeza y se volvió para mirar interrogativamente al mago de cabello negro azabache.

– ¿Y cómo estás en esta hermosa mañana, joven Snape? –

– Bien, supongo. Yo... Uh... Pensé un poco anoche, Smidgen, y yo... Umm... decidí que quería que intentaras ayudarme. Estoy harto de tener miedo de ir a dormir por la noche a menos que tome una poción. Quiero liberarme de estos malditos sueños –

– Comprensible. Por lo que me dijo tu padre, tus sueños te están causando mucho estrés y ansiedad y, como resultado, te enferman –

Harry sintió que se sonrojaba de un escarlata brillante.

– Uh, sí. Tengo estos ataques de ansiedad después de ellos y no puedo respirar bien y por lo general termino vomitando una vez que recupero el aliento. Papá dice que está relacionado con el estrés –

– Mmm... eso es parte del problema. Tus humores están desequilibrados, joven mago – Caminó suavemente sobre el mostrador y saltó sobre el brazo de Harry, luego lo subió hasta su hombro y se sentó, envolviendo su cola cuidadosamente alrededor de sus patas. – ¿Por qué no buscamos un lugar para relajarnos y luego debo pedirle que por favor describa estos sueños que lo están enfermando tanto? –

– Esta bien – Harry lo consideró, preguntándose qué lugar era el más privado y cómodo y no su dormitorio o el estudio. Por fin eligió la biblioteca, tenía un sofá muy cómodo en el que se había quedado dormido más de una vez mientras leía un libro.