║ Capítulo 18 ║

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—Mis piernas comenzaban a entumirse

—Tenías que seguir las ordenes médicas —caminó unos pasos hasta posicionarse a mi lado y tomarme por la cintura. Mi cuerpo se estremeció por el repentino toque —. Sostente de mí, aun puedes estar débil

—Estoy bien, no hay necesidad de eso —ignoró mis palabras y una de sus manos tomó la mía para posicionarla en su hombro, tal parecía que no tenía otra opción —. Me estás tratando como una embarazada ¿Te has dado cuenta? Es incómodo

—Sólo estoy evitando que tu cuerpo termine en el suelo

No seguí protestando, sabía que ninguno de los dos le daría la oportunidad al otro de darle la razón en este momento, éramos un poco orgullosos.

Jos había estado conmigo todo el día, intentaba que no me aburriera con sus tontos chistes e incluso con sus historias sin sentido, pero lo que le agradecía era su intensión.

Hasta el momento nadie sabía lo que había sucedido, Jos me dijo que hizo de todo para que los reporteros no llegaran a saber de lo ocurrido y mucho menos a mi familia. Tal parecía que los únicos que conocían de mi situación eran el abuelo Canela, Jos y el novio de Fer.

Me habían dado de alta y estaba lista para ir a casa, pero en mi mente aún estaban los recuerdos de lo sucedido y de la desesperación que sentí en ese momento al no encontrar alguna solución a mi escena de asma.

No había ningún reportero por los pasillos ni la salida, solo personal del hospital y pacientes caminando de un lado a otro. En el estacionamiento tampoco había rastro de ellos más que de autos de todos los colores y modelos.

—Debe de estar aquí

—¿Quién? —busqué su mirada con la intensión de encontrar una respuesta pero lo único que logré fue un sobresalto al sentir la presencia de un auto a tan solo unos pasos, el dueño parecía que se había estacionado muy cerca de nosotros —. ¡Oh por Dios, me has dado un susto! —mi acompañante sonrió por la actitud de sorpresa que había tomado, parecía que le había causado gracias.

Se abrió la puerta del auto y salió un chico que reconocía como el novio de Fer. Portaba un traje negro de trabajo, unos lentes de sol y una sonrisa encantadora.

Idiota.

—Perdón por la tardanza, tuve que hacer unas cosas antes de venir, no quería que Fer sospechara —llegó hasta posicionarse frente a nosotros, se quitó los lentes de sol que ocultaban sus ojos color miel y una sonrisa tiró de sus labios a observarme —. ¡Me alegra verte bien excuñis! Tan linda como siempre, desmayándote ante mi visita ¿Sabes? Teníamos tiempo sin vernos pero el desmayo no era para tanto

—Eres un idiota Dan

Jos dirigía su mirada de Dan hacia mí y a pesar de que intentaba dar con mi mirada, no le daba el gusto.

—No sabía que se conocían

—Es mi excuñada ¡Cómo no hacerlo!

Dan sonrió pero Jos se mantuvo serio, como aquella personalidad que había conocido en un principio y recientemente comenzaba a olvidar.

Podría notar que no se agradaban del todo, o al menos Jos no lo hacía con él.

—Supongo que soy el único anfitrión que pudo ver tu maravillosa y sorprendente salida triunfal del hospital —cambió de conversación —. Por la prisa olvidé el cartel de felicitaciones en casa

Solo una acompañante. J.CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora