XIV

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Sábado, maravilloso sábado.

Día de hacer los deberes y de salir con los chicos.

Me levanto, voy al baño a hacer lo mío, me visto, no gasto tiempo en intentar peinarme y voy a desayunar.

-Buenos días Maestro, Wayzz. -Voy tarareando una de las tantas canciones de Glee.

-Parece que estás de buen humor. -Wayzz llega hasta quedar frente a mí y me examina con cuidado. -Tú no te habías despertado así antes.

-Hubieras visto lo que pasó anoche... -Lionel aparece con un tono burlón.

¿Saben qué? No me molesta. Por algún motivo, no me dieron ganas de poner los ojos en blanco ni de decirle que se calle.

Hoy va a ser un buen día.

Durante la mañana llegan un par de personas a atenderse con el Maestro. Por mi parte, este lapso de tiempo lo ocupo para hacer los deberes de la escuela que tengo pendientes: matemáticas, química, física, historia y música. También estudio para el examen de biología sobre el sistema nervioso.

Un par de horas después, ya tengo todo listo y resuelto.

Voy a la cocina para ver que hacer con el almuerzo y veo al Maestro Fu revisando unos frascos con la copia del libro abierta en su tableta mientras conversa con Lionel y Wayzz.

-Entonces, si es familiar tuyo, no veo por qué no vaya a funcionar.

-¿Qué es lo que puede que funcione?

-Le contaba al Maestro que el kwami de león que estaba en esta dimensión es primo mío y, como ambos somos de la misma especie kwami, puede que las pociones y otras cosas del libro sobre él funcionen igual conmigo y contigo. -Veo la página con mayor detenimiento y aparece una especie de heroína de la antigua dinastía China de colores blancos y dorados.

-¿Está pensando en hacer las pociones de colores?

-Supongo que no hay mucho que no conozcas... -Dice con gracia. -¿Tienes hambre?

-Venía a preparar fideos con salsa.

Luego de unos diez minutos, estamos en la pequeña mesa de la cocina almorzando fideos con salsa blanca de pescado en lata, crema y especias.

-Ahora deberán irse de aquí. Ustedes no pueden saber las recetas que modifican sus poderes. -Ambos kwamis asienten y se van sin reclamar.

Fu comienza a tomar distintos frascos y a vaciar parte de su contenido en un pequeño caldero. Las mezclas resultantes las va enfrascando en tubos de ensayo, las que voy poniendo en un bowl a medida que avanzo con la receta de pequeños bombones de chocolate. Finalmente, me quedan tres frascos con siete bombones de distintos colores cada uno.

Cuando dan las tres, salgo con Lionel hacia el río Sena.

Camino por la orilla hasta divisar el barco que alguna vez fue akumizado.

-¡Hey! -Saludo a los chicos con un ademán y corresponden.

La banda está en la cubierta viendo los instrumentos.

-¡Jade! No creí que realmente llegarías. -Alix se me acerca con unas hombreras de fútbol americano puestas. Supongo que está ayudando a Marinette con el vestuario.

-Creí que ya era hora de escucharlos tocar.

-Toma, ponte esto. -Marinette me entrega unas enormes hombreras negras. Deben ser las de Ivan.

Cuando ya las tengo puestas, me toma de los hombros y me ubica junto a Alix con los brazos extendidos hacia los lados.

-¡Ajoy, camarada! ¿Tenemos una nueva tripulante en Libertad? -Anarka aparece por la puerta de la cabina.

-Hola, señora. Bonito barco. -Marinette tiene un pedazo de algo. Comienza a coserlo a la armadura que llevo puesta.

-Muchas gracias, jovencita. Luka, ¿sabes dónde están las bujías de repuesto?

-En uno de los cajones de la barra, junto a la tabla.

Anarka vuelve a irse, pero esta vez por la escalera.

Los brazos se me están cansando. Trato de bajarlos, pero Marinette me hace subirlos de nuevo.

-Él es el hermano de Juleka, ¿cierto? -Pregunto a las chicas.

-Si y es asombroso con la guitarra. -La ojiazul se apresura en responder con unos alfileres en la boca.

-Marinette, ¿puedo bajar los brazos? Me están matando. -No alcanzo a escuchar la respuesta que le da a Alix cuando un acorde de guitarra a máximo volumen hace que reaccione a taparme los oídos.

Juleka le baja el volumen al amplificador al que está conectada la guitarra de su hermano. Luka vuelve a tocar otro acorde y ahora nuestros tímpanos no corren el riesgo de reventarse.

-¡Desde arriba! -Rose se dirige a su banda. -Y un, dos, tres... -Entra Ivan con la batería y unos segundos después, el bajo y la guitarra. -¡Amo a los unicornios!

Tocan hasta el que creo es el estribillo, hacen arreglos y comienzan de nuevo.

-¡Auch! -Una aguja es enterrada en mi costado, en el borde de la armadura.

-¡Lo siento! -Termina con la pieza que estaba poniendo y me pone la máscara de gatocornio negra con rojo. Me observa un segundo y se voltea para seguir trabajando en Alix.

Bajo los brazos. Me están matando.

Luego de un rato, Juleka trae una bandeja con sodas en lata y snacks sobre ella.

Marinette en una oportunidad nos cambió las hombreras y máscaras por las que faltaban.

Luego de tres latas de soda y unos snacks, me bajan unas enormes ganas de ir al baño.

-Eeh... ¿Marinette? -Ella estaba poniendo toda su atención a las hombreras moradas que tiene puesta Alix.

-¿Qué pasa, Jade?

-Tengo que ir al baño.

-¿En serio crees que te vas a librar? ¡No me puedes dejar sola aquí! ¡No con ella! -Alix señala a Marinette con la cabeza. Río ante sus quejas.

-Anda, pero por favor no te muevas mucho.

Bajo por las escaleras hasta la sala. Veo a Luka revolviendo unos cajones detrás de la barra. No noté cuando bajó.

-Luka, ¿dónde esta el baño?

-Cruzando esa puerta. -Apunta hacia la única que no tiene una ventana redonda.

-¡Gracias! -Voy lo más rápido que puedo sin pegar mucho los brazos al cuerpo, para no pasar a llevar nada.

Siento como mi cuerpo se relaja totalmente luego de vaciar esas tres sodas.

Al lavarme las manos, me veo en el espejo. Me veo adorable con la armadura gigante y el gatocornio azul en la cabeza.

Tomo mi teléfono y le tomo una foto a mi reflejo mientras hago una mueca.

Lionel aparece frente a mi.

-¿Se la piensas enviar a alguien?

-La verdad no, pero gracias por la idea.

Se la envío a Adrien junto a un mensaje que dice "ayudante de la vestuarista" y una carita cansada.

Al instante responde con una foto de la televisión con el videojuego de cuando Max fue akumizado y en la mesita blanca se alcanzan a ver unos papeles en chino.

«¿Jugarías conmigo?»

«Deberás enseñarme primero».

«Cuando quiera, mademoiselle😉».

Salgo del baño y vuelvo hasta mi lugar junto a Alix en la cubierta. Luego de un rato, logramos librarnos de los pinchazos de alfileres.

La verdad es que le quedaron increíbles. Ahora tienen un traje claro y uno oscuro para sus presentaciones.

Nos quedamos charlando un rato más e intento tocar la batería. Apesto. La música claramente no es lo mío.

Comienza a bajar el Sol y nos despedimos. Las calabazas se van cada una a sus casas, incluyéndome.

Este no es mi mundo [Miraculous ladybug]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora