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21 | Aventura Secreta

"Nos amaremos en el silencio de un secreto mientras nuestras almas mudas no digan nada aunque sientan todo."

85 votos, 55 comentarios y subo el próximo.

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—¡Que dejes de tirar el maldito plástico por el barranco, Ovidio!—Me pongo de pie tan rápido como puedo y voy hasta él, Serafín corre detrás de mí y me sostiene por la cintura justo cuando tomo por el brazo al Guzmán y amenazo con lanzarlo por la quebrada para que busque la basura que ha estado lanzando por ahí.

—¡Ay apá! ¡Me enterró sus uñas en mi brazo!—Ovidio va detrás de Joaquín quien sigue comiendo la carne asada con total pasividad, se encoge de hombros, limpia su bigote con una servilleta y habla.

—Eso te pasa por contaminar al planeta.—Emma, sentada a su lado, larga una carcajada.

—Doble moral—Murmura atragantándose con su sándwich a propósito, me río por su valentía y vuelvo al camastro donde estaba sentada pero que ahora ocupa Alfredo.

—Salte.—Exijo chasqueando mis dedos.

—Ahí tienes otro.

—Quiero este.—No me detengo y voy hasta el respaldar a sacudir este logrando que entre quejidos, Alfredo se vaya al otro camastro. Por unos momentos su mirada fulminante está sobre mí pero lo ignoro observando como los demás juegan al voleibol como si su vida dependiera de ello, claramente la palabra jugar sin competir no está en el vocabulario e los Guzmán-Zambada. 

Me pongo de pie cuando me canso de tomar sol y me integro a los equipos que tienen formados para jugar, Ovidio se integra al otro y así pasamos más tiempo del que fui consciente, jugando sin preocupaciones.



(...)


No me puedo contener a jadear cuando Alfredo me estampa contra la pared besando, succionando y mordiendo la piel de mi cuello. Un cosquilleo placentero se forma en mi bajo vientre, mi respiración ya está agitada y mi intimidad palpita pidiendo por él.

Jalo su cabello buscando su boca con desespero, saboreo sus labios y su lengua, los pruebo y degusto hasta mi hartazgo en un beso que podría ser eterno pero tenemos prisa, sus manos me dejan en el suelo y rodean mi cuerpo para posarse sobre mi trasero para acariciarlo por debajo de mi braga, enredo mis brazos en su cuello afirmando el beso y prologándolo hasta que no tenemos más aire n nuestros cuerpos.

—Eres hermosa.—Susurra relamiendo sus labios y dándome una rápida mirada de cabeza a pies. Me pega a su cuerpo levemente trabajado, puedo sentir el calor que emana, su pecho agitado y sus labios brillosos me atrapan.

Camina de espaldas para hacernos entrar a su cuarto antes de ser descubiertos por alguien. No habría como excusar que nos encuentren juntos en medio de la noche, yo con pijama transparente, él con escasa ropa, nuestras respiraciones agitadas y sin pronunciar palabra después de haber salido en silencio de mi cuarto, al cual Alfredo fue a rogar.

Miro cautivada sus labios, rojos e hinchados, provocativos. Suspiro cuando sus manos frías suben por mi espalda quitándome a su paso mi camisón de encaje, me inclino ligeramente hacia adelante para despegarme de la puerta ya cerrada y permitirle sacarme mi pijama que tira por alguna parte del cuarto antes de abalanzarse sobre mí volviendo a besar mi cuello, bajado por mi clavícula y finalmente hacer un camino hasta mis pechos desnudos y expuestos para él.

Aventura Secreta | Alfredo Guzmán |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora