El padre del día resplandecía con todo su auge entre las tersas nubes ambarinas. El céfiro soplaba apaciblemente con las dulces y álgidas fragancias del despertar del mundo. Dicho era un amanecer deslumbrante, rico en matices, perfumes y armónicas melodías.
En una amplia sala destinada a las reuniones de la Diosa Athena, ordenado en dos filas que flanqueaban el sitio, se convocaba un sequito de seis hombres de naturaleza divina. Aquellos eran los oficiales designados como Centinelas, que durante las eras de ausencia de la Diosa en el reino de la Tierra, tenían la noble misión de asegurar desde la distancia y el anonimato que el orden del mundo se preservara, además de proporcionar información de importancia para las próximas campañas bélicas.
Al fondo del salón y tras una cortina medianamente translúcida se encontraba la Deidad de la Guerra en su trono. Cuando la Diosa en su divina forma no portaba su Kamui, todo varón de rango inferior tenía rotundamente prohibido mirarla. Un simple vistazo era suficiente para ser acreedor a la pena de muerte.
La reunión comenzó hace varios minutos y el líder de los vigías rendía el informe de sus labores.
-El mortal designado como Patriarca ha cumplido cabalmente su encomienda. Los daños remanentes de la última Guerra Santa fueron propiamente reparados. El Santuario se encuentra en su mejor forma.
Por otra parte, las armaduras de plata y bronce, han sido restauradas y en ciertos casos reconstruidas por los artesanos de Jamir. Hace poco fueron distribuidas a todos los rincones del planeta bajo la protección de los maestros encargados. Estarán a la espera de ser reclamadas por la próxima generación de Santos.
El soldado hizo una pequeña pausa para recibir de la respuesta de la Diosa, sin embargo, esta permaneció en silencio.
-¿Alteza? -manifestó al cabo de unos segundos al no obtener contestación alguna y Athena, tratando de disimular su obvia distracción, prosiguió.
-¿Hay noticias sobre el enemigo?
-El sello que protege la Torre de los Espectros permanece intacto y perderá su efectividad en poco más de dos décadas, tal y como establecen nuestros cálculos. En conclusión mi Diosa, las condiciones hasta el momento son favorables. En unos años el ejército y su fortaleza estarán totalmente listos para recibir a su reencarnación.
-Muy bien comandante. Según lo dicta el curso de las estrellas, el momento propicio para mi descenso a la Tierra se dará en siete años. Refuerza la vigilancia y actúa de forma oportuna ante cualquier anormalidad. Sabemos que Hades utiliza el cuerpo del humano con el alma más pura. Antes de que el sello se rompa, encuentra a dicho mortal y asesínalo. Sin un cuerpo que poseer, terminaremos con el enemigo antes de que la guerra comience. Incluso, con algo de suerte, obligaremos a ese cobarde a dar la cara con su forma original.
Concluyó en son de mofa y dichas palabras provocaron unas cuantas risas en la sala. Finalmente, la dama se retiró del sitio mientras el grupo de caballeros inclinaba la cabeza en obediencia a las antes mencionadas restricciones.
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Reminiscences of the Stars
RomanceQue pasarías si las estrellas hablarán contarían las historias más bellas de la creación. "Existe una gran potencial que rige la vida de este mundo desde tiempos inmemoriales, una potencia cuyo poder incluso doblega hasta el corazón de los mismos di...