Advertencia⚠
• Uso de drogas y alcohol
Siete años antes
—¡Yang Jeongin si llegas a atravesar esa puerta me veré obligado a—Jeongin ignoró el griterío de su padre. Tomó su celular y su mochila para dirigirse directamente a la casa de Seungmin. Mientras caminaba apresuradamente a la casa de su único amigo contuvo las lágrimas y se sostuvo la mejilla que tenía marcada debido al golpe que había recibido de su padre. No iba a llorar, no delante de ese hombre. Su plan había sido primero ir con Jeno pero eso era algo imposible ahora que sabía la verdad. Su día estaba siendo una completa mierda. En la mañana tuvo una entrevista padre e hijo para una revista muy importante, no le agradaba hacer ese tipo de cosas pero su padre tenía una imagen de padre perfecto que él debía afirmar. La maldita entrevista había sido un total desastre porque ambos contestaron mal cada pregunta del entrevistador. Su padre había dicho que él estudiaría algo alejado de la música, pero Jeongin dijo que sería músico compositor. Su padre dijo que equivocó en su fecha de cumpleaños y Jeongin también. Su padre dijo que él estaba soltero y en su arrebato el dijo que salía con alguien. El entrevistador prácticamente había reído en la cara de ambos porque no se conocían para nada y aunque cualquier otro padre dee hubiera sentido mal por no saber tantas cosas de su propio hijo, el suyo no fue el caso, estaba tan enojado y le había echado la culpa de cada error. Al llegar a su casa se había encerrado en su habitación azotando la puerta porque su padre no para de gritarle y como cereza del pastel cuando encendió su móvil y vio los mensajes de su novio casi vomita lo poco que había desayunado. No era Jeno quien había escrito y enviado aquellas fotos de él en la cama con su primo Jaemin desnudos pero eso no lo había menos mierda. La crisis lo carcomía por dentro. ¿Era por su culpa? Jeno había sido insistente durante el tiempo que estaban juntos que quería tener relaciones sexuales pero Jeongin tenía miedo y no se sentía listo. Solo habían llegado a masturbarse el uno al otro pero eso no era suficiente para el mayor. Eso había sido motivo de muchas discusiones pero jamás se imaginó que acabaría haciéndole esto. Acostarse con su primo y que éste se regordee de eso como si fuera la gran hazaña del siglo. Malditos hijos de puta.
—Innie.—Seungmin abrió la puerta y Jeongin aterrizó en sus brazos llorando y sollozando sorprendiéndolo.
—¿Por qué nadie me ama, Minnie?—ahí fue cuando Seungmin lo apretó más contra él y caminó con dificultad con Jeongin encima hasta meterse en su casa.
—¿Jeongin?—la madre de Seungmin bajó las escaleras encontrándose con la escena. Jeongin se desprendió rápidamente de su amigo y luego hizo una reverencia avergonzado.
—H-hola, señora Kim.—dijo sin levantar la cabeza y pegándose otra vez a Seungmin.
—¿Ha pasado algo?—preguntó la madre de su amigo.
—No sé, madre. Hablaré con él ahora. Subiremos a mí habitación.—ella asintió y luego ambos hicieron lo dicho. Seungmin cerró la puerta y esperó a que Jeongin se sentará en su cama y arrojará su mochila en el suelo. Lo vio tomar una bocanada de aire y él espero paciente.—¿Qué rayos, Innie? T-tu cara.—soltó viendo mejor ahora a su amigo.
—Está mierda duele menos.—se señaló el pómulo.—Ese viejo bastardo sólo grita y luego esto.—rebuscó en su bolsillo y, literalmente, le arrojó el móvil a Seungmin que, hábilmente, pudo atraparlo.—Abre mi chat con Jeno.—dijo. Seungmin lo hizo, conociendo la contraseña de su amigo, entró al chat y su cara fue cambiando en una mueca de confusión al principio hasta un cara de asco.
—Hijos de puta.—dijo abriendo los ojos. Jeongin comenzó a llorar. Seungmin se sentó a su lado, no era el amigo más afectuoso del mundo pero comenzó a acariciar la espalda de Jeongin hasta que éste reposó su cabeza en su hombro.
ESTÁS LEYENDO
»Children Of Fame« [Stray Kids]
FanfictionLos niños bien pueden ser caprichosos, soberbios, envidiosos y ambiciosos. Sin embargo, eso no quiere decir que no tengan sentimientos. Al fin y al cabo, viven sonriendo frente a las cámaras como adornos para sus padres. Ser famoso no significa sólo...