Liliane era un total manojo de nervios y Eileen estaba perdiendo los estribos necesarios para mantener la poca paciencia que le quedaba.
Por fin el efecto del gran compromiso parecía haber actuado sobre su prima y por primera vez no se mostraba ansiosa o emocionada, sino que no dejaba de ir de un lado a otro en la habitación donde se hallaban mientras murmuraba por lo bajo:
—¿Y si resulta que todo es un error? ¿Y si acabamos divorciados? ¿Y si Edward no me quiere tanto? ¿Y si yo dejo de quererlo a él? ¿Y si...?
—Liliane —le interrumpió Eileen con voz ronca, ligeramente sorprendida por que ella por una vez pensara con sensatez en lo rápido que toda esa boda ocurría—. Todo saldrá bien.
Liliane la miró con escepticismo, seguramente advirtiendo en el tono poco convencido que ella usaba.
Maureen exhaló y se sentó frente a Liliane, cuyo rostro estaba a media sesión de maquillaje.
—No tienes nada qué temer —le dijo, con más convicción que Eileen—, tú y Edward son el uno para el otro, tienen tanto en común, seguramente ustedes serán muy felices, tendrán su propia familia, y estarán juntos por el resto de sus vidas...
Liliane soltó algo parecido a un sollozo sin lágrimas y sus ojos se dirigieron al suelo.
—¿Toda la vida? —su voz sonó dudativa y vacilante—, ¿y si no es así? ¿Y si todo esto es un gran error?
Eileen quería decirle que ella también pensaba que lo era, pero decidió no decir eso en voz alta, pues muy probablemente ni su prima ni Maureen se lo agradecerían, así que en su lugar puso una mano en el antebrazo de su prima (lo que equivalía a un considerable contacto físico para ella) y con tono calmado dijo:
—Casarte nunca podría ser un error, es tú día especial, déjate disfrutar este instante y piensa que si las cosas no funcionan ya hallarás una forma de arreglarlo.
—Querrás decir que tendríamos que divorciarnos —agregó amargamente Liliane, jugeteando con sus pulgares de forma nerviosa y alterada— justo como los padres de Edward.
—O podrían quedarse juntos y ser una pareja empalagosa y desagradablemente dulce —atinó a decir Eileen— justo como tus padres.
Maureen le dirigió una mirada inquisitiva, pero se abstuvo de agregar algo más.
—¿Has oído hablar del gato de Schrödinger? —continuó Eileen, sin reparar en el hecho que su intención era animar a su prima a consolidar la boda en la que en un inicio no estaba precisamente de acuerdo, es más, si le preguntaban diría que tenía muchas dudas al respecto, pero, no era su boda, si su prima era feliz con Edward debía estar en ella el deseo de casarse con él.
Liliane frunció ligeramente el entrecejo al oírla.
—Creo recordarlo —respondió con ligera timidez, y luego sacudió la cabeza—, pero no recuerdo de qué era.
Eileen sonrió a medias.
—El gato de Schrödinger es un experimento de una caja, una partícula radiactiva y un gato, hay una probabilidad de 50% de que la partícula radiactiva se desintegre y libere un veneno que mate al gato. Pero mientras tanto el gato puede estar vivo y muerto al mismo tiempo, y la única forma de saber si lo está es abriendo la caja.
—¿Qué tiene que ver eso con la boda? —preguntó Maureen, y la maquillista, que hasta ese momento se había quedado sin decir nada en voz alta, ladeó la cabeza seguramente con la misma pregunta en la punta de la lengua.
Eileen se esforzó por no poner los ojos en blanco.
—Tiene que ver —respondió— con que Liliane nunca sabrá lo que sucederá con ella y Edward si no se anima a continuar con esto, puede acabar bien, puede acabar mal, pero sólo hay una forma de saberlo —se volvió hacia su prima y agregó:—. Pero también nadie te juzgaría si decidieras posponer la boda unas semanas, esto parece ser muy pronto y tampoco haría daño esperar un poco más.
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Fuera De Guión © [COMPLETA]
Novela JuvenilLa familia Foster puede definirse en una sola palabra: Solitaria. Los tres hijos de la familia son afamados por no tener amigos. Sin embargo la llegada de particular niño marcará el inicio de una serie de sucesos que los Foster nunca antes habían ex...