Eileen estaba gravemente desconcertada al ver aquella bolsita blanca entre las manos de Casper.
No necesitaba que alguien le explicara para tener ya el pleno conocimiento de lo que albergaba su interior, había visto películas y bueno, hacia un año una chica le había ofrecido exactamente lo mismo.
Droga.
Su semblante palideció por completo, sus ojos se ensancharon y un nudo se formó en su garganta haciéndole difícil la tarea de tragar saliva.
—¿Qué es eso? —preguntó con voz ligeramente temblorosa, prefiriendo fingir que no sabía lo qué era.
Casper alzó una ceja con cierto deje de incredulidad.
—¿No lo sabes? Esto, querida Eileen, es la respuesta a tus plegarias.
Eileen dudaba severamente que así fuera.
Había visto de cerca que tanto las drogas podían corromper la voluntad del ser humano, la misma chica que hacía un año le había ofrecido lo mismo sufrió el tormento de la dependencia a la heroína, sin nadie a su lado lo suficientemente interesado en su bienestar para frenarla.
Lisa Seych había fallecido hacía apenas unos meses a causa de una sobredosis.
Eileen nunca la volvió a mencionar, demasiado consternada con las circunstancias para ser capaz de hacerlo. Nadie tampoco en su escuela lo hizo, y ninguno ahí pareció muy apenado o triste por aquella ausencia. Sólo fue otra adolescente de las muchas en el mundo que decidió ir por el camino de las drogas y no se pudo controlar, ¿cierto?
Fue su problema, habían dicho todos, y eventualmente Eileen terminó creyendo lo mismo.
Pero ahora de nuevo se presentaba la misma situación. El mismo problema. El mismo detonante.
Rehuyó su mirada en dirección al suelo y rascó su brazo con cierta incomodidad que no pudo lograr ocultar.
—¿Hablan en serio? —cuestionó en voz baja—, ¿realmente ustedes consumen... Eso?
Estaba tan temerosa que ni siquiera podía pronunciar las letras de forma adecuada. Que patética, pensó para sí misma, tenía 16 años y tenía el tabú por la palabra, eso no tenía sentido alguno.
Al oír carraspear a uno del grupo Eileen decidió levantar la mirada, encontrándose con la de Peter, él la escudriñaba con los ojos entrecerrados, como meditando algo que solo en su mente cobraba razón.
—¿Por qué nos ves como si hubiéramos destripado a un gato? —preguntó de pronto Emma, enarcando ambas cejas, y acto seguido ladeó la cabeza—, ¿realmente jamás la has probado? Sólo es cocaína, no te estamos ofreciendo una jodida arma.
Eileen mordió el interior de su mejilla para abstenerse de decirles que habría preferido el arma si de escojer se trataba.
—Déjala en paz —interrumpió Peter, sin apartar su mirada de ella—, tampoco es como si la fuéramos a obligar. Eileen, no es necesario que nos mires como si estuviéramos firmando nuestra sentencia de muerte. No somos adictos.
—Creo recordar haber oído eso antes, me pregunto si habrá sido en un centro de rehabilitación —ironizó la chica sin poder ocultar su desagrado y leve molestia.
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Fuera De Guión © [COMPLETA]
Fiksi RemajaLa familia Foster puede definirse en una sola palabra: Solitaria. Los tres hijos de la familia son afamados por no tener amigos. Sin embargo la llegada de particular niño marcará el inicio de una serie de sucesos que los Foster nunca antes habían ex...