Capítulo 5

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Diego se levantó y comenzó a ducharse. Había pasado toda la noche intentando recordar el sueño que había tenido. Después de haberse dado una ducha, desayuno rápido y se fue al instituto. Cuando llegó, ojeó alrededor por si veía a Fran. Violetta llegó en ese momento y fue con él.

-hola Diego.

-hola.

-¿estás bien?

-sí, supongo.

-bueno, ¿vamos?

-sí, vamos.

Violetta le cogió la mano. A diego le preocupó un poco lo que la gente pensaba al verlos así. Estaba convencido de que sus amigos dirían algo como “qué rápido te has olvidado de ella”, cosa que no sería cierta si la dijesen. Caminaron hacia la clase de Biología y se colocaron en sus asientos.

-Chicos-dijo la profesora-como ya sabéis, cada trimestre es obligatorio un trabajo en grupo. Como no podemos tener tiempo, me he toado la libertad de hacer los grupos…

La profesora comenzó a decir los grupos que había hecho mientras Diego pensaba en “la ley de Murphy”.

-seguro que se cumple esa maldita ley ahora-pensó.

-Y…Diego Hernández con Francesca Cauviglia-anunció la profesora.

-lo sabía.

Diego miró a Violetta y notó que se había molestado. Cuando terminó la clase hablaron.

-¿te molesta que tenga que hacer el trabajo de Bio con Fran?

-un poco.

-bueno, ya sabes que ahora nosotros dos estamos juntos.

-sí, lo sé pero, no me fío de que Fran…

-¿de que Fran qué?, ¿Que me vuelva a pedir que seamos pareja? ¿de verdad crees que voy a volver a cometer ese error?

-no, claro que no.

-mira, intentaré hacer el trabajo lo antes posible para no tener que estar con ella, ¿ok?

-ok.

-y, de todos modos, si intentara algo te lo diría.

-eso ya me lo imaginaba-Fran salió de clase y se puso junto a Violetta-

-¿puedes dejarme hablar con él?

-claro.

-ey, espera-dijo Diego haciéndole un gesto para que le diese un beso. Se besaron y violetta se fue, no sin antes darle un pequeño empujón a Fran.

-¿puedes decirme cuando podemos quedar?

-¿qué tal cuando tu novio no esté en tu casa?

-deja de bromear y dímelo.

-puedo cualquier día

-entonces, ¿quieres que comencemos esta tarde?

-sí.

-entonces, te espero en mi casa.

-vale.

Se fueron y continuaron con sus clases.

Cuando acabaron las clases, diego se quedó para esperar a Violetta.

-¿te acompaño princesa?

-claro-volvió a cogerlo de la mano-¿qué tal con Fran?

-bien.

-¿ha intentado algo?

-no, aunque sí que he sacado el tema.

-¿te ha dicho algo sobre nosotros?

-no. Además, no tiene que importarle lo que yo haga con mi vida.

-bueno, así puedes saber si le sigues gustando. Si se sigue preocupando mucho por ti, le sigues gustando.

-no creo que le importe mucho ya.

Diego dejó a violetta en su casa. Comió, hizo algunas tareas y se preparó para ir a casa de Fran. Cuando salió de su casa, se dio cuenta de que nunca había vuelto a caminar por el camino que llevaba a casa de Fran. Hacía ya tiempo que dejó de pasar cerca de su casa por miedo de encontrarse con ella, pero sobre todo, el miedo a encontrarse con Marco. Habían sido muy buenos amigos de la infancia, pero Fran rompió esa relación. Cuando llegó a su casa, llamó a la puerta deseando que no la abriese ella. Diego quería pasar el menor tiempo posible con ella.

-hola Diego-dijo la madre de Fran.

-Hola. ¿está Fran?

-sí, está en su habitación. Por cierto, ¿estás bien? Ya sabes, después de lo que pasó, supongo que te sentiste algo…

-bueno, me dolió un poco pero ya lo he superado. Aunque ya no estemos juntos, no quiero perderla.

Esto último lo dijo con toda la sinceridad del mundo. Subió con una pequeña mochila que había traído y llamó a la puerta.

-Diego, entra.

-por favor, que no esté el-pensó.

-Hola. ¿Comenzamos?

-sí, quiero acabarlo lo antes posible.

-¿para no verme?

-pues, no había pensado en eso-ella se sonrojó-bueno, ¿cómo quieres hacerlo?

-si vamos a exponerlo, propongo hacerlo tipo powerpoint.

-vale.

-con tal de no verme hubieras dicho sí a cualquier cosa.

-eso es mentira. Ya sabes que siempre elegía lo mejor para ti-Fran volvió a sonrojarse.

Comenzaron a hacer el trabajo sin pelearse. Fran quería que Diego siguiera así con ella, pero sabía que seguía dolorido por la ruptura y que esa herida nunca se cerraría.

-las Feromonas son unas hormonas que hacen acciones (de atracción sexual, por ejemplo)…-leyó Diego del libro de texto.

-¿puedes decirme ejemplos?

-oye, ¿por qué no se lo preguntas a Marco? Así averiguas cómo te atrajo.

-¡Diego! ¿Puedes dejar en paz a Marco?

-Sí.

-pensé que lo habías superado.

-¿superado? -comenzó a cabrearse-¿superado que la mujer con la que había hecho planes de futuro, la mujer que creía que iba a estar conmigo durante toda la vida, la mujer que me dijo te quiero cuando en realidad también se lo decía a otro, me haya abandonado? ¿Superado el que no vuelva a sentir tus labios ni tus manos en mi cuerpo ni tu lengua ni tus caricias ni tus besos?-algunas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos-lo siento, pero no lo he superado, ni creo que pueda.  

-Diego…yo…

-¿sabes qué? Paso de todo. Has sido la primera novia que he tenido, la primera a la que le he confesado mis secretos y la primera a la que he besado, pero también, has sido la primera novia que me ha mentido. Antes no entendía cómo las personas podían sufrir tanto por no estar con alguien, ahora ya lo entiendo.-Se tiró en la cama donde ya había estado en más de una ocasión y recordó los besos y las caricias, haciendo que aumentaran sus ganas de llorar.

-Diego, no era mi intención hacerte daño.

-me imagino, pero me lo hiciste, y no creo que se vaya.

Ambos permanecieron en silencio unos segundos.

-creo, que debería irme-recogió sus cosas mientras se quitaba las lágrimas que quedaban en sus ojos-te veré mañana.

-Diego…-se miraron los dos-lo siento.

Diego salió de la casa y caminó intentando no volver a llorar.

Nunca volveré a dejarte (Diecesca)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora