Capítulo 8

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Era sábado. Toda la clase de diego había planeado ir a una discoteca. Diego cogió el celular y habló con Fran por la mañana.

-hola.

Fran tardó unos minutos en contestar.

-hola.

-¿vas a salir con nosotros?

-sí. Marco está fuera unos días, así que estoy libre.

-¿puedo saber dónde está?

-se ha ido a una jornada de puertas abiertas de una Universidad.

-¿has pensado ya en el futuro?

-si te digo la verdad, cuando pienso en el futuro, lo único que me preocupa es con quién voy a estar.

-¿a qué te refieres?

-a si voy a casarme, si voy a tener hijos, esas cosas.

-bueno, no creo que tengas problemas.

-Gracias. Siempre me escuchas.

-¿quieres que pase por ti?

-sí, necesito hablar.

-ok. ¿Entonces nos vemos…a las 21:00?

-vale.

Diego Comió, se echó una pequeña siesta y comenzó a prepararse para salir. Fue a casa de Fran y llamó a la puerta.

-Hola. ¿esta…-en ese momento Diego vio a Fran bajar por las escaleras. Se había maquillado y se había puesto una Falda corta.

-hola. ¿Vamos?

-sí, vamos.

-me voy madre.

Caminaron unos metros sin decir nada, hasta que una ráfaga de aire frio hizo que Fran abrazara a Diego.

-como en los viejos tiempos-dijo él.

-no es igual.

-¿por?

-porque ahora no somos novios.

-Obvio.-Diego soltó una pequeña carcajada.

-¿qué?

-recuerdo cuando paseábamos todas las noches por la plaza del centro cantando canciones románticas.

-que tontos éramos.

-bueno, dicen que por amor se hace cualquier cosa.

Dejaron de hablar, hasta que Diego comenzó a cantar una de las canciones que cantaba con Fran.

-y es que lo que duele no es que te hayas ido…-Fran estuvo unos segundos en silencio hasta que decidió continuar.

-más que no tenerte me duele tu olvido…

-que sepas que te quiero…

-es lo único que pido…

-hare lo necesario para olvidarte, aunque me toque cambiar y no ser nunca más, lo que fui  ya no me importa igual no volverás,  hare lo necesario para no pensarte, la vida pasa y tu igual, y aunque voy a llorar poco a poco entenderé que nunca volverás.

Quedaron en silencio hasta que llegaron a la discoteca donde les esperaban sus amigos.

-ey, Diego-dijo León-¿listo para reventar la pista de baile?-Fran se rió.

-¿qué pasa?-le preguntó Diego.

-eh, nada.

-anda, vamos.

Diego puso su mano izquierda en la cadera de Fran. Ella se estremeció. Todos fueron a una especie de plataforma situada encima de la pista de baile. Había suficiente espacio para que todos bailaran, una barra y un camarero para ellos.

-vamos a tomar algo.

-Diego sabes que no me gusta el alcohol.

-venga, ya lo has probado.

-bueno…lo haré.

Diego cogió dos botellas transparentes y comenzó a verter el contenido en unos vasos. Cuando Fran comenzó a beber, notó que su boca se quemaba. No quería tirar la bebida, así que tragó y, al hacerlo, la garganta sintió el gran calor, lo que hizo que Fran comenzara a toser.

-¿qué me has echado?

-nada, ¿por?

-casi me destrozas la garganta.

-bueno, toma.-le dio una cerveza que tenía en la mano.

Fran se sentó en un sofá situado en uno  de los lados de la pista  y vio cómo todos se lo pasaban bien.

-sal a bailar.

-Diego, sabes que soy pésima bailando.

-venga, vamos.

Él la agarró de la mano y la levantó. Fueron hacia el centro de la pista y comenzaron a bailar. Tras unos quince minutos, decidieron ir a la barra y pedir algo.

-¿qué quieres?

- sorpréndeme.

-un mojito, por favor-le dijo Diego al camarero.

Ambos comenzaron a beber, hasta que Diego notó que Fran empezaba a caer bajo los efectos del alcohol.

-Fran, ¿estás bien?

-s-sí. Oye , Diego, hay una cosa que quería decirte, con respecto a lo de ayer.

-y, ¿qué es?

-que todavía te quiero.

Nunca volveré a dejarte (Diecesca)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora