// KATE //
Hoy, nuevamente, estaba en dirección hacia el sitio de reunión.
Me sentía un poco nerviosa.
Frente a mi veía la cafetería, aún faltaban 15 minutos para el encuentro pero no me importó y entré, la puntualidad era lo que me importaba.
Nuevamente las miradas de todos se posaron ante mí.
¡Soy famosa! —Me decía yo misma en forma de sarcasmo.
Busqué una mesa disponible pero no la encontré, lo que si encontré fue la presencia de Canela, aún no había notado mi presencia pues estaba tecleando en su teléfono.
¿Suele ser extremadamente puntual? ¡Diablos! Sin duda me superaba
Paso a paso estaba llegando a su mesa de manera sigilosa y al parecer no notó mi presencia hasta que llegué frente a él e intenté sentarme pero su guardaespaldas fue muy rápido.
Se levantó de su asiento por respeto y al mismo momento volvió a su sitio.
—Muy bien, Me gusta la puntualidad —se acomodó su saco.
—Y usted lo suele hacer de igual manera
El mismo señor de ayer se encontraba hoy, estaba en la barra de pedidos porque no había espacio. Incluso yo hubiera estado ahí si no hubiera tenido esta reunión y solo hubiera venido por el delicioso café.
Creo que el dueño tendrá que hacer más grande este local.
—¿Gusta un café? —dijo el pelinegro con una mirada seria.
—Claro, gracias
—¡Olivia! —llamó el chico hacia la barra de pedidos, de manera sutil pero audible.
Una mujer salió de ahí limpiándose las manos con una toalla, era como de unos 60 años aproximadamente. Tenía el cabello recogido color grisáceo por algunas canas que adquirió tras lo años, una mirada dulce y encantadora.
Se acercó a nosotros, colocó su mirada primero hacia mí y después a Canela sin antes regalarme una sonrisa.
—Dígame que es lo que gusta joven
—¿Puedes traer un café para la dama, digo... —se aclaró la garganta —. A mi novia —el ojimiel me observó con seriedad.
La mujer se veía muy alegre y me sonrió.
—¡Oh, que sorpresa!
La mujer era agradable a simple vista. Su actitud era de alegría y casi podía jurar que brincaba en su propio lugar. Todos dirigieron sus miradas a nosotros pero ella cambió su expresión para no tener la atención de los demás.
—¡Muchas felicidades! —intentó disimular su actitud. Le tomó el hombro a mi presunto novio y después se dirigió a mí con la mirada —. Qué pena contigo, soy Olivia —extendió su mano.
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Solo una acompañante. J.C
FanficUn contrato, reglas, falsedades, celos, envidia, traición, amor. Ella...Kate Beckham El...Jos Canela -Lo tengo que hacer, lo tengo que hacer, por mi, por mi futuro, por mi familia -se repetía la chica noche tras noche. -¡Por eso te contraté!, tú sol...