Capítulo 15. Y el lobo sopló y sopló

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Fox estaba confundido acerca del motivo por el que Charles estaba en lo que parecía ser una muy emotiva discusión con dos hombres parecidos entre sí y probablemente hermanos a juzgar por su parecido.

Se quedó de pie en su sitio, cruzándose de brazos al sentir una ráfaga de aira helado soplar en su dirección. No sabía qué hacer y supuso que sería de mal gusto cruzar la calle e interrumpir, así que simplemente se quedó donde estaba, dando un paso atrás y tratando de imaginar qué podía estar conversando Charles con esos dos hombres.

No se movió de ahí, pensando en que si aparecían signos de que algo anduviera mal podría intervenir y actuar. Pero mientras tanto no habían razones para irse, y con un amargo y desagradable sabor inundando su boca esperó y aguardó por algo más.

Charles entonces pareció percatarse de que lo miraba desde el otro lado de la calle, y a pesar de la distancia que los separaba Fox pudo ver en su semblante lo que parecía ser duda, sorpresa y vacilación.

Fox observó como Charles volvía a girar su rostro hacia los dos hombres, sus labios articularon un par de palabras que claramente no pudo alcanzar a entender y de nuevo sus ojos se giraron en dirección de Fox. Y segundos más tarde se puso en marcha y cruzó la calle, dejando a los dos hombres con los que hace poco conversaba atrás y andando un par de zancadas hasta llegar al lado de Fox.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó Charles, hundiendo sus manos en los bolsillos de su chaqueta que se había puesto encima de su camisa blanca.

Fox ladeó ligeramente la cabeza.

—Te estaba buscando adentro, y cuando una de las camareras me dijo que te había visto salir pensé en hacerlo también —contestó, y luego, con la intriga tejiendo su voz decidió preguntar:—. ¿Quiénes eran los hombres con los que estabas?

Los hombros de Charles se tensaron y rehuyó su mirada para fijarla en el suelo.

—Nadie. No eran nadie —respondió con rapidez, y mordió su labio inferior con fuerza. Claramente mentía, y aunque por unos segundos Fox sopesó la idea de pretender creerle y dejar ir el asunto se dió cuenta que no podía, no cuando lo veía tan nervioso y asustado. La curiosidad era simplemente tanta que fue incapaz de dejar pasar el tema.

—No suena como si así fuera —volvió a decir—, Charles... ¿De dónde los conoces?

No quería sonar insistente, pero realmente no sabía qué otra cosa hacer.

—De ningún lugar —dijo Charles con tono ligeramente cortante—, no son importantes. ¿Podemos ir adentro ahora? Ya deben estar sirviendo la pizza...

—Quiero saber quiénes eran.

—¿Para qué quieres saberlo?

—Porque no suenas bien, ¿algo malo pasó?

Fox no era exactamente la definición andante de "empatía", pero Charles era su amigo, así que era inevitable que él no se sintiera mal de verlo en ese estado alterado, vacilante y hasta incluso tembloroso.

Charles frunció el entrecejo.

—No, nada malo ha pasado. Escucha, ¿podemos sólo entrar al Salón? —su voz era seca, dejando en claro que realmente no quería seguir con el asunto.

Pero por supuesto esto sólo aumentó la intriga y preocupación de Fox.

—Charles, si quieres hablar sobre algo puedo escucharte, y puedes confiar en mí cuando te digo que yo nunca te juzgaría o se lo contaría a alguien más —reiteró, y aunque realmente no solía disfrutar oír los problemas de otras personas tenía la certeza de que este caso era uno diferente, y que hablaba en serio cuando le decía aquello.

Fuera De Guión © [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora