13- Maratón 3/4

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13 | Aventura Secreta
"Nos amaremos en el silencio de un secreto mientras nuestras almas mudas no digan nada aunque sientan todo."

60 votos y 30 comentarios y subo el próximo.

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Alfredo

—No voy a llevarla a la hacienda Iván.—Volví a repetir ya cansado de que mi hermano no comprendiera la situación.

—Si sabes cómo se pondrá papá cuando sepa lo que le hicieron ¿Cierto? ¡No puedes tenerla bajo tu brazo por más de un par de horas! Comenzarán a sospechar y.. ahí viene papá. Te llamo al rato, cuídense y si el tiempo se pone aún más feo no intentes despegar.—No alcancé a despedirme de él cuando ya había terminado con la llamada.

Dejé de lado el teléfono mientras observaba con detenimiento el paisaje que me regalaba el balcón de mi cuarto en mi mansión en mi isla privada, cercana a Culiacán pero con la privacidad, el estilo y el lujo que necesitaba acorde a mí.

Cuando oí un quejido detrás de mí supe que Ivana se había despertado. Mandé a llamar a mi doctor de confianza que había traído conmigo después de llevarla a checar a su consultorio y asegurarme que estaba bien, pilotee hasta aquí a pesar de saber las complicaciones climáticas que podría tener porque si papá veía a Ivana en esas condiciones seguramente era capaz de desheredarnos.

—¿Qué..?—La castaña frunció su ceño abriendo como podía sus ojos. Apreté mis labios evitando negar con mi cabeza cuando noté el leve raspón que tenía en sus codos.—¿Qué sucedió?—Preguntó una vez que corrí con suavidad su cuerpo posándola más al medio de mi cama y así poder sentarme a su lado.

—Dacy atentó contra ti.

—¿Quién es Dacy?—Sus ojos recorrieron mi habitación y volvió a acostarse dejando escapar el aire de su cuerpo, la puerta sonó y permití que pasaran sabiendo que sólo estábamos Ivana, mis nueve empleados, el doctor y yo en toda la isla.

—Una sicaria, con la que peleaste..

—Ah sí, tu perra.—Respondió con simpleza sin darle más la atención a algo que no fueran los golpes y raspones de sus brazos y piernas.—A esa vieja se la va a cargar el pay...

—Nada, no le vas a hacer nada.—La interrumpí antes de que el doctor lo hiciera conmigo.

—Voy a asegurarme de que todo se encuentre en orden y le pido Alfredo que por favor me regrese a Culiacán, mi personal ya se está preoc...

—Ah sí, lo que diga, revísela y con cuidado.—Me puse de pie y miré de forma minuciosa cada movimiento que hacía sobre la castaña. Mientras, mentalmente buscaba una idea para justificar todo lo sucedido con mi padre, claramente sería hombre muerto en cuanto se supiera el peligro que había corrido su, ahora, consentida.

—¡Oiga no, ni se le ocurra pincharme con eso!—El chillido de Ivana me hizo que le prestara atención a la situación.

—Señorita esta aguja no es para usted.

—¿Y entonces para qué la sacó del maletín?—Preguntó ella con una mirada cargada de miedo y me contuve a reír, hasta que recordé el día que Don Mayo tuvo que dormir de un golpe a su hijo consentido para que pudieran atenderlo y ponerle una vía intravenosa en una clínica después de que se intoxicara bebiendo cloro al creer que era vodka.—¡Alfredo dile que no me pinche!

Aventura Secreta | Alfredo Guzmán |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora