Era sábado. Toda la clase de diego había planeado ir a una discoteca. Diego cogió el celular y habló con Fran por la mañana.
-hola.
Fran tardó unos minutos en contestar.
-hola.
-¿vas a salir con nosotros?
-sí. Marco está fuera unos días, así que estoy libre.
-¿puedo saber dónde está?
-se ha ido a una jornada de puertas abiertas de una Universidad.
-¿has pensado ya en el futuro?
-si te digo la verdad, cuando pienso en el futuro, lo único que me preocupa es con quién voy a estar.
-¿a qué te refieres?
-a si voy a casarme, si voy a tener hijos, esas cosas.
-bueno, no creo que tengas problemas.
-Gracias. Siempre me escuchas.
-¿quieres que pase por ti?
-sí, necesito hablar.
-ok. ¿Entonces nos vemos…a las 21:00?
-vale.
Diego Comió, se echó una pequeña siesta y comenzó a prepararse para salir. Fue a casa de Fran y llamó a la puerta.
-Hola. ¿esta…-en ese momento Diego vio a Fran bajar por las escaleras. Se había maquillado y se había puesto una Falda corta.
-hola. ¿Vamos?
-sí, vamos.
-me voy madre.
Caminaron unos metros sin decir nada, hasta que una ráfaga de aire frio hizo que Fran abrazara a Diego.
-como en los viejos tiempos-dijo él.
-no es igual.
-¿por?
-porque ahora no somos novios.
-Obvio.-Diego soltó una pequeña carcajada.
-¿qué?
-recuerdo cuando paseábamos todas las noches por la plaza del centro cantando canciones románticas.
-que tontos éramos.
-bueno, dicen que por amor se hace cualquier cosa.
Dejaron de hablar, hasta que Diego comenzó a cantar una de las canciones que cantaba con Fran.
-y es que lo que duele no es que te hayas ido…-Fran estuvo unos segundos en silencio hasta que decidió continuar.
-más que no tenerte me duele tu olvido…
-que sepas que te quiero…
-es lo único que pido…
-hare lo necesario para olvidarte, aunque me toque cambiar y no ser nunca más, lo que fui ya no me importa igual no volverás, hare lo necesario para no pensarte, la vida pasa y tu igual, y aunque voy a llorar poco a poco entenderé que nunca volverás.
Quedaron en silencio hasta que llegaron a la discoteca donde les esperaban sus amigos.
-ey, Diego-dijo León-¿listo para reventar la pista de baile?-Fran se rió.
-¿qué pasa?-le preguntó Diego.
-eh, nada.
-anda, vamos.
Diego puso su mano izquierda en la cadera de Fran. Ella se estremeció. Todos fueron a una especie de plataforma situada encima de la pista de baile. Había suficiente espacio para que todos bailaran, una barra y un camarero para ellos.
-vamos a tomar algo.
-Diego sabes que no me gusta el alcohol.
-venga, ya lo has probado.
-bueno…lo haré.
Diego cogió dos botellas transparentes y comenzó a verter el contenido en unos vasos. Cuando Fran comenzó a beber, notó que su boca se quemaba. No quería tirar la bebida, así que tragó y, al hacerlo, la garganta sintió el gran calor, lo que hizo que Fran comenzara a toser.
-¿qué me has echado?
-nada, ¿por?
-casi me destrozas la garganta.
-bueno, toma.-le dio una cerveza que tenía en la mano.
Fran se sentó en un sofá situado en uno de los lados de la pista y vio cómo todos se lo pasaban bien.
-sal a bailar.
-Diego, sabes que soy pésima bailando.
-venga, vamos.
Él la agarró de la mano y la levantó. Fueron hacia el centro de la pista y comenzaron a bailar. Tras unos quince minutos, decidieron ir a la barra y pedir algo.
-¿qué quieres?
- sorpréndeme.
-un mojito, por favor-le dijo Diego al camarero.
Ambos comenzaron a beber, hasta que Diego notó que Fran empezaba a caer bajo los efectos del alcohol.
-Fran, ¿estás bien?
-s-sí. Oye , Diego, hay una cosa que quería decirte, con respecto a lo de ayer.
-y, ¿qué es?
-que todavía te quiero.