capítulo 3

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Diego estaba semidesnudo en su cama. Los primeros rayos del sol incidieron en su cara e hicieron que se despertase. Se quedo mirando al techo recordando a Fran y Marco. Los minutos pasaban pero él seguía pensando en lo mismo. Gregorio llamó a la puerta.

-Diego, ¿ya estas despierto?

-sí.-se puso un pantalón y una camiseta y salió de la habitación.

-has pasado mucho tiempo dentro.

-estoy cansado de la salida de ayer.

-llegaste muy pronto.

-porque ya estaba cansado.-su padre se fue-cansado de toda esta situación.

Se sentó en la mesa de la cocina y se sirvió un café. Cada sorbo que daba recordaba a Fran y Marco. Llamaron a la puerta, así que fue a abrir. Violetta estaba apoyada en la pared con una camisa rosa y unos vaqueros. Diego se alegró de verla.

-Hola.

-Hola. Pasa.

-he venido para saber si estás bien. Después de lo de ayer…

-lo intento, pero ya te dije que es imposible que no piense en ellos.

-lo sé.-se sentaron en el sofá que había en el salón.-Bueno, he estado pensando en cómo hacer que te sientas mejor.

-¿y?

-he pensado en que salgamos juntos, sólo nosotros dos.

-¿y a donde tienes pensado que vayamos?

-eso todavía no lo he pensado.

-bueno yo tengo una idea.

-dime.

-¿porqué no nos quedamos aquí todo el día?

-sí, está bien.

-entonces comencemos a preparar cosas.

Ambos comenzaron a hacer la comida y comieron juntos.

-Supongo que no puedo hacer nada para que se vaya tu mal de amores.

-ya sabes que no.

-Lo que todavía no sé es cómo pasó. ¿Podrías…?

-…solamente pasó. La descubrí besándose con Marco, ya está.

-Pero…-Diego bajó la mirada-ok, no volveré a mencionar el tema.

-no, no pasa nada.

Terminaron de comer y ambos fueron  a la habitación de Diego. Vilu se puso a ojear los discos de música que tenía en las estanterías.

-te gusta mucho la música por lo que veo.

-sí-dijo diego mientras se acostaba en la cama y se tapaba la cara con la almohada.

-¿estás cansado?

-no, esto lo hago todos los días-Vilu se acostó con él.

-Bueno, ¿has pensado ya en qué vamos a hacer luego?

-no.

Violetta puso su cabeza en el hombro de Diego y ambos permanecieron en silencio por un minuto.

-¿sabes de qué me estoy dando cuenta?-dijo ella levantando la cabeza.

-no, ¿de qué?

-De que Fran nunca supo cuánto importa tener a alguien al lado. Si te hubiera visto como yo te veo, nunca hubiera hecho lo que hizo.

Diego comenzó a preguntarse cosas que no había respondido.

-¿nunca supo cuánto me importaba?, ¿De verdad me quiso?-pensaba aunque cada pregunta lo entristecía mas.

Diego dejó de pensar en todo lo que le rodeaba y comenzó a recordar los abrazos y las caricias que había compartido con Fran. De repente, algo hizo que volviera en sí, Comenzó a notar la mano de violetta en su mejilla, hasta que notó algo que hizo que se estremeciese: eran los labios de violetta y los suyos juntos. Abrió los ojos y observó a Violetta con sus ojos cerrados, centrada en acariciar sus labios con los suyos. Diego la apartó.

-perdona…

-no, no pasa nada.

-Sí que pasa, estoy tratando de ayudarte y voy y lo empeoro todo. Lo siento.

-no, de verdad. Está bien. Hacía ya tiempo que no notaba el tacto de unos labios. Diego se levanto y cogió de las manos a vilu-sólo una cosa, ¿por qué lo has hecho?

-bueno…yo…

-dímelo, no tengas miedo.

-bueno, últimamente he estado pensando más en ti y, en fin, creo que me he…enamorado de ti.

-Vilu…-agarró su barbilla para guiar su boca otra vez a la suya-¿por qué no…intentamos…no sé, salir algún día?

-¿una cita?

-sí. ¿te gustaría?

-sí.

Volvieron a tumbarse en la cama y permanecieron en silencio mientras que diego deslizaba sus manos por el cabello de Violetta.

Nunca volveré a dejarte (Diecesca)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora