CAPITULO 29

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SI LO TOMAS DA CRÉDITOS POR FAVOR, RESPETA MI TRABAJO. ESPERO LES GUSTE Y DEJEN SU SÚPER VOTO Y YA SABEN QUE ESPERO SUS COMENTARIOS PARA SABER QUE LES PARECE

Durante la madrugada informo a Christian de lo que hice ese mismo día por la mañana, está enterado de mi encuentro con Leila y de mi pequeño altercado con José. No pude lograr que comprendiera que estaba fuera de sus casillas, José no es agresivo. Al menos Christian prometió dejar atrás nuestros encuentros con Leila y olvidar lo sucedido en el bar.
Ahora se dedicara a investigar solamente quien es la mala persona ¿de quién debemos cuidarnos? En tema de nuestros hijos, ambos somos unas fieras, Christian en especial ha jurado protegernos.
Dejamos algunos cabos sueltos, es demasiado tarde y debemos trabajar.
Por la mañana escucho un golpe dentro del sanitario. Observo que a mi lado no está Christian y es por eso que salto de la cama para ir a buscarlo.
Cuando entro él está con las manos apoyadas en el espejo y la cabeza gacha, a su lado en el piso su botella de loción se encuentra esparcida en mil pedazos.
-¿Christian, estas bien? –le toco el hombro.
-Disculpa, no te escuche entrar. –Su mirada va hacia donde observo yo –Se me ha resbalado. Que Teddy no entre, al menos hasta que Gail se deshaga de esto.
-¿Se te resbalo? Dime la verdad.
-En menos de una hora tengo una junta importante, pero ¿puedo presentarme así? –Señala su rostro –Los malditos golpes de ese cabrón se notan a metros de distancia, ahora teniendo a empresarios justo a unos centímetros de mí… maldita sea.
-Con todo y esos golpes estas muy guapo y atractivo –le acaricio las mejillas -¿has roto la botella a propósito?
-Sí.
-¿Te duele? –Él niega con la cabeza –No esta tan hinchado, pero no pude hacer más, son golpes. En tu junta hubieras pensado antes de agarrarte a golpes con José.
-No me arrepiento. Justo en ese momento pensaba en ti.
-Eres el jefe ¿no? Qué demonios importa lo que digan los empresarios –le sonrió –Mi esposo es guapo aun con un labio hinchado.
-Tienes una boca muy sucia Sra. Grey pero agradezco tus cumplidos.
Me besa y me dejo llevar en sus brazos hasta la cama.
-Christian –gimo –Me encantaría seguir pero tienes negocios que atender.
-Quiero atender primero a mi insaciable esposa.
Madre mía. Adoro estos momentos calientes pero Christian nunca llega tarde.
Con ambas manos lo alejo de mí.
-Lo harás, pero esta noche.
-Suena muy excitante ¿En qué has pensado?
-Una noche en el Escala… en tu cuarto de juegos.
-Nuestro cuarto de juegos. –Clava su mirada lasciva en mi –Suena increíble. ¿A qué hora paso por ti al trabajo?
Me quedo pensando un momento. Primero debo ir al salón de belleza, después a comprarme algún vestido nuevo.
-¿Puedo mandarte un correo electrónico para confirmarte la hora? Tengo trabajo que hacer.
-Una mujer ocupada ¿eh? Está bien nena, estaré esperando muy ansioso tu mail. Por cierto –se dirige al armario –Tengo un regalo para ti.
Regresa con tres cajas de diferente tamaño. Se lo que contienen, gracias a mi pequeño que me lo dijo.
-Para ti –los coloca en la cama.
-¿Las tres son para mí?
-Claro, son tus regalos, a los niños ya también les obsequie algo.
-¿Alguna ocasión especial?
-Todos mis días con ustedes son especiales, y puedo permitirme darles regalos cuando me plazca.
Emocionada abro primero la caja más grade.
-¡Un abrigo! Es muy lindo.
Me levanto recargándolo por encima de mi ropa de cama y mirándome al espejo.
-Yo no sé mucho de moda ¬–me explica Christian –Pero Caroline Acton viajo a Paris y me tome la libertad de encargarle algo lindo para ti.
-¿Caroline Acton? ¿La mujer que hizo mi guardarropa de luna de miel?
-Esa misma. Mía va muy seguido a su tienda y ella me informo de su viaje, por eso me puse en contacto con ella.
-Me encanta, muchas gracias.
-Te verás hermosa usándolo esta noche… solo el abrigo, así rápidamente puedo tenerte desnuda ante mí.
-¡Christian!
Ambos parecemos bobos riéndonos de sus propias palabras.
Dejo el abrigo de paño color beige sobre la cama, realmente es hermoso. Tendré que comprar un vestido que convine.
-Toma, abre este –Christian me tiende la caja más pequeña –Es un iPhone, quiero que estés actualizada.
-Christian yo no tenía problema con el BlackBerry…
-No importa, ahora este es más moderno.
Sin querer pongo los ojos en blanco, es muy terco.
-Esta noche hare que pagues por cada ves que eres mal educada y me haces esos ojos.
-Estoy segura que lo harás. ¿Qué hay en aquella ultima caja?
Recuerdo que Teddy me hablo de unos zapatos con tacón de infarto, y lo copio de su papá.
-Zapatillas, que con esas piernas que tienes se verán más que perfectas. Pero ahora que lo pienso, no he traído el conjunto completo, faltaría un vestido.
-De eso me encargo yo, ahora vamos a desayunar es tarde y tenemos cosas que hacer.
Más tarde Christian se va directo al trabajo, Sawyer me lleva a mí a Grey Publising. Gail se hace cargo de mis hijos, y según me informo Estefanie iría a visitarla.
Hannah viene a desayunar conmigo y cuando terminamos enseguida llamo a Kate desde mi iPhone nuevo.
-Hola.
-Hola Kate.
-Ana me he acostumbrado a tus llamadas ¿Qué sucede ahora?
-Discúlpame, y no pasa nada… nada malo. Pero si necesito de tu ayuda por favor.
-Habla.
-Quisiera hacerme un cambio de look ¿puedes ayudarme con eso?
Kate pega un chillido que tengo que alejar el móvil antes que me reviente el tímpano.
-¡Claro que si Ana! Ven a mi casa, llamare a Luilli, él te dejara más hermosa de lo que ya eres.
-¿Tu estilista?
-Claro. ¿A qué hora vienes?
-Calculo una hora y media, terminare unos pendientes.
-Aquí te espero. –cuelga.
Termino de avanzar con mi trabajo y acudo a la junta que se realizó para la primera presentación que hace Jocelyn. La chica es buena.
-Muchas felicidades Jocelyn.
-Gracias, puedes llamarme Jocy. Después de todo la jefa eres tú y podemos ser amigas.
-Me agrada la idea Jocy. Aquí te ayudaremos con tus avances.
-Estoy segura de eso, por eso estoy aquí.
-Bueno ahora disculpen que las deje –me dirijo a Jocy y Hannah –Pero debo irme, Hannah te quedas a cargo de mis llamadas, cualquier cosa me llamas. Nos vemos mañana.
-Vete sin pendiente Ana.
Cuando llego a casa de Kate, Luilli ya está esperándome.
-Ana –me saluda Kate -¿Estas lista?
-Eres muy bonita, cualquier cosa que te hagamos solo hará que resalte más tu belleza. ¿Qué tienes en mente?
Luilli me saluda con dos besos en las mejillas, es amanerado y se ve buena persona.
-Bueno tú eres el experto, ayúdame a cambiarme el peinado.
-¿Quizá un cambio de color para tu cabello?
Pienso en Christian y sé que no le gustaría verme con el cabello teñido, ni muy corto.
-No. Solo quisiera alaciármelo y acomodarlo de distinta manera, mi color se queda natural.
-Te verás hermosa Ana –me dice Kate –Por cierto en mi último viaje con Elliot vi algo en una tienda para ti.
-¿Para mí?
Pero Kate ya ha desaparecido por las escaleras y me quedo solo con Luilli.
-Ni siquiera me ha dejado preguntarle por Ava –susurro.
-Oh esa pequeñita es tan tierna, pero esta dormidita. Cuando llegue Kate la subía a su cunita.
-Estando tan chiquita es natural que tome siestas.
-Ya volví –Kate trae un vestido en sus manos –Cuando lo vi no pude evitar pensar en ti, es de organza y se amoldaría perfecto a tu cuerpo.
-Kate está muy lindo, pero es muy corto ¿no crees?
-Que va, debes presumir tu cuerpo Ana, no seas tímida.
El vestido es con tirante de un solo hombro y tiene un color turquesa.
-¿No te gusta?
-Claro que me gusta, muchas gracias Kate.
-No agradezcas, ahora cuéntame ¿Por qué el cambio?
-Quiero enamorar a Christian.
-Tonterías, Christian te ama ¿es que no lo sabias?
-Claro que lo sé, pero no está demás arreglarme un poco para él. Mira trae esa caja que deje en el sofá –le señalo –Son unos zapatos que me compro Christian ¿crees que combinen con el vestido?
Kate enseguida trae la caja y mi abrigo, que aunque esta tarde se siente un poco de calor por la noche puede sentirse aire frio y seguramente Christian querrá que me cubra.
-Oh unos Jimmy Choo, están padrísimos y con este abrigo ¡Dios Ana! Tú si sabes de moda. ¿Qué piensas Luilli?
Kate le muestra el atuendo.
-Que estará de muerte, esta chica si sabe vestir.
-En realidad yo no los escogí, Christian me los ha regalado.
-Mejor aún, él sabe cómo quiere verte.
Desnuda –pienso yo.
Dos horas más tarde Luilli me informa que estoy lista y me mandan a cambiar de ropa.
En la habitación de Kate me pongo el vestido que me ha dado y me observo en el espejo, llevo maquillaje más notable con delineado en los ojos. Espero que a Christian le guste mi cabello, me lo han cortado muy poco dejándomelo lacio y me hizo flequillo.
Las zapatillas plateadas son altas, pero puedo con ellas. Cuando estoy lista bajo de nuevo a la sala de estar.
-¿Qué opinan?
-Ana estas hermosa, te dije que el vestido te iba más que bien.
-Querida y con ese nuevo look. Dejaras a tu marido con la boca abierta.
-Hablando de mi marido, debo avisarle la hora para vernos.
-¿Festejan algo? –me cuestiona Kate.
-Que estamos juntos, que tenemos dos hijos hermosos, son tantas cosas.
-Me alegra verte tan feliz amiga –me da un abrazo –Anda llama a tu marido.
Solo mando un mensaje.
*Estoy lista, te veo a las 8:00 en el Escala. Sawyer me lleva. Dale un beso a mis hijos y nos vemos pronto*
-Listo. Tengo el momento justo para preparar una cena, muchas gracias Kate también a ti Luilli.
-Por nada querida, arrasaras con tu esposo. –me dice Luilli.
-¿Con quién se quedan tus hijos? Te pregunto porque Elliot planeaba ir a tu casa para visitarlos. Podemos cenar ahí y sirve que yo cuido de los niños.
-Kate me hubieras dicho antes, puedo decirle a Christian que lo dejemos para después…
-Ni lo pienses, te quiero feliz y con Christian solo dime que me dejas cuidar a tus hijos.
-Gracias Kate.
Cuando llega la noche yo ya he preparado unos bocadillos y la botella de Bollinger está en la nevera.
Escucho el sonido del elevador e inmediatamente sé que Christian está aquí.
Lo espero en la sala y cuando él entra sonríe, a modo que me muestra su perfecta dentadura blanca.
-Ana… estas hermosa.
-Bienvenido Amo. Lo estaba esperando.

-LUNA<3

&quot;Los Grey&quot; Cincuenta Sombras Liberadas continua... FANFICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora