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Christian lleva su mano a las costillas y quejándose en voz baja, se levanta de la cama. Mantiene los puños cerrados, siempre conteniendo su enojo, tratando de no perder la paciencia conmigo, pero sé que su furia no puede controlarse cuando alguien me lastima, y menos José que no es precisamente su amigo.
-¿Vas a contestarme? –me dice entre dientes.
-Claro, solo que… ¿Quién te lo dijo? José no me lastimo precisamente, yo no usaría ese término.
-¡Maldita sea Anastasia, no lo defiendas! Jure protegerte, velar por ti, jamás permitir que nadie te lastimara, pero claro llega tu amigo y si te tira por un hoyo a ti no te importa.
-Christian deberías sentarte y tratar de calmarte por favor. –Lo tomo de los hombros –Déjame quitarte la camisa.
-Si no estuviéramos en medio de una discusión seria una excelente oferta.
Oh mi cincuenta tan bipolar, justo ahora suena tan tentador. Enseguida él me saca de mi ensoñación, cuando da un paso atrás y comienza él mismo a deshacerse de la camisa.
Mi diosa interior se deja caer y hace mohines por la decepción. Quizá sea después –pienso.
-Tienes muy claro que seguridad debe informarme de todo, y más si se trata de alguien poniéndote una mano encima.
Las palabras de Christian parecen flotar en el aire, su torso bien esculpido y desnudo ante mí me distrae. Sin pensarlo muerdo mi labio inferior cuando mis ojos se deleitan con el dios griego frente justo delante de mí.
-Anastasia deja de jugar con tu labio –sin saber porque sus palabras resuenan con cierto erotismo.
Al decir esas palabras observo que he causado un efecto en él, puedo notar el bulto que crece dentro de sus pantalones. Pero cuando lo miro a la cara vuelvo a la realidad, mi querido esposo tiene el labio partido y manchado de sangre, el pómulo izquierdo comienza a hinchársele.
-Christian por favor, dime ¿Quién te dio esos golpes?
-¿No te lo imaginas? Yo no pretendo ocultarte cosas, y es evidente que si alguien se propasa contigo lo debe pagar –gruñe su última frase y toca sus costillas –Aunque debo reconocer que el fotógrafo sabe defenderse –ríe sarcásticamente –Pero tampoco es que yo no sepa hacerlo.
Me quedo atónita por lo que escucho, yo estaba en lo cierto Christian se ha agarrado a golpes con José. Puedo imaginarme a Christian cegado por el coraje golpeando sin piedad a José ¿Cómo estará él?
Christian como siempre parece leer mi mente y tambaleándose se acerca a mí sin tocarme, acerca su rostro a mí y sus labios casi rozan los míos.
-No debes preocuparte, no quedo tan mal.
Oh que desesperación. Huele a gel de baño mezclado con un fino aroma a alcohol ¿vino tal ves?
-No debiste hacerlo…
-¿Por qué no? Anastasia debes comunicarte conmigo, estoy cansado de esperar a que seas sincera… -Sus palabras llenas de razón a mí me hacen recordar.
-¿Y tú porque permites que la bruja pedófila este cerca de mis hijos? Me avisaste que estabas con ella, y te confieso no me agrado saberlo, pero la quiero a miles de metros lejos de mis hijos ¿me entiendes? Te lo dije y te lo repito estoy cansada Christian –la falta de energía parece poder conmigo, me siento en el borde de la cama –Desde que te conocí eh sobrellevado tus cincuenta sombras, tus gustos, las personas de tu pasado y no me arrepiento pero no me parece justo que me hagas ver la mala del cuento, es verdad que no te digo las cosas al momento, pero nunca eh pensado en ocultártelas. Lo de José fue un mal entendido.
-Taylor fue informado de que el fotógrafo estaba jaloneándote. Así sea solo sacudirte un poco, no debe hacerlo ¿Quién se cree? Tú tienes quien te defienda.
Miro mi reloj, evidentemente debemos dormir. Enojados no podremos resolver nada.
-Christian tal vez debamos descansar, es muy tarde y mañana hay que trabajar.
-No cuando estamos resolviendo un asunto importante, porque te aviso que es mucho más importante arreglar las cosas con mi esposa que cualquier trabajo en una empresa.
¿Aun enojado, puede ser más romántico?
-¿Crees que podamos resolverlo? Cualquier cosa que te diga parece no importarte, buscas ser el dominante, el Amo de todo el universo, pero no de mí, al menos no fuera del cuarto de juegos y menos si están involucrados los niños.
-Tienes razón –se sienta junto a mí, pero sigue sin tocarme ¡tortura! –Perdí los estribos cuando recibí el informe de que José había rebasado los límites contigo, y si a eso le sumas que no quieras verme, y que beba alcohol ¿Qué podía hacer? Era la oportunidad perfecta, José llego al mismo bar donde estaba yo y aproveche la ocasión.
-¿Lo lastimaste?
Christian sonríe de oreja a oreja –Me defendí de sus golpes, al menos hasta antes de que Sawyer llegara.
Madre mía ¿también él lo golpeo?
Abro los ojos como platos y Christian niega con la cabeza.
-No. No permití que Sawyer interfiriera, solo detuvo la pelea. Los golpes que el fotógrafo recibió fueron solo míos.
-Parece que te alegra decirlo.
-No voy a mentirte, hace mucho tiempo quería hacerlo. No suelo arreglar los problemas así, pero cuando se trata de ti –se pone de pie –soy incapaz de controlarme.
Me dedico a solo observarlo, sé que es sincero. Al notar que no digo nada, él continua.
-Yo no planee encontrarme con Elena esta tarde, simplemente estábamos en el lugar equivocado, agradezco como has sobrellevado mis mierdas, siempre he dicho que no te merezco…
-No hagas que me ponga furiosa.
Christian me dedica media sonrisa –Afortunadamente estás conmigo, pero Ana, de verdad debemos tener más comunicación. Es doloroso tenerte tan cerca y sentirte… tan lejos de mí –cuando me mira sus ojos están vidriosos.
-Oh Christian –me acerco a él y lo abrazo –Te amo tanto, sé que también tienes razón, pero igualmente debes tratar de comprenderme a mí. Mis hijos aparte de ti, son mi prioridad.
-Lo sé, también lo son para mí. Te prometo jamás volver a permitir que estén cerca de la Sra. Robinson. –me estrecha en sus brazos. Mi lugar favorito.
Como si de un ataque se tratara comienzo a reírme -¿Cómo la has llamado?
-No finjas demencia, que ese sobre nombre se lo has puesto tú Sra. Grey.
-Exactamente y estas robando mis palabras. Eso es lo que me molesta.
-Me encanta escucharte cuando ríes –pasa su mano por mi mejilla hasta llegar a mi barbilla y levantándola hasta estar cerca de él, me besa.
Ahora debo contarle completamente todos los sucesos de esta tarde. Estoy decidida a acabar con las desconfianzas y para eso hay que comenzar por no ocultarle nada. Espero nuestro buen momento no termine cuando le explique que me he visto con Leila.
-Debo contarte algo, pero prométeme que me prestaras atención y no me dejaras de abrazar. –aleteo mis pestañas hacia él.
-Cuando haces esos ojitos, no puedo negarte nada. Aunque quizá quieras dejar de apretarme tanto, puedes romperme.
Rápidamente quito mis brazos de alrededor de él, había olvidado sus golpes. Pero enseguida Christian me pega de nuevo junto a él, mientras besa mi frente.
-Solo bromeaba. Estos golpes no duelen nada, es más doloroso tenerte lejos de mí.
Comenzare a relatarle todo lo que hable con Leila, y también como fueron exactamente las cosas con José. Espero verlo pronto, me interesa que este bien. Aunque por mi platica con Leila me hace estar segura que ella cuidara de él.
Y también espero que Christian pueda averiguar a quien se referia Leila, cuando dijo que alguien quiere hacernos daño. Cosa que me mantiene intranquila.
Mañana o pensándolo bien en unas horas por la tarde iré a hacerme un pequeño cambio de look, quiero mantener enamorado a mi cincuenta sombras.-LUNA<3
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"Los Grey" Cincuenta Sombras Liberadas continua... FANFIC
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