Diego se despertó con dolor de cabeza. Vio el móvil para ver si había recibido algún mensaje, pero no había nada. Abrió la lista de contactos y se quedó mirando el de Fran. Estuvo unos segundos pensando en si la llamaba. Tras muchos minutos deslizó su dedo por la pantalla y marcó el número, pero salió el buzón de voz. No quería colgar ya que lo consideraba una falta de valor después de haberse atrevido a llamarla, así que le dejó un mensaje.
"Francesca, sé que este mensaje, en el caso de que lo leas, no hará que vuelvas a estar feliz. Sé que debí contártelo, pero tenía miedo de cómo reaccionarías. Lo único que te pido es que me perdones"
Mientras, Francesca Iba a casa de violetta para hablar con ella.
-¡Hola amiga!
-¿por qué no me dijiste nada?
-¿de qué hablas?
-hablo de Diego.
-¿te lo ha contado?
-lo que no sé es por qué no me lo contasteis los demás.
-Verás...-Violetta comenzó a explicarlo todo, desde que conoció a Diego hasta que se marchó a Italia.
-Vaya...
-No queríamos contarte nada para que no supieses lo que te pasó con Marco.
-entonces Diego...¿me ayudó a superarlo?
-No. Tú te fuiste a Italia después de cortar con Marco. Después vino tu accidente y, bueno, de ahí hasta el día de hoy.
El teléfono de Violetta sonó. Era Diego.
-Creo que deberías hablar con él.
-lo haré.
Francesca salió de casa de Violetta y se fue a la suya. Una vez que llegó, cogió el celular y, al igual que Diego, se quedó mirando su número.
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Diego había pasado toda la mañana delante del ordenador manejando cuentas de la empresa. De repente llamaron a la puerta. Al abrir, Diego vio a Francesca apoyada en la pared con los brazos cruzados.
-Hola-dijo Francesca mientras se separaba de la pared.
-hola. Pensé que estabas enfadada.
-y lo estaba, hasta que Violetta me contó todo lo que tuvimos.
-¿te lo ha contado todo?
-sí.
-no, le han faltado cosas por contarte. Pasa.
Ambos fueron al salón y se sentaron en el sofá.
-ella no sabe todo lo que nos pasó. ¿Quieres que te cuente nuestra historia?
-sí. Tú la conoces mejor que Vilu, obviamente.
-Vale.
Flashback
Nosotros nos conocimos cuando éramos pequeños. Quedábamos y hablábamos todo el tiempo. Hicimos una promesa, una promesa en la que se supone nos íbamos a casar, pero como ya te he dicho, éramos niños. Pasaron los años y fuimos creciendo. Siempre nos sentábamos juntos en clase y siempre salíamos juntos. Éramos los mejores amigos, pero al entrar en la secundaria tuviste que cambiar de instituto. Yo me quedé destrozado, pero mis amigos me apoyaron en todo. Cada día me acordaba de ti. Quería tenerte conmigo. Lloré para que volvieses a mi lado, y así lo hiciste. El siguiente curso volviste al instituto, pero casi no t acordabas de mí. Yo te dije que había sido amigo tuyo desde que éramos pequeños, pero no cambió nada. Conociste a Violetta y a Camila y te alejaste de mí, pero mis amigos, León y Broduey, que estaban saliendo con violetta y Camila, hicieron salidas para que nosotros estuviéramos juntos. Poco a poco volvimos a ser amigos, pero yo no me conformaba con eso.
-Diego, ¿Qué tal con Fran?-preguntó violetta mientras ambos entraban en el instituto.
-pues bien, pero no sé como decírselo.
-¿Por qué no le dices si quiere quedar?
-desde que volvió no hemos salido juntos, sin nadie más.
-bueno, ya es hora de que eso cambie. No tengas miedo.
-Bueno, lo intentaré pero no estoy muy seguro.
Tras las tres primeras clases todos quedaron en la cafetería del instituto. Mientras que León, yo y Broduey estábamos en una mesa, vosotras os sentabais en otra más alejada.
-Tío, si no lo haces la vas a perder. ¿Quieres eso?-dijo León
-no.
-entonces ve allá y dile lo que sientes.
-no es tan Fácil.
-a mí me funcionó con Vilu.
-yo no soy tú.
-Mira Diego, si no se lo dices tú se lo digo yo.
-no. Iré.
-Venga, ánimo.
Diego fue hacia la mesa de las chicas. Cada paso que daba hacía que su corazón latiera más deprisa. Una vez que llegó todas le miraron.
-Hola-dijo casi tartamudeando.
-Hola-le dijo Fran.
-¿Podemos hablar?-se miraron entre ellas y Camila y Violetta asintieron.
-Claro
Fueron hacia una pequeña terraza que tenía el instituto donde se podía ver una parte de la ciudad. Se sentaron en un pequeño banco y comenzaron a hablar.
-¿qué querías decirme?
-Bueno, a ver cómo te lo digo.
-Diego...
-espera, deja que te lo diga. Verás, como te conté, hemos estado juntos desde pequeños-Fran asintió-bueno, pues durante todo este tiempo...
-Diego...
-no, espera. Lo que intento decirte es que...
Diego no pudo terminar de hablar ya que los labios de Francesca hacían que, tanto sus labios como su lengua, estuvieran centrados en rozarse. Ambos dieron rienda suelta a sus sentimientos y se unieron en un tierno beso que duró unos minutos.
-pero, yo pensé que tu...
-¿Que no me gustabas?
-sí.
-te equivocaste.
-me alegro de haberlo hecho-volvieron a besarse.
-era lo que me estabas intentando decir, ¿no?
-sí.
-entonces, ¿Cuándo quieres que salgamos mi amor?
Ambos se miraron unos segundos y volvieron a besarse. La sirena anunciaba el fin del recreo, pero ellos no querían volver.
-vamos a clase-dijo Fran.
-no, quédate conmigo.
-Diego-dijo mientras se levantaba y cogía su mochila-ya sabes que este curso es importante. Vamos.
Cuando Francesca intentó irse Diego la agarró de la mano y la llevó hasta él. Ella cayó en su regazo y volvieron a besarse.
-te quiero.
-y yo a ti-dijo Fran poniendo su cabeza en el cuello de Diego
-¿me prometes que no te irás de mi lado?
-nunca volveré a dejarte.