Capítulo 12

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Han pasado cinco años. Desde que Fran se fue, Diego comenzó a empeorar en casi todo. Sus notas bajaron, repitió el curso, volvió a España y terminó  sus estudios allí. Comenzó a trabajar en una empresa donde conoció a Sara. Salieron unos meses, pero Diego no paraba de pensar en Fran. Nunca se olvidó de ella. Cortó con Sara y se fue a vivir a Canadá por poco tiempo. Volvió a España y se centró todavía más en el trabajo.

Era Noviembre, Diego se levantó temprano, se duchó desayuno y fue hacia la empresa. Al entrar le saludan las simpáticas recepcionistas y él hace lo mismo. Coge el ascensor y va hacia el último piso, el 35. Al salir del ascensor, puede ver a través de los enormes cristales del rascacielos el sol saliendo en el amplio horizonte. Su secretaria, Sara, le saludó y entró con él en el despacho. Diego puso su chaqueta en un perchero y se sentó.

-me dijeron que ayer fuiste a valencia.

-sí, negocios.

-bueno, mientras estabas fuera he observado algunos números y me han llegados varios proyectos de…

-Diego, ¿podrías venir a mi despacho?

-Claro

Diego se levantó y se fue hacia el otro extremo del piso, entró en la amplia habitación y se sentó en un sillón de cuero.

-quería agradecerte por haber podido reunirte ayer con el director de la empresa amiga.

-de nada.

-y también quería comunicarte que vamos a volver a enviarte a una de nuestras sucursales. Quiero que te encargues de revisar las instalaciones. Tendrás un ático para que puedas vivir allí y un chofer para llevarte a los sitios.

-bien. Y, ¿Cuál es el destino?

-Buenos Aires.

Diego se quedó congelado. Aquella ciudad le recordaba malos y buenos momentos, pero sobre todo momentos que no quería recordar.

-saldrás Dentro de dos días, ¿está bien?

-sí.

-Mañana puedes tomarte el día libre para prepararte.

-gracias señor.

Salió del despacho y fue a su oficina para coger algunos documentos.

-¿ha habido buenas noticias?-dijo Sara.

-depende. Me va a enviar a Buenos aires.

-bien.

-eso desde tu punto de vista.

-y, ¿desde el tuyo por qué no?

-por motivos personales. Te  veré dentro de unos meses.

-sabes que nunca podemos vernos dos días seguidos.

-lo sé, y ojalá no fuese así.

Diego cogió su chaqueta y se fue a preparar la maleta. Llegó a casa, se sirvió una copa de coñac y se sentó en el sofá. Comenzó a recordar algunos momentos de su infancia en aquellas calles que seguro iba a visitar. Fue hacia el dormitorio y sacó del armario una maleta que no había estado ahí ni una semana. Como todavía no había guardado la ropa después de volver de su anterior viaje, le llevó solamente unos minutos volver a hacerla. Miró hacia el armario y vio que algunas cosas se habían caído. Cuando fue a recogerlas, vio algo que o dejó sin palabras: una foto de Fran y él juntos. Recordó aquel día.

Diego comenzó la ESO con Fran. No se había separado desde que se conocieron. Diego comenzó a sentir algo por ella poco después de empezar el curso. Todos sus amigos intentaron motivarle para que fuese a decirle lo que sentía. Las amigas de Fran hacían lo mismo. Un día, mientras ambos hablaban y bajaban las escaleras para salir del instituto. Los amigos de Diego intentaron empujar a Fran para que diego la cogiese, pero en vez de eso, decidieron hacer que se tropezara. Fran cayó al suelo y Diego la llevó lejos de todo el mundo.

-¿estás bien?-le preguntó.

-sí, gracias por ayudarme.

-¿seguro que no te has hecho nada?

-no. Bueno, me duele un poco la frente. ¿Tengo algo?-Diego se acercó para ver mejor.

-no parece que…

Sus labios se tocaron y ambos comenzaron a usar sus lenguas. Fran puso toda la pasión en aquel beso. Estuvieron así por minutos, hasta que ambos se quedaron sin aire. Se separaron y comenzaron a darse besos más cortos, hasta que ambos saciaron su sed de amor. Sus caras sólo quedaron unidas por sus narices.

-quería hacer esto hace mucho tiempo.

-yo también.

-te amo.

-y yo a ti.

Salieron juntos del instituto y fueron hacia la casa de Fran.

-gracias por acompañarme.

-gracias a ti también.

-¿por qué?

-por aquel beso.

Fran volvió a besarlo con más ternura. Cuando terminó con el beso, sacó su celular y puso la cámara.

-ven.

-¿para qué quieres una foto?

-para poder recordar cómo son tu besos.

Volvieron a besarse y Fran sacó la foto en ese momento.

Diego no pudo evitar que manaran de sus ojos unas pocas lágrimas. Se acostó sin quitarse la ropa y se quedó dormido con la imagen de Fran en su cabeza.

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perdón por no haber escrito en un tiempo pero he tenido que dedicarle mucho tiempo a los estudios. espero poder hacer una maratón algún día aunque de momento lo veo algo complicado. Intentaré escribir más a menudo. Saludos!

Nunca volveré a dejarte (Diecesca)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora